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Soledad Teixidó: “Hay una brecha entre las prácticas empresariales y las expectativas sociales”

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Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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La fundadora de la Fundación PROhumana fue la invitada a La Mesa de esta semana para hablar de los cambios a 5 años del estallido social. Dice que hoy las empresas “tienen mucho más poder, no solo económico y político, sino también para moldear la agenda social”.


En estos días en que se cumplieron cinco años del estallido social, aprovechamos para hablar mucho sobre las lecciones aprendidas y oportunidades desaprovechadas. Y ese fue el foco de La Mesa de esta semana.

La invitada fue Soledad Teixidó, fundadora de la Fundación PROhumana, que lleva casi 30 años trabajando en sostenibilidad, inclusión y responsabilidad empresarial. “Hoy las empresas tienen mucho más poder, no solo económico, sino también para moldear la agenda social”. Teixidó dice que las empresas en Chile enfrentan el desafío de adaptarse a un panorama social en rápida transformación y que son vistas cada vez más como actores políticos. Sin embargo, señaló que muchas aún no están preparadas para asumir este papel, ya que carecen de la conciencia política y las habilidades necesarias para manejar su nueva influencia.

La conversación se produce en un momento en que Chile está lidiando con una profunda crisis de confianza en sus instituciones.

Teixidó explicó que esta crisis ha puesto en evidencia la brecha entre las prácticas empresariales y las expectativas sociales, lo que obliga a las compañías a repensar su rol en el tejido social.

Además, advirtió que el miedo está jugando un papel significativo en el estancamiento del progreso. “El miedo genera desconfianza, lo que a su vez desalienta la inversión”, explicó, señalando que el actual clima de incertidumbre ha hecho que las empresas duden en tomar acciones audaces, junto con subrayar la necesidad de que estas adopten una postura más proactiva para abordar los desafíos sociales.

“Las empresas siguen siendo demasiado reactivas”, comentó. “Temen al clima social, y ese miedo las detiene de fomentar un verdadero diálogo con las comunidades.”

A pesar de los desafíos, Soledad Teixidó se mostró cautelosamente optimista sobre el futuro. “Estamos teniendo las conversaciones que debemos tener, pero aún queda un largo camino por recorrer”, dijo. “La crisis que enfrentamos ahora es una prueba de madurez, tanto para las empresas como para el Gobierno y la sociedad en su conjunto”.

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