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Paranoia de un recuerdo

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Con un estilo fílmico interesante y muy particular, Maldonado intentará provocar, moldear e intensificar las sensaciones del público mediante una obra oscura, intrigante y con mucho humor negro. Protagonizada por Aline Kupenhein y Francisco Reyes, esta nueva producción criolla trae a escena la historia de una muchacha común y corriente y su creciente sicosis cotidiana.


Elisa (Aline Kupenhein) es una tímida y retraída joven bibliotecaria. Su vida pasa sin mayores sobresaltos entre los estantes y salones de la biblioteca, hasta que decide mudarse a vivir sola. Esta decisión no tendría nada de particular si no fuera porque en el antiguo departamento que ha elegido como su nueva morada, días antes de su llegada fue hallada muerta otra joven y atractiva mujer (Valentina, María Paz Grandjean).



La muchacha se verá sucesivamente circundada por extraños personajes que viven en el mismo edificio: una conserje fisgona y entrometida, un fotógrafo voyerista que vive en el departamento de enfrente, etc…



Paralelamente, Elisa ha comenzado a leer »El Visitante Nocturno», novela de Bruno Delmas (Francisco Reyes), ex novio de la joven fallecida, a quien Elisa conoce casualmente en el cementerio. Mediante esta lectura, diversos personajes irrumpirán en su atribulado mundo y las circunstancias de la muerte de Valentina provocarán en ella un estado de miedo, inseguridad y sicosis. Elisa comenzará a sufrir extrañas e intensas experiencias que irán modificando su conducta, adoptando en ciertas ocasiones rasgos de la desaparecida Valentina.



La inocente bibliotecaria se convertirá en una poseída, que ayudará a que la infortunada Valentina descubra a su asesino y así, por fin, descanse en paz. Elisa también encontrará la paz y volverá a su normalidad, pero con la imposibilidad de volver a ser la inocente chica que antes fue.



»A través de Elisa, nosotros vamos descubriendo quién era la anterior arrendataria, la doble vida que tenía y la gente que estuvo involucrada a su alrededor, ya sea en su asesinato o en su vida cotidiana» señala su realizador, Pepe Maldonado.



¿Como podrías definir a Buscando a la Señorita Hyde?



-Lo que pasa es que la película una vez que estuvo armada en su versión of line, el humor negro adquirió una presencia bastante interesante y bastante importante. Jamás diría que es una comedia porque no lo es, pero si tiene mucho humor negro, mucha mirada cínica respecto a ciertas cosas. Yo diría que de alguna manera es un filme con cierto suspenso más que terror, un suspenso sicológico.



¿Se podría decir que se pasea por diferentes géneros?



-Si, porque roza el thriller, roza el policial ya que hay un asesino y no se sabe quién es, roza la comedia negra y un poco el suspenso.



¿Cuál es el mayor atractivo de la cinta?



-El misterio. Todo el eje de la película se mueve en torno a Elisa y las continuas intromisiones de los diferentes protagonistas o antagonistas que tuvieron que ver con la anterior arrendataria. Entonces a través de Elisa, nosotros vamos descubriendo quién era Valentina, la doble vida que tenía y la gente que estuvo involucrada a su alrededor, ya sea en su asesinato o en su vida cotidiana.



¿La protagonista comienza a adoptar la personalidad de la muchacha asesinada?



-Más que poseída, es como que tú te cambiaras un a un departamento y después de una semana te dicen que en la tina encontraron degollada a la anterior arrendataria. Más que poseerte, empiezas a generar una paranoia. Cada vez que te metes a la tina crees que te va a salir la sangre por el grifo, te vas a ir a acostar con cierta precaución, vas a mirar por las ventanas, vas echar llave a la puerta y vas a ver a tus vecinos con otra cara. Ese es más o menos el tono que tiene la película.



¿Sientes alguna inspiración externa al momento de realizar tu trabajo?



-Esto parte un poco desde que yo estaba en el colegio. Ya en tercero o cuarto medio, tuve conciencia de que era un tipo que me gustaba mucho el cine, y voluntariamente me metí en cursos de cine. Ya a los 18 o 19 años sabía que existía un neorrealismo, un expresionismo y muchos géneros y muchos estilos y movimientos cinematográficos, y de ahí como autodidacta y cinéfilo me fui formando.



