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Arianna de Sousa-García, autora: “Generalmente la literatura no da respuestas”

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Emilia Aparicio
Por : Emilia Aparicio Periodista El Mostrador
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La escritora y periodista portocruzana, Arianna de Sousa-García, construye en 144 cartas una conmovedora novela de no ficción sobre el duelo migratorio y las dificultades que enfrentan quienes se ven obligados a abandonar su patria.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
“Atrás queda la tierra”, escrita por Arianna de Sousa-García, es una novela de no ficción que explora el dolor del duelo migratorio y las complejidades del éxodo venezolano. La autora, una mujer y madre migrante, combina su experiencia personal con testimonios de otros venezolanos, enfocándose en el impacto deshumanizante de ser visto solo como estadísticas. La narración intenta hacer comprensible el profundo sentimiento de desarraigo a través del diálogo con su hijo, quien no se identifica con un solo país.
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Mientras su mundo se cae a pedazos, la narradora de Atrás queda la tierra registra su experiencia como mujer y madre migrante, y describe, de paso, la historia del éxodo venezolano.

La escritora y periodista portocruzana, Arianna de Sousa-García, construye en 144 cartas una conmovedora novela de no ficción sobre el duelo migratorio y las dificultades que enfrentan quienes se ven obligados a abandonar su patria.

El relato no solo da cuenta de las vivencias de la autora en torno a la migración. Reúne, además, testimonios de otros compatriotas suyos que han experimentado la violencia del destierro.

“Generalmente la literatura no da respuestas”, expresa la autora en esta entrevista.

“El ejercicio de intentar responderse las cosas es lo que nos permite cierto nivel de entendimiento. El libro fue un ejercicio de intentar entender ese dolor, de intentar poder comunicarse de alguna manera si es que lo que tienes a mano no te funciona”, agrega la autora.

En el libro, la voz que narra le describe la catástrofe de una nación a su hijo, un pequeño niño que no se siente ni de Venezuela, ni de Chile, ni de ningún país, sino de todos al mismo tiempo. El desarraigo al que son sometidos quienes migran sin desearlo atraviesan el relato, y nos revelan los alcances de la crisis social y humanitaria que atraviesa Venezuela.

“Yo entiendo que el número es la manera de poder llegar a las políticas publicas y de poder medir, entiendo que son importantes pero el número deshumaniza un montón, cuando uno dice somos un millón de personas venezolanas la gente ve ese millón de manera abstracta, no ve ese millón de caras o ese millón de cuerpos, no piensa en cuánto espacio ocupa ese millón de cuerpos en las historias personales”, afirma.

Revisa la entrevista completa a continuación:

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