«La deforestación del Amazonas está ocurriendo no porque haya gente mala que quiere perjudicar al medio ambiente, sino porque la deforestación genera riqueza…pero eso tiene que cambiar», dijo el científico Tim Killeen, investigador del Centro para Ciencia de Biodiversidad Aplicada (CABS).
La deforestación del Amazonas empeorará en los próximos años a menos que los Gobiernos del área ofrezcan incentivos económicos para la conservación ambiental y reformen sus proyectos de integración regional, advirtió este miércoles un informe.
El análisis de 109 páginas, elaborado por el científico Tim Killeen, investigador del Centro para Ciencia de Biodiversidad Aplicada (CABS), se produce en momentos en que el Gobierno del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, promueve nuevas ideas para el desarrollo sustentable de la región.
«La deforestación del Amazonas está ocurriendo no porque haya gente mala que quiere perjudicar al medio ambiente, sino porque la deforestación genera riqueza. La gente lo hace porque quiere generar ingresos y para muchos es la única manera de hacerlo… pero eso tiene que cambiar», dijo Killeen en una entrevista con la agencia de noticias EFE.
Killeen señaló que es posible «crear incentivos para que la gente cambie su conducta y cómo interactúa con los mercados. Tiene que haber un cambio en el paradigma de desarrollo, y podemos empezar por ahí. Hay que premiar los esfuerzos de conservación mediante incentivos, como créditos tributarios y acceso al crédito», señaló el experto.
Agregó que los gobiernos también deben promover mejoras al manejo forestal, proyectos de piscicultura y «nuevos sistemas de producción que no estén ligados con la deforestación».
Killeen también considera que el sector privado puede jugar un papel importante en la conservación del Amazonas, «porque, por ejemplo, hay una tremenda oportunidad de generar ingreso a través del almacenamiento del carbono».
En el informe «Una tormenta perfecta en el Amazonas: Desarrollo y conservación en el contexto de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA)», presentado hoy en Washington, Killeen analiza el impacto de este proyecto en la biodiversidad y las comunidades de la región.
Además, el estudio propone formas de hacerla más eficaz para un desarrollo sustentable.
La IIRSA, que tuvo su origen en 2000, es una ambiciosa iniciativa multisectorial financiada en gran parte por Brasil y que involucra, por vez primera, a los doce países sudamericanos.
Su objetivo es lograr la integración de Sudamérica a través de la construcción de 300 carreteras, puentes, hidroeléctricas, gasoductos y otras obras de infraestructura, o con proyectos como el Gasoducto del Sur, desde Venezuela hasta Argentina.
«Si no se prevé el impacto total de las inversiones de IIRSA, se desencadenará una combinación de fuerzas que generarán una tormenta perfecta de destrucción ambiental», advirtió el informe.
Según Killeen, IIRSA fue concebida sin prestar debida atención a sus posibles impactos ambientales y sociales en el Amazonas, un sitio sin par que alberga a un alto número de especies que no se encuentran en ningún otro rincón del planeta.
En peligro está no solo el área silvestre tropical más grande del mundo sino también la misma supervivencia de comunidades indígenas que intentan adaptarse a un mundo globalizado, agregó el análisis.
Durante una presentación de cariz académico, Killeen advirtió que, sin los cambios necesarios, la IIRSA puede más bien intensificar los factores que ponen en riesgo la supervivencia del Amazonas, entre éstos el cambio climático, la explotación maderera y la tala de bosques para el cultivo de la tierra.
Killeen celebra que IIRSA busque reducir el aislamiento geográfico de las comunidades rurales y promueva el crecimiento económico.
Sin embargo, cree que los Gobiernos deben estudiar las repercusiones del proyecto y hacer frente a enormes retos como el poco acceso al crédito, la corrupción, la violencia y mala gestión gubernamental en partes de la región.
Mientras Killeen hacía estas advertencias, el ministro brasileño de Acciones a Largo Plazo, Roberto Mangabeira Unger, recorría hoy el Amazonas para promover un conjunto de iniciativas dentro del «Proyecto Amazonas».
Ese proyecto apoya la extracción de minerales y la producción industrial, sin fines depredadores; la construcción de acueductos para trasladar agua del Amazonas al noreste de Brasil, que padece sequía, y la promoción de la agricultura familiar y pecuaria en pequeña escala, entre otros elementos.
EFE
