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Sevilla, Juventus, Roma y Bayer Leverkusen avanzan a semifinales de Europa League DEPORTES Crédito: EFE

Sevilla, Juventus, Roma y Bayer Leverkusen avanzan a semifinales de Europa League

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De esta forma, el Sevilla se medirá ante la Juventus, mientras que la Roma se enfrentará al Bayer Leverkusen por las semifinales de la Europa League.


El Sevilla FC venció (3-0) este jueves al Manchester United en la vuelta de cuartos de final de la Liga Europa celebrada en un eufórico y lleno Ramón Sánchez-Pizjuán, un paso más en la leyenda del seis veces campeón de la competición, que se medirá por un puesto en su séptima final con la Juventus.

El cuadro español se comió al inglés con el ambiente en Nervión y con la puesta en escena de juego, compromiso y gol. Un error de Maguire propició el 1-0 de En Nesyri a los ocho minutos mientras que Badé dobló la renta al poco de la reanudación, en un remate con el hombro que tocó el larguero y se coló en la red de David de Gea. El meta español regaló también el tercero al marroquí, superados los ingleses desde el aviso que les dejó Old Trafford.

El United, con hasta cinco bajas en su habitual once, fue engullido por la mística continental de un Sevilla que hace suya esta Liga Europa, como en el tramo final en Mánchester para hacer un 2-2 de la nada. José Luis Mendilibar, en el banquillo andaluz desde hace un mes, ha dado las armas para resucitar a un equipo que muerde arriba, aprovecha sus ocasiones y es fuerte atrás.

El cuadro local, espoleado por el ambiente de las grandes noches, lanzó la presión y recogió sus frutos ante Maguire. El internacional inglés se vio rodeado y En Nesyri aprovechó el mano a mano con De Gea (1-0). El equipo de Ten Hag tardó 20 minutos en volver en sí, con buenas carreras de Antony y pocas de Sancho para paliar la ausencia de un cerebro como Bruno Fernandez, pero sin remate.

Pese a la lesión de Marcao, el Sevilla supo mandar y defenderse cuando tocó, para llegar a hacer el 2-0 antes del descanso. El duelo se volvió, con ese tanto de Ocampos que fue anulado por milímetros, en un ida y vuelta que volvió a encender al Pizjuán. El equipo de ‘Mendi’ tenía la sartén por el mango y lució pegada a los dos minutos de la segunda parte con el remate de Badé.

En un saque de esquina de un Rakitic mariscal durante todo el encuentro, el defensor francés firmó un remate parabólico con el hombro que hizo enloquecer al Pizjuán (2-0). Ten Hag había metido ya al ‘tocado’ Rashford tras el paso por vestuarios, pero la empresa inglesa se antojaba imposible por juego y sensaciones.

‘Mendi’ quería más control, pero el corazón iba por su cuenta en un Sevilla que no dejó de apretar y buscar el tercero. Weghorst fue la otra opción de Ten Hag, pero los locales eclipsaron a un United con mucha menos fe. La defensa ‘red devil’ la sacó en boca de gol, Navas frenó a Rashford y, en otro arreón, llegó el 3-0 de En Nesyri tras un grave error de De Gea a 10 minutos del final.

La Juventus, otro grande que tendrá que pasar por el Pizjuán, se puede dar por avisada. El Sevilla, en un año de penurias, no renuncia a su leyenda. El efecto Mendilibar se ve en competición doméstica, saliendo finalmente de la zona baja, y en la Liga Europa recupera el club su mejor versión, favorito a un séptimo título.



Crédito: SportsCenter

Juventus pone fin al sueño europeo del Sporting de Portugal

El Sporting de Portugal y el Juventus de Turín empataron este jueves (1-1) en Lisboa en el partido de vuelta de los cuartos de la Liga Europa de fútbol, por lo que el triunfo por 1-0 en la ida garantizó a la “Vecchia Signora” el pase a la siguiente ronda de la competición.

