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Niñez sin defensa Opinión

Niñez sin defensa

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Marcelo Sánchez
Por : Marcelo Sánchez Gerente General Fundación San Carlos de Maipo.
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Es del todo recomendable que el Congreso considere la posibilidad de hacer modificaciones a la ley para designar a la Defensora de la Niñez, para que en sucesivas elecciones opere un mecanismo similar al de postulación por Alta Dirección Pública, dejando solamente el mecanismo de destitución a cargo de la Cámara Alta. Esperamos, por el bien de la niñez, que en los próximos días se llegue a un acuerdo que finalmente concluya en la elección de la persona que cuente con las mejores capacidades y el apoyo de todos quienes quieren un mejor presente y futuro para los niños y niñas de nuestro país.


Hace pocas horas el Senado rechazó la propuesta de la Comisión de Derechos Humanos de seleccionar como defensora de la Niñez a Rosario Martínez. La socióloga y exdirectora del Sename no alcanzó los dos tercios requeridos para su designación. Con una trayectoria en gobiernos locales, así como desde el Ejecutivo durante el Gobierno del ex Presidente Piñera, contaba con tres de los cinco votos de la comisión, habiendo cumplido los requisitos de admisibilidad. No obstante lo anterior, el alto quórum exigía construir mayorías inexistentes por la vía de la negociación de otros cargos, como los miembros del Tribunal Constitucional que, durante la jornada de ayer, también fueron rechazados.

Este elemento, por cierto, afectó el cumplimiento de los plazos establecidos en la Norma y que debió significar que a mediados de abril ya estuviera resuelto. Sin embargo, con más de dos meses de retraso, aún no es posible contar con la persona que ocupe la vacante dejada por la abogada Patricia Muñoz.

Once candidatos han sido calificados admisibles por la comisión y de ellos debiera surgir el nombre que vaya tras la aprobación de la Sala. Todos ellos, al igual que Martínez, acreditaron solvencia académica y experiencia en la temática. Es por ello que es plausible pensar que la comisión hará un esfuerzo de buscar el mayor consenso posible que permita obtener los dos tercios de antemano, a fin de no dilatar todavía más una decisión que es de extraordinaria relevancia.

Tal como se hizo presente en cada una de las presentaciones ante la comisión, la niñez está sufriendo una crisis importante, un aumento en los niveles de exclusión educativa, la mayor participación de niños y jóvenes en delitos violentos, los resultados del Simce, que muestran importantes retrocesos, la persistencia de situaciones graves en materia de explotación sexual comercial infantil, las listas de espera que duplican las que existían el 2021 en el Servicio mejor Niñez, la falta de atención también en materia de Salud Mental que afecta a 14.000 niños, el retraso significativo en la implementación de la ley de garantía y la instalación de las oficinas locales de la niñez, los altos niveles de consumo de alcohol y otras drogas en población escolar, son solo algunos de los aspectos que debe considerar la gestión de la persona que lidere este importante organismo que ha de ser garante del cumplimiento normativo tanto nacional como internacional.

Asimismo, la persona que llegue debe contar con un apoyo importante desde la sociedad civil, porque se requiere del compromiso de las organizaciones de base para impulsar un plan efectivo e inmediato que permita hacer frente a esta crisis. Es necesario el empoderamiento y la confianza, teniendo en cuenta los costos que ha traído este proceso para la institucionalidad. 

No obstante, el trabajo dedicado y serio de los miembros de la comisión, el mecanismo que el legislador previó para la elección de quien lidere la Defensoría no garantiza que su elección considere solamente aquellos elementos inherentes al cargo, sino que lo somete al ejercicio de negociación política, que muchas veces atenta contra la elección de la persona más adecuada.

Por ello, es del todo recomendable que el Congreso considere la posibilidad de hacer modificaciones a la ley, para que en sucesivas elecciones opere un mecanismo similar al de postulación por Alta Dirección Pública, dejando solamente el mecanismo de destitución a cargo de la Cámara Alta. Esperamos, por el bien de la niñez, que en los próximos días se llegue a un acuerdo que finalmente concluya en la elección de la persona que cuente con las mejores capacidades y el apoyo de todos quienes quieren un mejor presente y futuro para los niños y niñas de nuestro país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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