Tras consecutivas movilizaciones estudiantiles en la capital del país durante los últimos días, se espera que la jornada tenga una alta convocatoria en las calles, por lo que el Ejecutivo dispuso un amplio contingente policial de 2.500 efectivos en puntos críticos repartidos en 15 comunas de la Región Metropolitana, destinados a disuadir actos de violencia. El Presidente Gabriel Boric, junto a su gabinete ministerial y Fundación Allende, participan desde temprano en una jornada de reflexión en el Patio Los Naranjos de La Moneda.
Concentraciones masivas, actos culturales y recorridos por sitios de memoria son algunas de las actividades con que este domingo Chile vive una nueva conmemoración del golpe militar de 1973, hito que llega en un escenario político complejo marcado por el rechazo a la nueva Constitución que buscaba superar la carta magna heredada de la dictadura.
«Queremos conmemorar el 11 de septiembre reflexionando sobre el pasado, pero también mirando al futuro», afirmó la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo.
«La memoria también es futuro y eso es lo que queremos transmitir», agregó la secretaria de Estado, anunciando una serie de actos que durante la mañana estarán encabezados por el Presidente de la República, Gabriel Boric.
No obstante, algunos comenzaron el sábado y se han replicado en diversos puntos de Santiago: la de Red de Actrices de Chile recorrió calles de la capital chilena desplegando su performance «Memorias Caminadas», que terminó con 49 cuecas – el baile nacional- en memoria de las mujeres que perdieron familiares durante la dictadura.
En esta oportunidad, el debate constitucional en el país, esta vez concentrado en los partidos políticos y en el Congreso, imprime a estas conmemoraciones un sello distinto: la estructura del Estado chileno y, por ejemplo, su carácter subsidiario, están basados principalmente en el ordenamiento de la Constitución de 1980, pese a las numerosas reformas que se hicieron en la administración de Ricardo Lagos (2000-2006).
«Lo mejor para Chile sería que el próximo año tengamos el proceso constituyente resuelto (…) yo esperaría que cuando se conmemoren los 50 años del golpe de Estado tengamos acordada una nueva Constitución, sería lo más sano para todos y todas», señaló durante la semana la ministra del Interior, Carolina Tohá.
Como todos los años, múltiples organizaciones sociales y políticas —encabezadas por el Partido Socialista (PS)—, junto a las agrupaciones de familiares de víctimas, impulsarán decenas de actos conmemorativos a lo largo de todo el país, incluyendo la conocida romería por todo el centro de Santiago hasta el Cementerio General, espacio donde se ubica el Memorial del Detenido Desaparecido y el Ejecutado Político, además de otros hitos emblemáticos como el Patio 29 y la tumba de Salvador Allende.
En tanto, la directiva del Partido Radical que encabeza Leonardo Cubillos, realiza un acto de homenaje al diputado detenido desaparecido Gastón Lobos Barrientos, inaugurando un salón en su honor.
El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, junto a directores de servicio de la cartera, y la Agrupación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Ejecutados de Paine, también es parte de un homenaje y ofrenda floral en el Memorial Paine.
La Coordinadora Feminista 8M organiza el “Encuentro por las mujeres, las memorias y contra toda impunidad de ayer y hoy”. Con artistas invitadas y visitas guiadas, en el Estadio Nacional, en Ñuñoa.
Por su parte, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos centrará sus actos en recordar a las mujeres víctimas de la dictadura, así como aquellas que levantaron la resistencia popular desde las poblaciones y en la lucha por verdad, justicia y reparación de los crímenes de lesa humanidad.
Tras consecutivas movilizaciones estudiantiles en la capital del país durante los últimos días, se espera que la jornada tenga una alta convocatoria en las calles, por lo que el Ejecutivo dispuso un amplio contingente policial de 2.500 efectivos en puntos críticos repartidos en 15 comunas de la Región Metropolitana, destinados a disuadir actos de violencia.
El 11 de septiembre de 1973 las fuerzas armadas chilenas derrocaron al gobierno democrático de Salvador Allende (1970-1973), dando paso a una de las dictaduras más largas y brutales de América Latina que, comandada por Augusto Pinochet (1973-1990), dejó decenas de miles de víctimas de prisión política, tortura, ejecución y desaparición forzada.
La dictadura cívico militar de Pinochet violó de forma sistemática los derechos humanos afectando a más de 40.000 chilenos, incluyendo cerca de 1.200 detenciones con desaparición forzada que aún esperan un esclarecimiento.
A la fecha, Chile cursa uno de sus ciclos políticos más complejos del último tiempo: la discusión constitucional aún no traza certezas sobre los pasos que vendrán y algunos partidos de la derecha ya muestran resistencia, anclados en un 62 % de votantes que decidió el pasado domingo rechaza la nueva carta magna.