Olivia Jessop es solo una niña, pero la muerte no le da miedo. Por eso ayuda en la funeraria de su abuela. Sus amigos, cuenta, dicen que lo que hace es “interesante”.
«Cuando camino delante del coche fúnebre me da un poco de miedo», dice Olivia Jessop.
Pero ese temor es porque no sabe si está caminando «muy rápido o muy despacio», cuenta esta niña británica.
A sus 12 años, a Olivia no le da miedo la muerte. Y por eso trabaja ayudando en la casa funeraria que dirige su abuela.
No es la actividad más normal para alguien de su edad, pero Olivia encuentra satisfacción en ayudar a las familias en el difícil trance de despedir a un ser querido.