Entonces, del ’74 en adelante he ido archivando muchas historias, muchas imágenes, muchas atmósferas, muchos estilos, y tiene que ver con que más que estudiar en una escuela de cine, yo estudié en una escuela de arte. Entonces, de ahí agarré bastantes conceptos más bien visuales, estéticos, atmósferas, colores y composición, por lo que obviamente los directores que más me interesaron en ese momento fueron David Lynch, Roman Polanski y Wenders, donde los mundos medios retorcidos y corruptos, abundan. Todo mi trabajo, que no es mucho en términos de cinematografía personal, son de autor.



¿Ninguna influencia de Hitchcock?



-Si bien veía sus películas con cierta admiración, nunca fue santo de mi devoción. No me pasaban cosas como con David Lynch. O sea, veo Carretera Perdida, Terciopelo Azul o Mulholland Drive, y mis emociones entran en juego al instante. Pese a que muchas veces no entiendes la historia, te pasan cosas, sientes cosas, y en ese sentido, con el correr de los años yo he ido armando mi propio estilo cinematográfico para generar atmósferas que provoquen algo parecido..



¿Cual es la diferencia sustancial entre tu opera prima y tu nuevo trabajo?



-Un poco en broma y un poco en serio, doce años no pasan en vano. En Buscando a la señorita Hyde, a diferencia de Hay algo allá afuera, que era mi ópera prima, con toda la carne a la parrilla, donde era más joven, más ingenuo, más inepto y más ansioso, me preocupe de que hubiera una historia intensa y que exista un público que se pueda quedar con la capa uno, pero otro que lea la capa dos, la tres y así.



¿Que aspectos de guión mejoraste hasta llegar a la versión final?



-En el año 2001, trabajé en una serie que se llamaba »La Lotería de la vida», y el guión lo desarrollé junta con la Coca Gómez. Posterior a esto le pedí que me asesorara en la versión que yo tenía para la película, y básicamente me ayudo mucho en lo que es estructura para que no fueran solamente hitos de situaciones. Yo tengo la capacidad de contar hechos, más que de hilar historias. Entonces la Coca me ayudó a hilvanar los episodios y a generarle una lógica para que no se quede colgado un personaje por ahí, etc.



¿Cómo dispersaste la información para que el espectador se mantenga interesado durante todo el filme?



-La película tiene una especie de estructura de tren fantasma. Tú te metes en el carro y una vez que entras en el túnel, por estructura y por la información visual que te va llegando, sientes unas ganas medias adictivas de seguir viendo, sin preguntarte mucho. De alguna manera me preocupe que la información fuera entregada en bloques determinados, mas que para ir entendiendo la historia, para ir atando cabos en el sentido de adonde va a llegar esta niña.



¿La película apunta a un público mas culto, o mas entendido de cine?



-Yo creo que en parte sí. Obviamente que el público que es un poco más cinéfilo encontrará una recepción más inmediata. Haciendo una analogía con la comida, la gente que está acostumbrada al bistec a lo pobre, le pasas sushi o algo así, y evidentemente le costará más acostumbrarse.



¿Por lo mismo, no te provoca un poco de temor la recepción un tanto lejana que pueda causar Buscando a la señorita Hyde?



-Lo que pasa es que a mí los términos de taquilla no me preocupan mucho. Es una cosa de inspiración, de que querer contar algo a mi manera, y si me va mal en taquilla pero quedo conforme y a la crítica le gusta, yo feliz.



¿Crees que pueda suceder algo similar, en términos de taquilla, a lo que aconteció con El Fotógrafo?



-Ahí me permito un comentario, con todo el respeto que merece el colega Sebastián Alarcón. Hay un mundo de diferencia entre la propuesta de Alarcón y la mía.



¿Cuál es la fecha aproximada de estreno?



-No se por qué criterio o descriterio no nos otorgó los fondos para la postproducción, lo que nos produjo un traspié bastante importante. Hemos tenido que postular a recursos y fondos de afuera que se resuelven ahora en marzo. Sí o sí, nuestra fecha de estreno se espera dentro del primer semestre de este año.



¿Cuáles son tus próximos proyectos?



-En principio, Pablo Illanes me ofreció el año pasado el proyecto Te vas a morir de pena cuando yo no esté, de la obra de teatro que él hizo. Pablo desarrolló una primera versión de guión, la que me pareció interesante pero aún tengo que evaluarlo con el productor en el sentido de seguir con ese proyecto o abocarme a algo personal, de mi estilo.
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