Cambiar de estado es una de las prácticas a las que se han visto abocadas millones de mujeres para poder abortar. No solo las que deciden no continuar con sus embarazos porque no quieren ser madres en ese momento, sino también aquellas a las que se les detectan problemas de salud en el feto y tampoco pueden abortar en sus estados.
Miles de personas han salido a las calles en Estados Unidos para protestar por el retroceso de los derechos reproductivos de las mujeres, cuando se cumple un año de la histórica sentencia del Tribunal Supremo que acabó con la protección federal del derecho al aborto.
Con lemas como: “Seguimos siendo la resistencia y no vamos a retroceder”, miles de estadounidenses han dejado claro su rechazo a las leyes que han surgido en el último año en muchos estados del país como Texas, donde no se puede abortar más allá de la sexta semana de embarazo, y Wisconsin, donde hay una prohibición total.
“Seguimos en la resistencia y luchando hasta que no tengamos la salud reproductiva que merecemos”, apunta a EFE la directora ejecutiva del Instituto Nacional de Latinas para la Justicia Reproductiva, Lupe Rodríguez, una de las organizadoras de la marcha que se ha celebrado en la capital estadounidense.
Medio millar de ciudadanos han participado en las actividades de esta jornada en Washington DC, que han incluido una marcha hasta el Tribunal Supremo, donde hace un año se tumbó la sentencia Roe contra Wade, que había protegido a nivel federal el derecho a abortar en el último medio siglo.
Cambiar de estado para abortar
“Los políticos que están en contra del aborto necesitan escucharnos porque la mayoría del país está a favor. No nos vamos a quedar calladas”, afirma Rodríguez, quien recuerda que las mujeres latinas son parte del colectivo más afectado por las leyes restrictivas.
“Seis millones y medio de latinas vivimos en los estados en los que se está restringiendo el aborto. Antes era complicado abortar, pero ahora es mucho peor ya que por ejemplo las inmigrantes tienen difícil poder moverse a otro estado”, afirma.
Cambiar de estado es una de las prácticas a las que se han visto abocadas millones de mujeres para poder abortar. No solo las que deciden no continuar con sus embarazos porque no quieren ser madres en ese momento, sino también aquellas a las que se les detectan problemas de salud en el feto y tampoco pueden abortar en sus estados.
Maggie Young, una joven de 22 años del estado de Virginia, conoce muchos casos de chicas que han tenido que “cruzar las fronteras estatales o tener abortos ilegales que son realmente inseguros” y es por ello que ha decidido sumarse a la marcha en DC.
“Nos trajeron a este mundo en un momento en el que parecía que ser mujer iba a ser genial, pero a medida que crecimos pudimos ver que las cosas se están revirtiendo. Hemos perdido más y más derechos y no queremos perder más”, explica a EFE.
Falta de ginecólogos y obstetras
Con un cartel que dice “futura practicante de abortos” en esta marcha también está Meredith Britain, estudiante de la Escuela de Enfermería Johns Hopkins, quien espera especializarse en reproducción para “poder traer bebés al mundo, ayudar a las mujeres que quieren quedar embarazadas y también ayudar a las mujeres que no sienten que el embarazo sea lo correcto en ese momento”.
Britain, que espera poder mudarse a la costa oeste cuando se gradúe, alerta sobre una consecuencia futura de la que alertan los médicos, la falta de ginecólogos y obstetras en los estados restrictivos.
“La gente no se da cuenta de que quienes dedicamos nuestra vida a atender a las mujeres no nos vamos a mudar a lugares donde esté criminalizado. Los estados que están restringiendo el aborto están perdiendo médicos y enfermeras excelentes porque no vivirán allí”, explica a EFE.
Protestas en favor de los derechos reproductivos
Aunque mucho menos numerosas que las de hace un año, cuando miles de ciudadanos se lanzaron a las calles enfurecidos por la decisión del Supremo, se han celebrado actos en las principales ciudades del país como Chicago, Atlanta o Charlotte, ciudad elegida por la vicepresidenta Kamala Harris para ofrecer un discurso.
“Durante los últimos 365 días, las mujeres de nuestra nación han sufrido las consecuencias de estas leyes que han creado confusión, caos y miedo”, ha apuntado Harris, quien se ha convertido este año en la cara más visible del gobierno de Biden en la lucha en favor de los derechos reproductivos.
A través de un comunicado, el presidente Joe Biden ha denunciado que los republicanos del Congreso “quieren prohibir el aborto en todo el país”, con una agenda política “extrema, peligrosa y que está fuera de sintonía con la gran mayoría de los estadounidenses”.
En la capital estadounidense también se han celebrado actos en favor de la decisión del Supremo como uno organizado por Students for Life America en el que ha participado el ex vicepresidente Mike Pence (candidato a representar al Partido Republicano en las próximas elecciones presidenciales) , firme defensor de las políticas antiabortistas.