El presidente de Ecuador, Rafael Correa, reprendió a víctimas del terremoto magnitud 7,8 debido a sus quejas por falta de agua, víveres y ayuda para remover los escombros: «Aquí nadie me pierde la calma, nadie grita o lo mando detenido, sea viejo, joven, hombre o mujer. Nadie me empieza a llorar o a quejárseme por cuestiones que falten, a no ser por seres queridos que hayan perdido», dijo Correa.