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El nuevo pressing de la UC

El nuevo pressing de la UC

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En sus dos primeros partidos, Universidad Católica exhibió una interesante presión a la hora de recuperar el balón, sin embargo, en el duelo frente a Unión Española fue sostenida sólo en los primeros 45 minutos, donde se generaron las principales ocasiones de gol. En el segundo tiempo los jugadores no aguantaron el ritmo y apenas inquietaron.


Hace un par de décadas se hablaba de que en el fútbol lo más importante eran los jugadores, y que muchas veces los entrenadores cumplían un rol secundario. Esta idea era defendida por buena parte del periodismo y principalmente por los técnicos de la época, que intentaban disimular sus carencias excusándose por la falta de plantel o de futbolistas de calidad. Por lo visto en el arranque del torneo, sería difícil sostener esa postura en Católica, porque con los mismos jugadores, pero con un cambio de estratego, la UC es otra.

Mario Salas sólo ha podido sumar dos incorporaciones: Roberto Gutiérrez, que con pocos días de prácticas tuvo un pálido debut de 35 minutos ante Unión, y Walter Ibáñez, quien podría tener su estreno ante Cobresal. Sin embargo, los verdaderos refuerzos están en el mismo plantel, porque hay jugadores que realmente se pusieron ese overol que hace rato estaba guardado.

Desde su primer entrenamiento, el técnico ha querido impregnar a sus dirigidos el concepto de solidaridad, por lo mismo, al finalizar cada práctica reúne a sus jugadores y gritan al unísono “Ubuntu”, palabra proveniente de la etnia zulú que resume los principios de lealtad y de compañerismo. Significa “soy lo que soy gracias a todos”.

Y en la cancha se ha apreciado dicha consigna, porque los jugadores, al menos hasta que el físico los ha acompañado, pusieron todo en función de recuperar el balón a través de un pressing general, o bien para participar como alternativas en las acciones ofensivas.

Álvaro Ramos, por ejemplo, no sólo ha sido importante a la hora de generar peligro por la banda derecha, sino que también ha mostrado generosidad en la recuperación, corriendo como nunca para ayudar en el quite. O Michael Ríos, con todas las limitaciones que puede encontrar al desempeñarse en un puesto que no le acomoda, fue el futbolista cruzado que más cerca estuvo de batir a Diego Sánchez, y no con tiros de media distancia como se podría pensar, sino que llegando como eventual centrodelantero. Eso de acompañar las jugadas se está impregnando en San Carlos de Apoquindo.

Frente a Deportes Antofagasta, con la ventaja tempranera en el marcador, Católica no se vio en la obligación de mantener el ritmo durante todo el partido, aunque ese “relajo” pudo haber costado caro en los últimos minutos. Sin embargo, frente a Unión Española la necesidad del resultado obligó a los cruzados a un tremendo desgaste en el primer tiempo, donde merecieron abrir el marcador. En el segundo lapso el panorama fue distinto, ya que los futbolistas de la UC no pudieron sostener la misma intensidad, ni en las coberturas ni mucho menos en las llegadas, porque en esa fracción fue el conjunto de Santa Laura el que estuvo más cerca de convertir.

El 0-0 dejó buenas sensaciones en la hinchada, porque más allá de sumar apenas un punto, los simpatizantes de Católica quedaron tranquilos por la propuesta y entrega del primer tiempo.

El equipo tiene mucho que mejorar. En primer lugar, si los jugadores no aguantan el ritmo durante todo el partido van a tener que saber dosificar las energías, porque la merma física podría perjudicarlos en los últimos minutos, sobre todo si no han logrado establecer una ventaja en los momentos de dominio. Otro aspecto a considerar es el finiquito. En la etapa inicial -fundamentalmente- se extrañó a un goleador como Roberto Gutiérrez. Cuando Católica lo tuvo en cancha el cuadro ya no generaba peligro ni mucho menos, pudo habilitarlo con balones con ventaja.

Por último, Católica necesita contar con un volante que sepa manejar mejor los tiempos. Porque no se consigue mucho con recuperar el balón si luego no es administrado con inteligencia. Para dejar de improvisar en la posición, Mario Salas tiene puestas sus esperanzas en Darío Bottinelli, un futbolista que ha estado muy lejos de su nivel. Diego Rojas, la segunda alternativa en la creación, no ha respondido a las oportunidades, aunque ahora en el Sudamericano Sub 20 de Uruguay tendrá minutos para demostrar su calidad.

La UC sigue en la búsqueda de su tercer refuerzo y todo parece indicar que llegaría un ex discípulo del entrenador: Cristián Bravo, una de las figuras del Mundial de Turquía Sub 20. Un puntero muy veloz que entiende a la perfección lo que significa “Ubuntu”.

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