Hoy en Al Pan Pan: continuamos comentando el caso Hermosilla, en particular las aristas que golpean a ministros de la Corte Suprema y cómo esto afecta nuestra imagen país, además de comentar cómo se construyen las redes de influencia en la clase alta local.
La crisis del Poder Judicial se profundizó luego de que se revelaran conversaciones entre la ministra de la Corte Suprema, Ángela Vivanco, y el expoderoso abogado —actualmente en prisión preventiva—Luis Hermosilla. Las “gestiones” del penalista imputado cohecho, lavado de activos y delitos tributarios, han desencadenado una serie de acciones judiciales y políticas.
La mañana del lunes, el pleno de la Corte Suprema decidió suspender de sus funciones a la ministra Vivanco y abrió un cuaderno de remoción en su contra tras conocerse los detalles de sus chats con Hermosilla publicados por Ciper, y por la “trama bielorrusa” revelada por El Mostrador. A esto se suma una posible acusación constitucional impulsada desde el Congreso.
Las conversaciones entre la suspendida Vivanco y el encarcelado Hermosilla datan de marzo de 2018, cuando la jueza habría contactado por primera vez al abogado para obtener un puesto en el máximo tribunal judicial en reemplazo de Patricio Valdés. Luego de obtener el puesto, se registraron una serie de favores y gestiones hechas realizados por ambas partes.
Con estos antecedentes, desde el Congreso, parlamentarios de la Democracia Cristiana (DC), el Partido por la Democracia (PPD) y el Partido Socialista (PS), en coordinación con el Frente Amplio, anunciaron la preparación de una acusación constitucional, que incluiría a todos los jueces implicados en el caso Hermosilla. En particular, se enfocarían en Vivanco y Jean Pierre Matus.
Hoy en Corea del Centro, con Fran Castillo: conversamos sobre el caso Hermosilla, en particular las aristas que golpean a ministros de la Corte Suprema y cómo esto afecta nuestra imagen país, además de comentar cómo se construyen las redes de influencia en la clase alta local.