Después de que el Oporto y el Benfica cayeran a manos del Inter de Milán en la Liga de Campeones y de que el Braga fuera eliminado por el Fiorentina en la Liga de Conferencia, ahora le tocó al Sporting caer ante un cauteloso Juventus, que sufrió para eliminar a los portugueses.

En Lisboa, el partido se decantó mayoritariamente hacia los locales, con momentos de intensa presión, pero sin hacer mella en los de Massimiano Allegri, bien organizados defensivamente y sin duda felices tras haber recuperado temporalmente los 15 puntos que les fueron retirados en la Serie A.

Los “leones”, alentados por la mayor afluencia de público a su estadio esta temporada, arrancaron bien el partido, pero no tardó en caer un balde de agua helada sobre la capital portuguesa gracias al gol del Juventus en el minuto 9.

Tras un córner, el titubeo de los defensas del Sporting creó una oportunidad para que Rabiot marcara el tanto inicial del partido y aumentara el grado de dificultad para los lusos.

El gol del francés permitió a Massimiliano Allegri poner a su Juve a hacer lo que mejor sabe, bajar sus líneas para conservar la ventaja, pero la rapidez del inglés Marcus Edwards obligó al experimentado técnico a replantearse su estrategia.

En un momento del partido en el que el Sporting presionaba más, Edwards corrió por la banda derecha de forma supersónica y asistió a Trincão, que envió el balón al poste.

La jugada continuó con el uruguayo Manuel Ugarte, una de las grandes figuras de la primera parte, que al llegar al rechace fue placado por Rabiot en el área, lo que llevó a Edwards, aún a mil por hora, al punto de penalti, desde donde empató a los 20.

La “Vechia Signora”, acampada en su campo, realizó pocas visitas a la portería defendida por el madrileño Antonio Adán, pero las que efectuó causaron cierto peligro, debido a alguna desconexión defensiva del equipo verdiblanco.

El mayor quebradero de cabeza para los turineses fue Ugarte, omnipresente en el campo y una auténtica pesadilla para Chiesa o Di María, al igual que el japonés Morita, que repitió su brillante actuación en Italia.

Pero fue en una pérdida de Morita cuando el Juventus estuvo cerca del segundo, que no llegó porque el centro de Juan Cuadrado fue demasiado rápido y raso para que Vlahovic, solo ante la portería, lo rematase bien.

Como en el partido de ida, el Sporting tuvo algunos problemas de definición. A ello no ayudó un muro juventino compuesto por dos viejos conocidos, los brasileños Alex Sandro y Danilo, que vistieron la camiseta del Oporto durante muchos años.

A medida que el cronómetro avanzaba, el Juventus recurrió a las lecciones más arraigadas del “Calcio” para estar con un pie en semifinales, aunque no con la misma cohesión de antaño.

Un ejemplo de ello fue la distracción de Danilo, que dejó al lateral Esgaio solo delante de Szczesny y con el empate en sus pies, pero éste disparó demasiado fuerte.

Mientras los turineses echaron mano de su experiencia, los lisboetas fueron a por todas e incluso Sebastián Coates se sumó al ataque.

El veterano central uruguayo fue el que más cerca estuvo del gol en los últimos instantes -y en todo el partido-, y sus fallos sumieron en la desesperación a los aficionados verdiblancos.

El Sporting se despidió de la Europa League con la sensación de que podía haber hecho más, después de que dos errores en los dos partidos le pasaran factura.

A su vez, el pragmatismo y la experiencia del Juventus le bastaron para seguir en la competición y para poder dar un vuelco a su inusual temporada.

Crédito: ESPN

Dybala resucita a la Roma y lo lleva a la semifinal

Paulo Dybala resucitó este jueves al Roma con un tanto fundamental en los últimos compases que alargó el partido hasta la prórroga, en la que guió a los suyos a la victoria ante el Feyenoord (4-1, 4-2 global) y a las semifinales de la Liga Europa de fútbol, en las que se medirá al Bayer Leverkusen de Xabi Alonso.

