La diputada Camila Musante (Ind-PPD) advirtió que el proyecto que busca crear un Consejo de Justicia todavía no ha sido puesto en tabla, por lo que emplaza al Congreso a dejar la opinología e iniciar el debate para reformar el Poder Judicial.
La diputada Camila Musante (ind-PPD) reiteró la urgencia de tramitar el proyecto que reforma el mecanismo de nombramiento de ministros y jueces de los tribunales superiores del país, tras las últimas filtraciones de conversaciones vinculadas a nombramientos en el Poder Judicial.
El proyecto de reforma constitucional tiene por objeto cambiar el actual sistema de nombramiento, creando un Consejo de Justicia, un órgano que se incorpore por miembros del Ejecutivo, del Legislativo, del Poder Judicial y de profesores de Derecho.
En conversación con El Mostrador, la parlamentaria profundizó sobre la necesidad de abrir el debate en el Congreso Nacional a la luz de los antecedentes e hizo una invitación al ministro de Justicia, Luis Cordero, a “que le ponga urgencia legislativa a este proyecto”.
“Discrepo un poco con esta instalación de que estamos todos muy de acuerdo. Parece ser que esto es algo de sentido común, pero nadie lo pone en tabla. Dejemos la opinología como forma de hacer política, (…) estamos para ejercer nuestra labor parlamentaria”, señaló.
-¿En qué consiste este proyecto y cuáles son las modificaciones que propone?
-Soy autora de una reforma constitucional que lo que hace es modificar el actual sistema de nombramiento de jueces y de ministros de Corte de Apelaciones y de Corte Suprema, a través de la creación de un Consejo Judicial. Sería un órgano constitucionalmente autónomo, integrado por miembros del Poder Ejecutivo, miembros del Poder Legislativo, miembros del Poder Judicial, y por académicos destacados de las escuelas de derecho. Esta integración se produciría a través de la alta dirección pública para dar garantía de normas de probidad y de transparencia.
Otro elemento que caracteriza al Consejo Judicial, es este contrapeso de los distintos poderes del Estado. Porque hoy día, por ejemplo, en el nombramiento de los ministros de Corte Suprema se elabora una terna por parte del Senado y que termina definiendo el Presidente de la República. Entonces ahí tenemos un alto nivel de incidencia política, sin un contrapeso de otro poder del Estado que pueda advertir los intereses que pueden haber detrás. Incluso yo decidí agregar un elemento externo a los poderes del Estado, como son los académicos destacados de las escuelas de derecho de nuestro país.
Además, se produce otro efecto positivo con este proyecto y es la necesidad de separar dos funciones del Poder Judicial. Hay una función que es la llamada jurisdiccional, es lo que nosotros conocemos como la administración de justicia, conocer de una causa, fallarla, hasta la sentencia definitiva, y eso tiene que estar radicado absolutamente en los jueces y ministros. Sin embargo, las funciones administrativas asociadas al Poder Judicial, por ejemplo, nombrar a ministros de Corte de Apelaciones, de Corte Suprema, lo que tiene que ver con la carrera de la academia judicial, esa selección respecto quienes el día mañana van a ser jueces o juezas, dentro de otras funciones, tienen que estar separadas. De esa manera generamos independencia en la toma de decisiones, o sea los que están decidiendo quiénes van a ser los jueces y ministros en Chile, no son los que están fallando o dictando una sentencia en una causa de corrupción, por ejemplo.
-Se ha instalado la idea de que existe un consenso sobre la necesidad de que el sistema de nombramiento sea modificado, ¿cómo ha sido la recepción de su proyecto por parte de la Corte Suprema y de la Asociación de Magistrados? ¿Cuál ha sido la retroalimentación que ha recibido a propósito de algo sobre lo que todo el mundo parece estar de acuerdo pero hasta el momento no se han iniciado medidas al respecto?
-Discrepo un poco con esta instalación de que estamos todos muy de acuerdo. Parece ser que esto es algo de sentido común, le parece bien el ministro Cordero, le parece bien a los diputados de oposición, le parece bien al presidente de la Comisión de Constitución, Miguel Ángel Calisto, pero nadie lo pone en tabla. Dejemos la opinología como forma de hacer política, porque los diputados no estamos para estar opinando o dando declaraciones por la prensa, estamos para ejercer nuestra labor parlamentaria.
Entonces, si tenemos identificado un conflicto que se produce dentro del nombramiento de jueces, que abre margen a la corrupción, reformemos la forma en que hoy día nombran a ministros y ministras. Ahí está el proyecto, algunos diputados me acompañaron en eso, la propia presidenta de la Cámara Diputados firmó el proyecto, la diputada Cariola, hicimos una reunión con el ministro Cordero, yo le solicité al diputado Calisto que lo pusiera en la tabla de la comisión de Constitución, y ya pasó el examen de admisibilidad.
