El último boleto para semifinales fue para Wawrinka, quien venció en dos sets al escocés Andy Murray.
Si Stanislas Wawrinka jugase siempre como lo hizo a mediados del segundo set ante Andy Murray, sería el número 1 indiscutido del mundo.
En esos pasajes en los que llegó a colocarse 5-2 arriba, el suizo parecía de otro planeta. Con una agresividad increíble, parecía un Rey Midas, en que cada toque de balón lo convertía en oro sólido, ante el asombro de su adversario que no parecía ser el 2 del mundo y del público que llenaba las gradas del O2 de Londres.
El nacido en Lausana era una máquina de tiros angulados, golpes a velocidad supersónica, y un revés privilegiado (quizás el mejor del circuito) que como un latigazo castigaba a uno y otro lado del desconcertado escocés.
Y aunque el amor propio llevó a Murray a dar lo mejor de sí para recuperar terreno (en lo que ayudó, y mucho, la laguna en la que cayó el helvético cuando servía para sentenciar el 6-2), no alcanzó para nivelar y el partido se definió por 7-6 (4) y 6-4.
De esta forma, se repetirá en el Masters de Londres el choque de semifinales del año pasado, cuando Roger Federer, hexacampeón del torneo, lo venció por 4-6, 7-5 y 7-6 (6), en un partido caliente en la cancha y en las tribunas (fue el día en que Mirka Vavrinec, la esposa de Federer, se burló de Wawrinka).
La serie la lidera Federer por 17-3. Pero si Wawrinka juega como a mediados del segundo set…
En tanto, a primera hora, Rafael Nadal confirmó su buen andar con un triunfo sobre David Ferrer por 6-7 (2), 6-3 y 6-4 para cerrar invicto el Grupo Ilie Nastase.
Lo bueno para Rafa es que ganó un partido complicado y en el que ambos expusieron un profesionalismo a toda prueba. Nadal entró a la cancha con el primer puesto del grupo en el bolsillo y su compatriota ya estaba eliminado, pero jugaron como si fuese la definición del torneo.
Lo malo es que jugó dos horas y 37 minutos (el partido más largo hasta el momento) y eso puede pesarle mañana, cuando deba enfrentar a Djokovic.
Además, lo hará en el primer turno (11:00 de la mañana en Chile), con lo que tendrá menos horas de descanso. Será el cruce oficial número 46 entre ambos, con ventaja por ahora del español por un estrecho 23-22, pero de los últimos ocho partidos el serbio ha ganado siete.
Además, Djokovic ha ganado los tres partidos en que se han topado este año, y Rafa no le gana a Nole en pista cubierta desde el año 2010 (también en el Masters).
A favor de Nadal hay que decir que su juego y su confianza están en alza y que las dos veces que disputó la final del Masters (2010 y 2013) lo hizo después de llegar a semifinales invicto, tal como ahora. “La temporada de Djokovic es casi increíble. Necesitaré ir al límite de mis posibilidades para tener alguna oportunidad”, dijo el manacorí. Y tiene razón.
