La Moneda comenzó a cambiar el tono confrontacional con la oposición el domingo cuando la ministra del Interior, Carolina Tohá, morigeró la acusación de que el ex Presidente Piñera era uno de los responsables del rechazo a la reforma tributaria. El cambio definitivo quedó claro ayer lunes, cuando el Presidente Gabriel Boric explicó en un matinal que era necesario cambiar el tono, porque “la gente está cansada de que nos apuntemos con el dedo, diciendo ‘la culpa es tuya’”. La orden estaba clara, había que sentarse a la mesa a negociar.
El rechazo a la idea de legislar la reforma tributaria fue un duro golpe para el Gobierno. Lo que más duele en La Moneda es que la pelota pegó en el palo. La reforma tributaria era la base para sostener las medidas y promesas que el Gobierno pretendía poner en marcha en salud, pensiones, salas cunas, etc. El miércoles de la derrota, La Moneda apuntó directamente a la derecha e incluso al ex Presidente Sebastián Piñera. Sin embargo, ayer, el Jefe de Estado dio término a ese discurso y efectuó un giro en el tono que adoptará el Gobierno en este tema.
La primera reacción que esgrimieron desde Palacio fue del ministro de Hacienda Mario Marcel, cuando fue testigo del sorpresivo rechazo de una reforma que aparentemente contaba con los votos necesarios, por lo menos, para la idea de legislar. Eso no ocurrió, pues la oposición se alineó para rechazar la reforma y las diputadas de izquierda Viviana Delgado, Pamela Jiles y Mónica Arce se ausentaron de la Sala y, con eso, echaron por tierra la posibilidad de aprobación de la reforma que había propuesto el Gobierno.
Con esos votos, del Partido Ecologista Verde, Partido Humanista y uno independiente, que estaba por aprobar, se cayó la reforma. La primera reacción del Gobierno apuntó fuerte y directo a la oposición y Marcel fue el vocero con frases muy duras: “La ideología se impuso sobre el pragmatismo”, “quienes simplemente se ampararon en slogans, en ideología, son los que hoy día desgraciadamente se han impuesto en esta votación” y “comenzó la celebración por los partidos más a la derecha del espectro político. Estoy seguro que van a celebrar quienes evaden impuestos y quienes evaden a los contribuyentes para evadir impuestos (…), seguramente van a celebrar los lobistas que hasta el último minuto de la tramitación de este proyecto estuvieron enviando comunicaciones a los parlamentarios”. Así disparó el Gobierno ante este rechazo.
La ministra vocera, Camila Vallejo, aparte de reconocer la falta de votos en partidos más cercanos, agregó que “la irrupción del ex Presidente Sebastián Piñera para alinear a la derecha en el rechazo a aumentarles los impuestos a las personas que más tienen, yo creo que también fue decisiva”.
La ministra del Interior, Carolina Tohá, también apuntó al mismo lugar que sus colegas, marcando así, un relato consistente desde las carteras que pertenecen al Comité Político. “El Presidente Piñera hace dos días apareció. ¿Por qué ahora después de un año de no aparecer? Aparece justo en ese momento para impedir que Chile avance en una reforma, pero no podemos caer ahora en esa guerrilla”, dijo Tohá. Días más tarde, en un programa de televisión dominical, se le volvió a preguntar por si creía que la aparición del ex Presidente Piñera influyó y ahí se notó que la impronta del discurso cambió, pues relativizó los dichos y no apuntó directamente al ex Mandatario.
Esto se habría confirmado días más tarde, ayer, cuando el Presidente Gabriel Boric apareció en la entrevista en Mega con un mensaje apuntando al diálogo tras el rechazo a la reforma y el cambio de gabinete.
“Dialogar hasta que duela”, fue la frase que dijo el Mandatario en la ceremonia de cambio de ministros y la que resonó el fin de semana en distintos sectores de la oposición con buena recepción. Además, el Presidente Boric agregó: “La gente está cansada de que nos apuntemos con el dedo, diciendo ‘la culpa es tuya’”. Incluso, representando a los mandatarios millennials, graficó la situación que se vive respecto a la reforma tributaria con aquel meme en el que aparecen tres Spiderman apuntando como culpables los unos a los otros. En un tono más serio, dijo: “Nosotros tenemos las manos abiertas para mejorar el proyecto en la medida que busquemos una mejor distribución del ingreso”.
En un programa de televisión, emitido el fin de semana, luego de denostar la actitud del Gobierno posrechazo de la reforma tributaria, el diputado Guillermo Ramírez (UDI) reconoció que el Ejecutivo “está en otra lógica que a mí me alegra, que es que hay que conversar”. El diputado UDI celebró la frase del Presidente, “Dialogar hasta que duela”, e incluso dijo: “Hago mía esa frase, yo también estoy dispuesto a hacerlo, pero esa actitud no la había tenido el Gobierno”.
Sergio Solís, secretario general de Amarillos y muy cercano al Presidente Ricardo Lagos, en entrevista con Ex-Ante, valoró la frase del diputado UDI y reconoció que existe un cambio en el Gobierno que ojalá logre “mejorar las relaciones”. Solís, quien se declaró de oposición y lejano al Gobierno, advierte que la actitud de dialogar es necesaria, sin embargo, señala que el Gobierno debe tener claro que “dialogar no es lo mismo que negociar. Cuando uno negocia, busca un objetivo determinado y el éxito de la negociación es cuando uno llega a un acuerdo”.
Ahora mismo, la ministra del Trabajo Jeannette Jara está con el fierro caliente y el “dialogar hasta que duela” como guante. Ayer ella celebró la conformación de la mesa técnica previsional de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputadas y Diputados, sin embargo, los parlamentarios de Chile Vamos decidieron no presentarse a conversar a la mesa. En medio de días claves para la elaboración de un proyecto que incorpore a un amplio espectro político, Jara declaró que el desaire no cambiaba las condiciones: “Sigue existiendo la completa voluntad por parte del Ejecutivo de que se puedan sumar los parlamentarios de la oposición, en particular de Chile Vamos”, e incluso los invitó a “no tener líneas rojas”.