En eso yo tengo una crítica, porque creo que muchas declaraciones bien rimbombantes, buenas cuñas para la prensa, pero pasemos a la acción y discutamos la reforma constitucional. Todavía no se pone en tabla, por lo tanto, mientras esos consensos no nos signifique llevar un debate serio y reformar el Poder Judicial para poder limpiarlo de una vez por todas, de verdad que yo me voy a quedar con la impresión de que son solamente declaraciones para la prensa.
-El ministro Luis Cordero ha señalado que es necesario revisar todo el sistema de nombramiento en el Poder Judicial, no solamente lo que respecta al tema de la Corte Suprema, ¿esta podría ser la puerta de entrada para iniciar un debate más estructural?
-Por supuesto que sí. Dentro de las conversaciones que hemos sostenido con el ministro Cordero y el respaldo que le dio a este proyecto cuando nos reunimos en la presidencia de la Cámara de Diputados con los patrocinantes de esta reforma constitucional, es porque tiene una clara intención de ir más allá. Entiende perfectamente una necesidad de reforma al Poder Judicial, entiende que acá no nos podemos quedar simplemente en el nombramiento de ministros y ministras, y que este consejo debiese tener muchas otras atribuciones.
Entonces esta es la puerta de entrada. Ahora, yo sí invitaría al ministro Cordero, ya que le parece bien y parece que estamos en la misma línea, a que le ponga una urgencia legislativa a un proyecto como éste, para que abramos la discusión y empecemos a debatir no solamente sobre el nombramiento de los jueces, sino también sobre qué podría hacer un Consejo Judicial, cómo empezamos a generar esta independencia. Tenemos que establecer normas que garanticen esa imparcialidad.
-Otra de las cosas que ha señalado el ministro de Justicia es que por más que se logre modificar el sistema de nombramiento, si se mantienen las prácticas de comunicaciones impropias para promover determinados candidatos seguimos teniendo un problema.
-Estoy muy de acuerdo, y acá también creo que el ministro da en el clavo con una pregunta que es fundamental a la hora de legislar: ¿qué viene primero, el cambio cultural o la norma?
Te voy a llevar a otra materia que tiene que ver con el uso de las bolsas plásticas de un solo uso. Nadie en Chile tenía la costumbre de llevar una bolsa de supermercado para comprar, eso no existía, no era parte de nuestra idiosincrasia, ni de nuestra cultura como consumidores. Pero se estableció por ley que se iban a dejar de entregar en los supermercados y, por lo tanto, no tuvimos otra alternativa que acostumbrarnos.
Por ejemplo, si se establecen sanciones de inhabilidad para los ministros que incurran en estas prácticas de conversaciones que están dirigidas a generar un tráfico de influencia o incidencia en el nombramiento, ¿continuaría esta práctica cultural del Poder Judicial?, yo tengo mis serias dudas. Entonces en esto no dejo de creer en el poder de la ley y de la norma, porque tenemos muchos antecedentes en nuestro país de que no existe una cultura sobre una determinada materia, pero cuando se legisla al respecto, se establecen prohibiciones o sanciones incluso, no queda otra que cambiar la cultura.
-¿Qué expectativas tiene del pleno extraordinario de la Corte Suprema a propósito de este tema? ¿Esperaría algún tipo de señal más potente?
-Espero una señal no solamente potente, sino que señales inequívocas. Con esto quiero decir que el Poder Judicial se ponga detrás de una reforma como la que hemos presentado, para de una vez por todas terminar con estas prácticas culturales de incidir en el nombramiento de jueces y ministros. Y que también se le dé una señal al país de que ellos responden a los intereses ciudadanos cuando tienen que fallar una causa, y no que están respondiendo a los que los nombraron a la hora de dictar una sentencia definitiva.
Quiero destacar acá la labor de la Asociación Nacional de Magistrados, porque ellos y ellas nos contactaron a mí y a mi equipo cuando presentamos este proyecto de reforma constitucional, diciendo que era extremadamente necesario avanzar en una iniciativa de estas características. Hay muchísimos jueces y juezas que quieren que se cumpla la labor judicial con absoluta independencia, pero lamentablemente hemos visto que los nombramientos en las cumbres, vale si Corte Suprema y de Apelaciones, no permiten avanzar dentro de la estructura interna del Poder Judicial.
Por lo tanto, en la Corte Suprema hoy está la responsabilidad de dar una señal clara e inequívoca al país, de que están dispuestos a ejercer la justicia de manera ciega, que no responden ni a un llamado ni a un nombramiento a dedo.