Paulo Dybala volvió a ser la pieza clave del Roma. No hay mucho más misterio en la noche europea del jueves en la capital italiana. El Roma parecía muerto, desahuciado con el tanto de Paixao, pero revivió de la mano de un Dybala que, a medio gas, tocado todavía de la lesión que sufrió en la ida, volvió a conducir al éxito a los de Mourinho.

Sufrió el conjunto ‘giallorroso’ sin su estrella en la primera mitad. El Roma empezó motivado, intenso, acompañado por un Estadio Olímpico lleno, incluida la parte visitante por la prohibición de entrada a los aficionados neerlandeses, que intimidó en los primeros instantes, pero falto de lucidez en los metros finales. La que pone siempre Dybala.

Y es que muy consciente de la importante baja de su rival, el Feyenoord en defensa fue un cerrojo. Juntó la línea de defensa y la del centro del campo y complicó sobremanera el tránsito por el carril central, obligando a los de Mourinho a lanzar el largo constantemente, un remedio que apenas surtió efecto.

Solo la calidad de Spinazzola por la izquierda generaba espacios que luego el propio carrilero desestimaba con centros desacertados. Matic exhibió su calidad en acciones defensivas todo el partido, imperial minimizando al máximo los ataques rivales.

El efecto estadio fue desapareciendo a medida que el Feyenoord fue asentándose. Un disparo de Cristante que rozó el palo, una contra mal gestionada entre Belotti y Pellegrini y un disparo de El Shaarawy fueron lo más destacado en ataque de una ‘Loba’ que, además de verse incapaz en metros finales, sufrió la lesión de Wijnaldum.

A todo esto, el Feyenoord llevó el partido a su terreno. Pérdidas de tiempo desde el minuto 1, faltas para cortar el ritmo y tanganas para sacar de quicio a los italianos surtieron el efecto deseado. No se jugaba con regularidad.

Los neerlandeses fueron creciendo paulatinamente basándose en esa solidez defensiva y a raíz de la ocasión más clara del partido. Una gran combinación en el centro del campo que acabó con un centro que remató potente Szymanski directo a puerta, justo al sitio en el que estaba un Rui Patricio que se encontró el balón y lo desechó a bocajarro.

El segundo acto comenzó igual que el primero, con un arreón de los locales que desembocó en remate al palo de Pellegrini. El estadio empezó a creer y tras una respuesta neerlandesa, llegó el ansiado gol romanista. Spinazzola, clave en el éxito de este equipo, remachó un balón suelto e incendió, más todavía, el partido.

Las piernas de los jugadores del Feyenoord empezaron a temblar. Las de los del Roma volvieron a estar frescas. El conjunto de Róterdam empezó a desconfiar, a tener dudas de la que había sido hasta el momento una salida de balón perfecta que derivó en una imprecisa. El gol lo cambió todo.

La entrada de Dybala fue un plus añadido que volcó el choque aún más hacia la meta defendida por Bijlow. Incluso Cristante puso el 2-0 en el marcador, pero el colegiado anuló el tanto por una falta previa clara de Abraham.

Pero lo que parecía ir en una dirección cambió radicalemente con la lesión de Smalling, líder absoluto de la zaga ‘giallorossa’. Sin él, el Roma fue más débil atrás. Y el Feyenoord sacó el máximo rédito posible cuando estaba contra las cuerdas. Paixao remató libre de marca y anotó el empate a uno. Se hizo el silencio en el Olímpico.

El problema del Feyenoord fue el mismo que el otros tantos equipos que pasan por la capital italiana. Tiene nombre y apellidos. Es Paulo Dybala. La ‘Joya’ no falla en los momentos grandes desde su llegada a Roma. Un buen control dentro del área le bastó para hacer sangre, para reenganchar a la afición y para llevar el partido a la prórroga.

