En conversación con El Mostrador, el senador y presidente de Revolución Democrática se refirió a la trastienda de la inscripción de candidaturas de cara a las elecciones de consejeros constitucionales, así como a la disputa ideológica con “Todo por Chile” –el pacto encabezado por el PPD– por captar el voto de centro. Para el parlamentario, se trata de una oportunidad histórica y única, en que no hay margen de error frente a una elección donde –a su juicio– los incentivos “no tienen que estar puestos en la diferenciación, sino más bien en la unidad de propósito y en la unidad de contenidos”.
Finalmente lograron convencer al PS, pero no al PPD, el que decidió seguir su camino propio y, con ello, se produjo una incisión en un Socialismo Democrático que, irremediablemente, se verá enfrentado en la campaña que recién comienza de cara a las elecciones de consejeros constitucionales del próximo 7 de mayo. Apruebo Dignidad intentó, de todas las formas posibles, convocar a una lista oficialista unitaria; sin embargo, los llamados reiterados del Presidente Gabriel Boric y de la ex Presidenta Bachelet no fueron suficientes, y la fractura se evidenció el lunes recién pasado, con la inscripción de candidaturas en el Servicio Electoral (Servel).
En ese contexto, lo cierto es que en el oficialismo nadie quedó del todo satisfecho: ni Apruebo Dignidad, por fracasar en su intento de convocar a la unidad; ni el PPD, que tomó la decisión arriesgada de competir en pacto con la DC y el PR, lamentando el distanciamiento con el PS. Frente a ese escenario, uno de los líderes de “Unidad para Chile”, el único senador del Frente Amplio y presidente de Revolución Democrática (RD), Juan Ignacio Latorre, opina sobre la división oficialista al calor electoral de este nuevo proceso constituyente, y niega que haya existido un enfrentamiento ideológico entre las influencias de los exmandatarios Lagos y Bachelet.
Al respecto, el parlamentario se refiere a las críticas sobre la nominación de candidatos relacionados con la “vieja política”, con evidentes nexos con la ex Concertación y ex Nueva Mayoría. En tal sentido, señala que cada partido tiene la libertad de escoger a sus cartas, cumpliendo con estándares mínimos de ética y probidad. Por otra parte, el timonel de RD sostiene que en este nuevo proceso constituyente no hay margen de error, y que es uno donde, además, no está garantizado el éxito. “Tenemos el desafío de construir confianza entre los partidos políticos y la ciudadanía, y promover un pacto de convivencia democrático entre distintas fuerzas políticas que consideren la nueva Constitución como propia, unitaria, que sea la base de la democracia y de la política en nuestro país”, asegura.
-¿Considera que fue un fracaso para el Presidente Gabriel Boric, y el proyecto político que encabeza, el que no se pudiera convencer al PPD de conformar una lista unitaria oficialista? ¿Qué tan determinante puede ser esta fractura en el Socialismo Democrático para la convivencia interna de acá hacia adelante?
-Nosotros como Apruebo Dignidad, y particularmente como Revolución Democrática, definimos hace varias semanas en nuestros consejos políticos un voto a favor de la unidad y de disposición para construir una lista oficialista unitaria, incluso con la disposición también de invitar a la Democracia Cristiana, desde la DC al PC, tal como lo expresó también la ex Presidenta Michelle Bachelet en el Partido Socialista. Sin embargo, eso no se logró, el PPD y el Partido Radical decidieron autónomamente inscribir un pacto con la DC, reviviendo la Concertación, buscando un voto de centro y contrariando la solicitud que hizo el Presidente Gabriel Boric, también como jefe de la coalición. Ahora bien, eso no era una instrucción ni una orden a los partidos, pues los partidos tienen autonomía y pueden firmar los pactos que estimen convenientes.
-¿Qué opina de la búsqueda del PPD y la lista que encabeza por captar el voto de centro, diferenciándose de las posturas ideológicas del Frente Amplio y del Partido Comunista?
-Yo discrepo de esa tesis de que va a ser fructífera esa búsqueda del centro en una elección con voto obligatorio y, además, en una elección donde creo que los incentivos no tienen que estar puestos en la diferenciación, sino más bien en la unidad de propósito y en la unidad de contenidos. De hecho, los partidos oficialistas construimos en estos últimos meses unas bases constitucionales comunes, con nuestros expertos en la materia, y eso lo firmaron todos los partidos oficialistas. Por tanto, no creo que haya grandes diferencias a la hora de ir a proponer contenidos constitucionales a la ciudadanía.
-Desde el oficialismo han emergido voces restándoles “dramatismo” y “trascendencia” a las elecciones del próximo 7 de mayo, ¿cree que se le ha atribuido a este proceso mayor importancia del que realmente tiene?
-Este es un segundo proceso constituyente histórico, donde no podemos fallar, donde tiene que resultar, donde no está garantizado el éxito y tenemos el desafío de construir confianza entre los partidos políticos y la ciudadanía, y promover un pacto de convivencia democrático entre distintas fuerzas políticas que consideren la nueva Constitución como propia, unitaria, que sea la base de la democracia y de la política en nuestro país, y que sea habilitante de los distintos programas de derecha, de centro y de izquierda, que nadie quede excluido y que no genere las divisiones que generó una Constitución impuesta en dictadura, a sangre y fuego.
-¿Adhiere a la tesis de que aquí existió un choque de influencias entre los expresidentes Lagos y Bachelet, previo a la elaboración de las listas oficialistas? ¿Cuál es su opinión frente a las críticas por la inclusión de candidatos vinculados a la “vieja política”, ya sea a la ex Concertación o ex Nueva Mayoría?
-Creo que no vamos a tener otra posibilidad de otro proceso constituyente en este ciclo. Yo dejo de lado las disputas entre Lagos y Bachelet, creo que tienen legítimas opiniones como expresidentes, pero acá son los partidos lo que definen sus políticas de alianza y sus pactos electorales. Y sobre la inscripción de candidaturas, cada partido tiene el derecho de levantar los elencos que estime conveniente, nadie ejerce ningún veto sobre candidatos de otros partidos, al menos que haya cuestiones vinculadas a corrupción o incompatibilidades legales, pero en cuanto al perfil electoral o político, cada partido define autónomamente sus candidaturas y creo que el pacto que inscribimos –”Unidad para Chile”– refleja esa diversidad, desde el PL hasta el PC. Creo que somos partidos progresistas, con voluntad de cambio y de transformación, y que hemos buscado la más amplia unidad posible dentro del oficialismo, siguiendo la recomendación que nos hizo el Presidente Gabriel Boric.
-¿Cree que existirá, en la campaña que recién comienza, una solapada disputa por el electorado de centroizquierda, entre su lista y la que encabeza el PPD? ¿Cómo es posible ser alianza de Gobierno y adversarios políticos al mismo tiempo?
-Creemos que el nombre de nuestra lista, “Unidad para Chile”, es un nombre que implica la construcción de una nueva Constitución democrática para Chile, que sea factor de unidad y no de división, como lo fue la Constitución de Jaime Guzmán, impuesta en dictadura. Esos son los desafíos que tenemos por delante y lograr, además, que las fuerzas oficialistas y de centroizquierda tengan una representación adecuada en el órgano constituyente, y que nuestro adversario político a derrotar sean más bien la extrema derecha y los populismos que no quieren un cambio constitucional, que no creen en este proceso, y que no estuvieron en la firma del acuerdo para habilitar un nuevo proceso constituyente. Ese es nuestro adversario político a derrotar, y también los sectores conservadores de la derecha tradicional que quieren mantener lo más posible el modelo neoliberal y el Estado subsidiario de la Constitución vigente.