Además de Greenpeace, el Gobierno de Australia también vigila este año a los balleneros japoneses desde la nave «Oceanic Vicking» y recopila pruebas gráficas.
Greenpeace anunció este lunes que impidió a la flota de balleneros japoneses capturar a cetáceos en la zona protegida de la Antártica, al perseguir a los seis pesqueros sin cesar hasta que abandonaron el área.
La activista Carly Thomas, de Greenpeace, señaló que mantendrán al navío «Esperanza» en la zona por si el buque nodriza japonés «Nisshin Maru» regresa, según la radio australiana ABC.
«Pondremos nuestras embarcaciones y a nosotros mismos en lanchas neumáticas entre los arpones y las ballenas para impedir que disparen», aseguró Thomas.
Además de Greenpeace, el Gobierno de Australia también vigila este año a los balleneros japoneses desde la nave «Oceanic Vicking» y recopila pruebas gráficas.
Ante la acción australiana, el Gobierno de Japón suspendió la caza de 50 ballenas jorobadas que inicialmente había autorizado capturar este año.
No obstante, Japón continúa con el controvertido programa científico que le permiten capturar unas 850 ballenas minke y medio centenar de ballenas de aleta al año.
Noruega es el único país del mundo que autoriza la pesca comercial de cetáceos, pero Japón e Islandia cazan más de 2.000 ballenas al año alegando que son para fines «científicos», lo que, según las organizaciones ecologistas, es una forma encubierta de realizar capturas comerciales.
EFE