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Tirarse la pelota Opinión

Tirarse la pelota

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Tomás Jocelyn-Holt
Por : Tomás Jocelyn-Holt Candidato presidencial liberal independiente
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Chile puede castigar a Eleodoro Matte por la colusión del papel confort (2015), meter presos desde Raúl Torrealba a Pancho Frei y formalizar a Luis Hermosilla, pero el manejo regulatorio del país termina en una ópera italiana con Giorgia Meloni de Carmen de Bizet.


Hubieras supuesto que este Gobierno hubiese sido el campeón regulatorio y el que mejor hubiese manejado crisis como los cortes de luz, los terremotos, incendios, el tema ambiental, minero, sindical y derechos de consumidores. Ha sido todo lo contrario. Ha terminado peleado hasta con los artistas y el Bafona. No solo produjo el desengaño por haber frustrado sus promesas de otra Constitución, su reforma previsional, tributaria o el CAE. Nadie se sorprendió por el hecho de que este Gobierno ni siquiera cumpliera sus expectativas macroeconómicas. El CFA ha advertido sobre el endeudamiento, el deterioro de las cifras fiscales y riesgos en las perspectivas futuras del país.

Pero ya con el litio mostró que no entendió ni el mercado, ni la ventana de precios, ni su geopolítica, ni nuestros competidores. Menos el problema político. Boric terminó entregando el litio a los nietos de Pinochet. Eso le va a penar, más cuando a Ponce Lerou le salió barato y no hubo forma de que el mundo político y los negociadores sincronizaran sus propósitos. Codelco nunca debió haberse hecho cargo del tema. No tiene competencias para ello. Menos Máximo Pacheco, que estuvo en Codelco para el Davilazo bajo Aylwin, ni menos con las cifras actuales de Codelco. Este acuerdo no despierta simpatía fuera ni dentro de Chile. Hasta hoy, Tianqi se queja de no poder someter el acuerdo a una junta de accionistas y, por mucho que es explicable el que todos le digan que no, el país queda como imprevisible para la inversión. 

No hemos sabido manejar el tema chino, ni las disputas comerciales con ellos. Las desconfianzas que despiertan en el Asia Pacífico, Europa y EE.UU. En eso los mexicanos nos llevan ventaja. Nos hemos creído pillos y los chinos han terminado recibiendo a Boric en Beijing mientras cancelan inversiones aquí. Saben extorsionar y ponen nerviosos a exportadores que supeditan nuestras relaciones a las cerezas o vinos. Juan Sutil viajó China el 2020, solazándose (ante quien quisiera escucharlo) de haberlos sobornado con US$ 3MM para terminar trayendo ventiladores mecánicos fallados. Para qué recordar el mal manejo con Huawei para la licitación de la tecnología 5G (también el 2020).

No vamos a reequilibrar relaciones con chinos solo sobre la base de normas. Mientras nosotros nos engañamos con lo que está ocurriendo en la región, los gringos aprobaron una ley para exigir la desinversión de TikTok y subsidios de US$ 12 mil MM para traerse a Arizona a TSMC, el principal fabricante de chips de Taiwán. Hace años que Chile debió abrir otros mercados, en especial con India y hasta hoy queda solo en palabras. El desarrollo portuario está parado. Basta que se declare un humedal y no se puede hacer nada. Chancay en Perú y los argentinos en Tierra del Fuego nos amenazan ante una lentitud para reaccionar que impresiona. No sirve hablar de hidrógeno verde. Huachipato cierra a pesar de las sobretasas al acero chino. 

Eduardo Engel enredó el tema regulatorio el 2015 con Bachelet y hemos terminado con las concesiones paradas. Desde que René Cortázar pudo pasar de ese fatídico directorio de La Polar a candidato a constituyente el 2022, no hay accountability privado. Alberto van Klaveren manda cónsules a Italia para sensibilizar a Enel, como ya antes Nicolás Monckeberg viajó a hacer el ridículo a Dinamarca por el cierre de Maersk el 2018 y terminar en cursos de peluquería como plan de reconversión en San Antonio y dirigentes sindicales comunistas indemnizados por el paro portuario. ¿De qué sirvió tener a un primo hermano de Sebastián Piñera a cargo de Enel hasta marzo pasado (y un exsubsecretario de Frei hoy), si necesitas mandar diplomáticos a Italia en una crisis como los cortes actuales?

Aguas Andinas ha cambiado de propiedad, pero sigue el mismo español en el grupo controlador, Ángel Simón, como anfitrión de candidatos chilenos que viajan a Europa en cada elección (incluido Boric). No fue obstáculo a que Sebastián Piñera pidiera la cabeza de Guillermo Pickering para la crisis de Essal en Osorno el año 2019. También pidió al dueño mexicano de la RED en EE.UU., Ángel González, la salida de Víctor Gutiérrez. Para qué recordar la llamada de Piñera a Suez por Barrancones el 2010.

