La documentación –obtenida por El Mostrador– le permitió a la Fiscalía señalar, durante la formalización, que el abogado de connotados políticos y figuras públicas, además de asesor del Ministerio del Interior en el Gobierno de Piñera, habría lucrado con una maquinita de hacer dinero ilegal.
El caso Hermosilla destapó una olla de grillos que parece extenderse más allá del expoderoso penalista, los hermanos Sauer, y compañía. Según documentos obtenidos por El Mostrador, habría que poner la atención sobre el papel que juegan en esta historia los empresarios Jalaff.
La documentación le permitió a la Fiscalía señalar, durante la formalización, que el abogado de connotados políticos y figuras públicas, además de asesor del Ministerio del Interior en el Gobierno de Sebastián Piñera, habría lucrado con una maquinita de hacer dinero ilegal: la fórmula era emitir cheques de su propio talonario, que luego eran factorizados gracias al respaldo de facturas ideológicamente falsas de las empresas de los hermanos Daniel y Ariel Sauer.
La Fiscalía intentará demostrar que Luis Hermosilla era el hombre de confianza de los Jalaff, que estaba en conocimiento de la bicicleta que emitió facturas y que, en su caso, fueron cheques que se transformaron en dinero. Que disfrutó de los ingresos ilegales; que estos le permitieron vestir y financiar un mundo de apariencias y tráfico de influencias.
Los investigadores sugieren, además, que la atención debe ampliarse hacia un nuevo organigrama delincuencial: donde arriba estarían los hermanos Jalaff, intermediando Luis Hermosilla y, más abajo, los Sauer junto a quien fue su socio, Rodrigo Topelberg.
La investigación para determinar cuál es la profundidad en esta olla de grillos recién comienza.
