Un centenar de personas salió a las calles de Santiago para despedir los restos del sacerdote Mariano Puga, «el cura obrero», recordado por su carisma y por ser un ferviente defensor de los Derechos Humanos. El sacerdote, que falleció la madrugada del sábado 14 de marzo a los 88 años, dedicó su vida a los más pobres y a la defensa de los DDHH, ya fuese durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) o durante el actual estallido social que vive el país. Tuvo un último adiós en la emblemática Plaza de la Dignidad.