Por eso nadie entiende que puedas tener un directorio de puros burócratas chinos en el directorio de CGE, junto a Nicolás Eyzaguirre como negrito de Harvard y cundan demandas para cancelar la concesión. Eyzaguirre está ahí porque los chinos entienden que es interlocutor para el Gobierno. De lo contrario, lo sacarían. No cuesta nada. Hubieras pensado que Boric se hubiese desecho de lobbistas políticos en empresas reguladas o poner gente competente que sirviera en una crisis como la actual. ¿Qué interés puede tener un controlador extranjero en que le estén cuestionando a cada rato su presencia en utilities, minería o sectores estratégicos?

En 1999, sometimos al sector eléctrico a una regulación más exigente. Frei entendía el problema con servicios básicos en manos privadas. La tarifa contiene el costo de falla y no era aceptable que las empresas se excusaran por caso fortuito o fuerza mayor. Lagos se relajó con las empresas. Les dio un aumento del 40% de las tarifas de distribución, por sobre el valor que la ley fijaba. Hubo que reclamarle el abuso. Después, senadores DC hicieron lobby para eliminar las indemnizaciones a todo evento.

Se podrá decir que no es imaginable un modelo que sea inmune a inclemencias que no ocurren en 100 años. Pero las empresas tienen incentivos para que ese inflactor por falla se cobre caro en el modelo tarifario. La idea es que opere como un seguro que anticipe las inversiones para impedir las fallas. Eso reclamó Ricardo Raineri al pedir “más economía y menos política” para enfrentar estas situaciones. La ex-CNE María Isabel González advirtió de culpas compartidas, públicas y privadas. Michel De L’Herbe reclama que emergencias como estas no pueden depender de manejo privado y el Estado debiera anticipar modelos de intervención.

Pero la respuesta pública no funciona así. Basta que haya una emergencia para que Claudio Orrego culpe a otros. Crecen los ríos el 2016 y Orrego culpa a las empresas. Sale una nube tóxica del vertedero Santa Marta el mismo año, y Orrego no solo culpa a las empresas, sino que minimiza el peligro. Aparecen grafitis por el estallido en Santiago el 2022 y culpa a cualquiera menos al Gobierno Regional. Ahora, con los cortes de luz, la misma tontera. Ha estado 8 años a cargo de la región y nunca es culpa de su falta de previsión y eso que a cada elección se ofrece como quien velará por ella.

Diego Pardow oscila desde “lamentar el estándar de las respuestas” a repartir ultimátums, abrir la caducidad de Enel y vender que debemos estatizar parte de la distribución eléctrica. Esto con alzas tarifarias groseras en medio de cortes de luz. Tarifas que nadie escudriñó cómo estaban construidas. El Gobierno no tiene manejo regulatorio, ni visión estratégica. Todo es táctico y juega a complacer a los privados y pegarles en público.

Evelyn Matthei propone una demanda colectiva. ¿Que la resuelva la Tercera Sala de la Suprema? ¿Como las isapres? Hay días que uno se pregunta: ¿de qué sirvió que sea hija de militar y economista? ¿Han oído hablar de seguridad energética?

Chile puede castigar a Eleodoro Matte por la colusión del papel confort (2015), meter presos desde Raúl Torrealba a Pancho Frei y formalizar a Luis Hermosilla, pero el manejo regulatorio del país termina en una ópera italiana con Giorgia Meloni de Carmen de Bizet. No sirve más que de espectáculo y todo queda donde mismo, donde las élites económicas del país vegetan y ni siquiera arbitran. El Congreso y tribunales son capturados por las empresas. El Gobierno escala amenazas que quedan en nada, por la complejidad de un tema que no entiende nadie, salvo los consultores que cobran por ello.

Los gringos hablan de “pass the buck” para tirarse la pelota. Viene del póker y grafica el momento en que le corresponde servir a otro jugador. “The buck” viene de antílopes que grafican un chivo expiatorio. Sorprende que los chilenos aspiren a dirigir para solo evadir y enredar. Como esos call centers donde, después de una larga espera, la recepcionista te dirá que no puede resolver tu problema y solo un supervisor podrá, quien no tiene tiempo para atenderte. Nadie es responsable. Hay un “accountability sink”, donde nadie responde y todos terminan barajados en un vacío. Temas que no tienen solución o se espera que se resuelvan solos y te mamen gallos. Truman tenía un letrero en su escritorio que decía “the buck stops here”, para enfatizar que el presidente asumía siempre la última responsabilidad y él no se iba a correr. El próximo Presidente chileno haría bien en emularlo y poner uno que diga: “¡Corten la chacota!”.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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