En el programa de hoy de Juntos y Revueltos, conducido por Fran Castillo, las panelistas Marta Lagos, fundadora de MORI Chile y directora de Latinobarómetro, junto a Clarisa Hardy, exministra, psicóloga y antropóloga, analizaron las crisis identitarias de los partidos de la derecha, a propósito del caso Hermosilla, las polémicas en torno a Marcela Cubillos, Andrés Chadwick y la fallida acusación constitucional que quisieron levantar en contra del Presidente Boric.
Por un lado, la ministra del Interior, Carolina Tohá, prepara su defensa ante la acusación constitucional impulsada por el Partido Republicano. Esta acción busca responsabilizarla por no haber implementado medidas suficientes para combatir la delincuencia, pero el fracaso de esta acusación podría reforzar su liderazgo.
La acusación ha generado divisiones especialmente en Chile Vamos. Algunos parlamentarios se oponen a esta medida, considerando prioritario combatir la criminalidad, mientras que otros temen que votar en contra los exponga a ser acusados de estar alineados con el gobierno de Gabriel Boric.
Por otro lado, Evópoli ha decidido otorgar libertad de acción a sus militantes en la votación municipal de Las Condes. Esto se da en medio de la controversia generada por el salario de $17 millones que percibe Marcela Cubillos en la Universidad San Sebastián. Gloria Hutt, presidenta de Evópoli, indicó que no habrá una candidatura oficial de Chile Vamos en la comuna, lo que ha permitido a los militantes decidir libremente su voto.
El caso ha causado tensión dentro de la coalición, con figuras como Evelyn Matthei y Guillermo Ramírez alejándose de Cubillos, lo que refleja un creciente distanciamiento entre los partidos de la derecha.
Finalmente, el caso Hermosilla, que ha implicado a varios exministros y funcionarios del gobierno de Sebastián Piñera, ha causado incomodidad en la oposición. Andrés Chadwick, primo del fallecido expresidente, ha guardado silencio, lo que ha generado críticas, todos han tenido que dar explicaciones, menos Chadwick, comentan en la interna de la UDI.
Este caso es visto como parte de una de las crisis más profundas de los partidos políticos de la derecha, alimentando la desconfianza ciudadana en las instituciones y sus representantes.
