Los paraguayos que eliminaron a El Nacional de Ecuador no tienen nada que perder. Al contrario, irán por la hazaña de dejar fuera a un campeón de la Libertadores. Hoy son los colistas de su liga, pero a nivel internacional las motivaciones cambian.
Colo Colo logró avanzar a la siguiente llave de Copa Libertadores, buscando y anhelando esa clasificación a la zona de grupos y dejando en el camino a un rival importante por el momento y juego, como era Godoy Cruz.
Y era muy importante hacerlo, no solo por el orgullo deportivo que significa para un equipo de la magnitud de los albos estar siempre presente en el máximo certamen de clubes a nivel continental, sino que también porque las arcas se benefician.
Colo Colo fue estratégico. Había ganado en Mendoza por la mínima, pero la revancha se iba a plantear como un desafío anímico y de juego. Las últimas ocasiones en que los albos debieron definir o cerrar clasificaciones en su cancha, fueron eliminados. Ese peso existía en la previa. Había que superar no solo al rival, sino también ese lastre que se había generado en el último tiempo.
Fue un partido netamente de copa, de alta intensidad y emocionalidad. Había que gestionar eso. Tal vez, más allá de lo táctico, era determinante lo sicológico. Ahí estuvieron varios líderes para llevar adelante la tarea: Cortés, Falcón, Pavez y Vidal, que no solo se echaron el equipo al hombro, sino que también supieron mostrar jerarquía y liderazgo en los instantes más complejos del partido.
Desde el juego (y es sabido hace mucho tiempo), en torneos internacionales los equipos chilenos sufren con la intensidad y ritmo que se juega en esta parte del mundo. Llegan con poca competencia. De hecho, los albos, con su equipo titular, llegaron con dos partidos en el cuerpo ante el primer desafío. Los argentinos ya tenían once.
El rodaje de las piezas es clave para sumar, más aún cuando los albos están tratando de asimilar la idea de juego de su nuevo técnico. La competencia ayuda mucho en eso.
Ahora viene Sportivo Trinidense, de Paraguay, un equipo de menor historia y rango que los albos, lejos de aquellos poderosos de esa nación como Olimpia, Cerro Porteño o Libertad, pero precisamente ahí existe un factor de riesgo enorme. Los paraguayos que eliminaron a El Nacional de Ecuador no tienen nada que perder. Al contrario, irán por la hazaña de dejar fuera a un campeón de la Libertadores. Hoy son los colistas de su liga, pero a nivel internacional las motivaciones cambian y muchos equipos como el Trinidense se juegan la vida.
Por eso, Colo Colo debe estar muy centrado. No está dicha la última palabra. El primer paso fue importante.