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Lucas Barrios, el gran ceniciento

Lucas Barrios, el gran ceniciento

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De los que venían como acompañantes y tuvieron la oportunidad de mostrarse, el que sacó mejor provecho fue Lucas Barrios, el ex colocolino y actual militante del Montpellier de Francia.

El “pantera” no jugó el primer partido. Lo pusieron unos minutitos en el segundo cuando Paraguay buscaba el empate ante Argentina, y se convirtió en el héroe de la jornada al conseguirlo con un zurdazo demoledor ya en los descuentos. Al partido siguiente ingresó como titular, frente a Uruguay, y logró el empate con un cabezazo propio de los paraguayos. De simple reserva pasó a ser integrante del equipo ideal que confeccionó la Conmebol al terminar la fase clasificatoria.

Algo similar ocurrió con Thiago Silva. El central brasileño quedó marginado en el primer partido, desplazado de la titularidad por David Luiz. Al recuperarla en el segundo encuentro, cumplió una actuación satisfactoria pese a la derrota por la cuenta mínima. En el tercer encuentro, en cambio, fue decisivo: aparte de darle enorme solidez a su línea defensiva, anotó uno de los mejores goles del torneo al empalmar de volea un servicio de esquina.

¡Y qué decir de Eduardo Vargas! Con muy poco fútbol en el cuerpo, con más cara de suplente que de titular ingresó después del descanso en el partido con Ecuador y al poco rato ya había convertido su clásico gol. Frente a México comenzó como carrilero, y apenas lo devolvieron a sus funciones habituales anotó otro. Ante Bolivia no acertó con el arco, pero mantuvo su peligrosidad y participó decisivamente en la apertura de la cuenta.

México confiaba mucho en Rafael Márquez, su máximo referente, pero se lesionó en el primer partido y no se le vio más. El “tapado” fue Jesús Manuel Corona, un volante que abierto por la izquierad se convirtió en pesadilla frente a los bolivianos en el encuentro inaugural y contra Chile en el partido siguiente.

Ecuador tenía a Enner Valencia como carta de triunfo, y respondió adecuadamente, aunque sin alcanzar alturas de estrella. Su revelación fue Jefferson Montero, endiablado puntero izquierdo.

Otro valor en el que se confiaba poco y rindió mucho fue Javier Pastore, el volante argentino que acompañó a Messi en la creación.

Nunca había conformado jugando con la albiceleste, pero ahora tuvieron que reconocerle sus méritos.

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