Pasó de todo en el tiempo suplementario. La tuvo el Feyenoord clarísima en botas de Giménez. Dybala asustó con una recaída, visiblemente molesto, pero se recuperó para poner un córner a la cabeza de Ibáñez que acabó en la madera. El partido se rompió ante el desgaste físico, y entre idas y venidas llegó la sentencia. Pellegrini encontró a Abraham en el área y el ariete hizo lo propio con El Shaarawy.

Pero no se quedó ahí el encuentro. Otra vez Dybala fue la fórmula de la felicidad. Pase de oro a Abraham que el ariete estrella en el meta pero cuyo rechace recogió Pellegrini para poner el 4-1 definitivo con suspense por la revisión del VAR.

El Roma es Dybala y diez más. El campeón del mundo llevó a los suyos a las semifinales, en las que se medirá al Bayer Leverkusen de Xabi Alonso.

Crédito: ESPN

El Leverkusen y Xabi Alonso, a semifinales

Un arranque contundente ante un rival inexperto condicionado por la presión facilitó la victoria en Bruselas (1-4) del Bayer Leverkusen de Xabi Alonso, que se situó en las semifinales de la Liga Europa y acabó con el equipo revelación del Viejo Continente, que, cuando recuperó el desparpajo y quiso reaccionar, ya tenía la clasificación muy cuesta arriba.

El Union St. Gilloise belga ha sido la sensación de la Liga Europa. Sin bagaje en este tipo de competición estuvo a un paso de situarse entre los cuatro mejores del torneo. Afrontó la cita como local con un buen marcador obtenido en el choque de ida, empate a un tanto que complicaba la tarea del Leverkusen.

Pero el equipo germano impuso su ley desde el principio. Refuerza a Xabi Alonso la situación del Bayer. Cuando el preparador español llegó al BayArena el equipo estaba en descenso en la Bundesliga y con un pie fuera de la Liga de Campeones. Ahora, meses después, el cuadro de Leverkusen está en la parte alta de la clasificación alemana y es aspirante al título de la Liga Europa, a la que llegó como tercero de su grupo en la ‘Champions’ y dejó fuera al Atlético Madrid.

El conjunto de Xabi ya lleva doce partidos sin perder. Empezó a fraguar la victoria a los dos minutos, en una acción que nació en una conducción de Florian Witz que terminó con un balón dividido entre Adam Hlozek y el defensa Senne Lynen que acabó en los pies de Moussa Diaby, que superó al meta Anthony Moris.

El equipo de Karel Geraerts ni siquiera había asimilado la situación y Jeremie Frimpong pudo hacer el segundo a los veinte minutos. Pero llegó a siete del descanso, en una transición que inició Diaby, que centró al checo Adam Hlozek y culminó el neerlandés Mitchel Bakker.

Tras el descanso el encuentro se desató. Marcó el tercero que sentenció el choque Jeremie Frimpong, vivo ante el error garrafal del portero Moris ante la presión de Bakker.

Fue entonces, con todo perdido, cuando despertó el St. Gilloise. Acortó distancias enseguida, cinco minutos después, en el 65, en una estupenda jugada por la izquierda, robo incluido, de Loic Lapoussin que terminó con un centro al área que recogió el finlandés Casper Terho, que amagó, tiró y marcó.

Después pudo hacer el segundo Victor Boniface de cabeza y a continuación Simon Adingra tiró a un palo. Pudieron ser el segundo y el St. Gilloise, a la desesperada, reengancharse al duelo. Pero fue al contrario.

A diez minutos del cierre un tiro de Diaby que rechazó el portero Anthony Moris fue recogido y aprovechado por el checo Adam Hlozek, que hizo el cuarto, hundió del todo al representante de Bélgica y llevó a semifinales al Leverkusen de Xabi Alonso.

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