Lo revela Cristóbal Undurraga, el CEO de Ceibo, la startup local que remeció al mercado minero con el acuerdo que anunció con Glencore, para implementar su revolucionaria tecnología para maximizar la extracción de cobre en su proyecto Lomas Bayas. Undurraga fue el invitado a La Mesa de esta semana.
Una innovación chilena revoluciona la minería del cobre. Hace unos días, la startup chilena Ceibo anunció un acuerdo con la minera Glencore para implementar su novedosa tecnología de extracción en su proyecto Lomas Bayas, que podría revolucionar a la industria y catapultar a Ceibo a las grandes ligas de proveedores de servicios a la gran minería mundial.
Para explicar lo que significa el acuerdo para el negocio y para la minería en general, invitamos a La Mesa esta semana al CEO y fundador de Ceibo, Cristóbal Undurraga.
El empresario explica que el acuerdo con Glencore se logró luego de dos años de pruebas en laboratorio. Ahora, se viene la prueba de fuego: los test a gran escala de un proceso de lixiviación que desarrollaron y que ha captado la atención de la industria minera global. Propone una solución tecnológica para enfrentar los desafíos de extracción de cobre en minerales de baja ley y profundos, además de contar a BHP entre sus inversores iniciales.
“La minería enfrenta un doble desafío: una creciente demanda por el cobre, impulsada por la transición energética, y una disminución en la calidad de los minerales disponibles”, explica Undurraga. Y agrega que, a medida que las minas profundizan su producción, la complejidad para procesar minerales como la calcopirita aumenta, haciendo más costosos y lentos los procesos tradicionales.
La apuesta de Ceibo y Glencore es vista como una forma clave de satisfacer el esperado aumento en la demanda de cobre y parte de los esfuerzos de la industria por maximizar la extracción de metal de minerales de menor calidad.
El empresario dice que el acuerdo con Glencore es el primero de varios que podrían anunciarse en un futuro no muy lejano. “Hemos trabajado con más de 25 compañías mineras a nivel global, incluyendo a Glencore, que recientemente validó nuestra tecnología y ahora estamos haciendo pruebas en terreno. Estamos en conversaciones con grandes actores que representan cerca del 40% de la producción mundial de cobre”.
La tecnología de Ceibo aprovecha la infraestructura existente en procesos de lixiviación, adaptándola con un método que permite procesar minerales sulfurados, antes inaccesibles sin construir concentradoras.
Este enfoque –según los fundadores– representa un “atajo” para inyectar cobre al mercado de manera más eficiente y sustentable. “La mayor parte de la inversión en infraestructura ya está hecha. Nuestra tecnología requiere ajustes menores, lo que es mucho más rápido y menos costoso que construir nuevas plantas”, detalla.
Undurraga revela que, desde su creación, Ceibo ha logrado levantar varias rondas de financiamiento, atrayendo fondos como BHP Ventures y Energy Investment Partners.
Con más de 80 empleados distribuidos entre áreas de tecnología, implementación en terreno y negocios, la empresa se prepara para la siguiente etapa: la construcción de una planta demostrativa en el norte de Chile. Este proyecto busca demostrar la viabilidad de su tecnología a escala comercial, desde la extracción hasta la producción de cátodos de cobre.
Undurraga agrega que el impacto de Ceibo no solo radica en su propuesta tecnológica, sino también en su visión de una minería más sustentable: “Queremos una minería eficiente, pero también responsable con el medio ambiente. Nuestro proceso es una alternativa más limpia para satisfacer la demanda mundial de cobre”.
Y apunta a que el cobre enfrenta un déficit proyectado de 25 millones de toneladas. Esto representa una oportunidad de mercado de US$ 250 mil millones anuales, superando el potencial del litio.
El empresario dice que con Ceibo aspira a contribuir significativamente al valor agregado de la minería en Chile, evolucionando más allá de la extracción y exportación primaria.