Nunca antes Estados Unidos se había enfrentado a una situación similar y todavía hay innumerables incógnitas sobre las posibles consecuencias para el expresidente. En total, de los 91 cargos, 13 fueron anunciados en la noche del lunes después de que un gran jurado de Georgia le acusara de intentar manipular los resultados de las elecciones de 2020 en ese estado. La acusación de conspiración, según la profesora del Centro de Derecho de la Universidad de Georgetown Susan Low Bloch, experta en Derecho Constitucional, “generalmente se usa para la mafia”, y “acusar a un expresidente de actuar como un jefe de la mafia es bastante sorprendente e impactante”.
El expresidente Donald Trump se encuentra sumido en una telaraña legal, en un momento en que debe enfrentar acusaciones por 91 delitos, 4 casos penales y además la campaña para 2024.
Un gran jurado de Georgia (EE.UU.) lo imputó este lunes por supuestamente intentar manipular los resultados de las elecciones de 2020 en ese estado, donde el demócrata Joe Biden ganó por un estrecho margen.
Trump fue acusado junto a otras 18 personas. Entre los imputados junto al exmandatario se encuentran su exabogado personal y exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, y su exjefe de Gabinete Mark Meadows, entre otros.
Según el documento de acusación, de casi 100 páginas, el expresidente se enfrenta a 13 cargos, entre los que se incluye solicitar a un cargo público violar su juramento o conspirar para hacerse pasar por un cargo público.
Pero el principal cargo sobre el que descansa la imputación, y al que se enfrentan todos los imputados, es el de violar la ley contra organizaciones corruptas de Georgia, y que, de confirmarse, requiere que se sirva una condena en prisión.
En una rueda de prensa tras hacerse pública la noticia, la fiscal encargada del caso, Fani Willis, explicó que el gran jurado tomó su decisión tras conocer la información recabada durante dos años y medio por los fiscales encargados de la investigación.
La imputación acusa a “19 individuos de violar las leyes de Georgia con una conspiración criminal para revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 en este estado”, según Willis.
La fiscal aseguró que su intención es que los 19 acusados sean juzgados a la vez, y si bien no dio una estimación de la fecha en la que podría celebrarse este juicio, sí confirmó que su oficina tratará de que sea en los próximos seis meses.
También hizo énfasis en que Trump, al igual que el resto de imputados, es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Willis detalló que se han emitido órdenes de arresto contra todos los imputados, y que tienen hasta el viernes 25 de agosto para “entregarse de manera voluntaria”.
La decisión, que se conoció a última hora del día, supone la cuarta imputación penal que enfrenta el exmandatario en los últimos meses.
Según filtraciones sobre las pesquisas del caso publicadas por los medios, el origen de la investigación fue una llamada entre Trump y el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, en la que el exmandatario supuestamente le pidió “buscar” los votos que fueran necesarios para anular la victoria de Biden en el estado.
Antes de conocerse oficialmente la acusacion, el expresidente arremetió en su red social, Truth Social, contra Willis y rechazó las acusaciones de que intentó manipulas los resultados de las elecciones en el estado.
“Hice una llamada telefónica perfecta en protesta, ¿por qué no presentaron los cargos hace dos años?”, escribió el exmandatario.
Durante los últimos meses, han pasado ante el gran jurado varios aliados de Trump para testificar, como Giuliani o el propio Raffensperger, que fue responsable de ratificar los resultados electorales en Georgia.
Esta nueva imputación llega después de que Trump fuera acusado por un gran jurado de Washington, D.C., de cuatro cargos por supuestamente intentar revertir el resultado de los comicios presidenciales estadounidenses de 2020, un intento que culminó con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Nunca antes Estados Unidos se había enfrentado a una situación similar y todavía hay innumerables incógnitas sobre las posibles consecuencias para Trump.
En total, de los 91 cargos, 13 fueron anunciados en la noche del lunes después de que un gran jurado de Georgia le acusara de intentar manipular los resultados de las elecciones de 2020 en ese estado.
Aparte del caso en Georgia, un gran jurado en el Distrito de Columbia ha presentado cuatro cargos federales contra Trump por supuestamente haber intentado revertir los resultados de las elecciones de 2020, en las que perdió frente a Biden, y por haber instigado el asalto al Capitolio.
Esos cuatro cargos (conspiración para defraudar a Estados Unidos; conspiración para obstruir un procedimiento oficial; obstrucción de un procedimiento oficial y conspiración contra el derecho al voto) podrían acarrear una pena máxima que sumaría 55 años de cárcel.
El 3 de agosto, en medio de una gran expectación, Trump compareció en la corte del Distrito de Columbia para declararse no culpable de los cargos que se le imputan, tal y como ha hecho en las otras tres causas penales en su contra.
Otra de esas causas tiene como escenario la ciudad de Miami (Florida), donde un gran jurado ha imputado a Trump de 40 delitos federales por el mal manejo de materiales clasificados.
En concreto, según la Fiscalía, tras dejar el poder en 2021, Trump ordenó trasladar desde la Casa Blanca a su mansión en Mar-a-Lago (Florida) decenas de cajas con recortes de periódicos, cartas, fotos y también cientos de documentos clasificados, incluida información sobre secretos nucleares y planes de ataque a otros países.
