En Al Pan Pan, el exembajador también describió la evolución del voto latino en Estados Unidos, que pasó de respaldar las opciones demócratas a abanderarse con las causas republicanas. “Van a jugar un papel muy importante de acuerdo a cómo votarán en los swingstates”, aseguró el analista.
Durante las últimas horas las campañas presidenciales de Kamala Harris y Donald Trump quemaron sus últimos cartuchos previos a las elecciones de este martes 5 de noviembre. Mientra que la candidata demócrata cerró en Michigan su travesía, prometiendo trabajar para terminar la guerra en Gaza y el Líbanos para así convencer al voto árabe, el expresidente disparó en Georgia en contra de Harris, tildándola de la peor vicepresidenta en la historia del país.
Estilos enfrentados en unas elecciones que se vislumbran cerradas, y que se espera se terminen de definir en los swingstates (estados bisagras) de Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Arizona, Wisconsin y Nevada.
Hoy en Al Pan Pan, con Mirna Schindler: conversamos con el consejero del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica y exembajador, Pablo Cabrera, quien describe una serie de clivajes que serán claves para definir estas elecciones.
“Hoy las generaciones no son una ni dos, como era anteriormente: son diferentes, son múltiples generaciones, frente a lo que podríamos llamar ‘la vieja guardia’ o ‘los mayores’. Porque las generaciones hoy están marcadas por hechos y circunstancias, no solo por años“, señala, ejemplificando los quiebres generacionales ocurridos a raíz de la pandemia de covid-19 o las que generó la guerra entre Israel y Hamás.
En esa línea uno de los ejes alrededor de cuales se definen estos quiebres es la apreciación de la autoridad. “¿Cuánta autoridad tiene algo para conducir los destinos de un país o los destinos del mundo, cuando se ve que no sabemos mucho el norte y hacia donde caminamos?”, subrayó Cabrera, ejemplificándolo en particular con el cambio de norte electoral entre los latinos en Estados Unidos.
“Antes los latinos votaban en bloque y pasaba siempre que apoyaban más a los demócratas que a los republicanos. Pero hoy, que van a jugar un papel muy importante de acuerdo a cómo votarán en los swingstates, los latinos no están votando homogéneamente“, destacó, citando las preocupaciones entre esa demografía de temáticas de más preocupación para el Partido Republicano: control de seguridad, conducción frente a delitos violentos, preocupación frente a la supresión de las normas o la ‘cultura de la cancelación’ serían algunos de los focos.
En esa línea, destacó que dichas preocupaciones son expresión de “un mundo muy determinado en las redes sociales, por la digitalización, en donde muchos están haciendo en falta la autoridad y la cooperación, que son signos base y no contrarios a la democracia. Pero parecieran serlos a los ojos de nuevas generaciones marcadas por hechos concretos“.
Dicha dicotomía estaría en el centro no sólo de la intención de voto entre estos grupos, sino que en la configuración misma de la elección. “La principal contradicción está en los dos personajes que concurre a esta elección: parece ser que Trump no es el problema en sí mismo, y Kamala no es la solución tampoco, sino que son términos intermedios“, conceptualiza Cabrera quien ve enfrentados también el historial del candidato republicano (“una persona cuestionada judicialmente, que no ha mostrado respeto por la inconstitucionalidad o la democracia”) y demócrata (“que representa justamente lo contrario, el poder del derecho, el ‘rule of law‘).
Ese enfrentamiento entre opuestos tan marcados sería “una consecuencia del mundo en que vivimos: del mundo desordenado, de la incertidumbre, de la inestabilidad, donde hay una cantidad de contradicciones y temas que están siendo reconceptualizados o están puestos a prueba por un sistema que no da abasto. Un sistema internacional o de relacionamiento que no dan abasto, que no está de acuerdo con las demandas societales de hoy“.
En esa misma línea, el experto advierte: “en términos reales, si mañana la elección no da claridad en cuanto a un vencedor, va a marchar en otro periodo de incertidumbre y de inestabilidad grande, que puede atizar todavía más el cuadro de confrontación de tipo guerra fría que está viviendo el mundo, por un Estados Unidos que no se sabe bien quién lo va a conducir”.