Cuando Andre Kuik nació en Indonesia, hace 40 años, fue separado de su madre biológica contra la voluntad de ésta.
El bebé terminó en Holanda, no se sabe cómo, donde fue adoptado y criado.
Aunque tuvo una vida feliz, siempre quiso saber sobre sus raíces y buscó ayuda con una fundación para encontrar a su familia biológica.
Esto es lo que sucedió cuando Andre vio por primera vez a su madre Kartini después de cuatro décadas.