Esos documentos no fueron almacenados de manera segura, sino que acabaron en diferentes rincones de la mansión de Trump, como un dormitorio, un salón de baile y un baño, según mostraron fotos incluidas en el escrito de acusación.
Aunque los litigios han incrementado en los últimos meses, el caso que le valió a Trump el controvertido honor de convertirse en el primer expresidente del país en enfrentar cargos judiciales fue el relacionado con la actriz porno Stormy Daniels.
En marzo de este mismo año, un gran jurado en Nueva York presentó cargos contra Trump bajo la acusación de haber supuestamente pagado 130.000 dólares a través de su abogado Michael Cohen a Daniels para que mantuviera silencio sobre una supuesta relación sexual entre ambos diez años antes.
En este caso, Trump enfrenta 34 cargos estatales por falsificación de documentos mercantiles, cada uno de los cuales podría llevar consigo una pena de prisión de hasta 4 años.
La fecha para el juicio está programada para el 24 de marzo del próximo año, coincidiendo con el apogeo de las primarias del Partido Republicano y a tan solo unos meses de las elecciones del 7 de noviembre de 2024.
Mientras continúan las acusaciones, Trump mantiene su narrativa e insiste en que todos los litigios tienen motivaciones políticas y buscan entorpecer su retorno a la Casa Blanca.
Trump, que parte como favorito para las primarias, ha usado los litigios en su contra para recaudar fondos para su campaña electoral y presentarse como el principal defensor de sus seguidores.
La frase que repite una y otra vez en sus mítines es: “Al final, no vienen por mí. Vienen por ustedes, y yo solo estoy interponiéndome en su camino”.
Mientras tanto, sus abogados están trabajando para dilatar al máximo los procedimientos judiciales, con la esperanza de que el expresidente eluda la rendición de cuentas.
Los nuevos cargos “son más preocupantes” ya que “se meten de lleno en lo que la gente trabajando para él hizo para socavar y revertir los resultados de Georgia, que fueron muy importantes para el desenlace” de las presidenciales, asegura a EFE Grant Reeher, director del Instituto Campbell de Asuntos Públicos y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Siracusa.
La acusación de conspiración, según subraya a EFE la profesora del Centro de Derecho de la Universidad de Georgetown Susan Low Bloch, experta en Derecho Constitucional, “generalmente se usa para la mafia”, y “acusar a un expresidente de actuar como un jefe de la mafia es bastante sorprendente e impactante”.
La llamada Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por Extorsión (RICO, por sus siglas en inglés), utilizada en esta ocasión, ha permitido condenar en el pasado a jefes mafiosos como John Gotti, al evitar que esos capos escaparan a la Justicia al no haber cometido los delitos supuestamente ordenados a otros.
Si Trump llegara a ser condenado en Florida y Washington antes de las elecciones de 2024 y ganara esos comicios podría intentar indultarse, y si esos procesos federales todavía no estuvieran cerrados podría maniobrar para que su Departamento de Justicia los desestimara, pero ese poder no se extiende al caso de Georgia, que es estatal.
“No tendría forma de cerrar esta investigación o un juicio. Y no podía ser perdonado”, recalca a EFE Mark C. Smith, profesor de Ciencia Política y Derecho Constitucional de la Universidad de Cedarville (Ohio).
En Georgia, en su opinión, los cargos “realmente reúnen todo lo que sucedió en torno a las elecciones de 2020”: está acusado de “liderar un movimiento que tenía una intención criminal, y fue un movimiento grande y complicado”.
Trump podría recibir en este último caso hasta 20 años de prisión. “Es posible que termine en la cárcel y sea presidente de Estados Unidos. Ciertamente sería impactante y vergonzoso, pero es posible”, subraya Smith.
Georgia sería además el único juicio potencialmente televisado. “Si se convierte en una telenovela diaria en algunos canales y grandes medios podría suponer un punto de inflexión” en su popularidad, añade Reeher.
Pero, según el profesor de la Universidad de Siracusa, “el ciudadano medio se queda solo con que el expresidente ha sido imputado muchas veces. Ha habido ya tantas imputaciones a estas alturas, con tantos cargos diferentes, que la mayoría ha perdido la cuenta y los mete todos en una misma caja, la de que tiene problemas legales”.
Su popularidad salió perjudicada tras las anteriores imputaciones, con caídas de hasta tres puntos porcentuales dos semanas después de que tuvieran lugar, pero se mantiene como el candidato republicano favorito, según la media de sondeos efectuado por la web FiveThirtyEight.
“La mayoría de las élites republicanas han llegado a la conclusión de que necesitan a Trump para sobrevivir e independientemente de lo que piensen de él personalmente, han decidido que lo necesitan a él y a sus votantes para ser un partido viable. Y entonces no están dispuestos a criticarlo abiertamente ni a ofender a sus votantes”, opina Smith.
De momento esta última acusación no ha amainado al expresidente, que se ve víctima de una caza de brujas. Trump dijo este martes estar seguro de que será exonerado, y el próximo lunes presentará en una rueda de prensa un informe “detallado pero irrefutable sobre el fraude electoral” que, según sigue manteniendo, tuvo lugar en Georgia.