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Hillary Clinton: «Los Castro no quieren ver el fin del embargo»

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«Creo que muchos en el mundo están empezando a ver lo que hemos visto nosotros durante mucho tiempo, un régimen intransigente y arraigado que ha reprimido las oportunidades de los cubanos y que espero que empiece a cambiar», dijo la secretaria de Estado de EE.UU.


La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, consideró este viernes que los hermanos Fidel y Raúl Castro no quieren el fin del embargo a la isla porque «perderían todas sus excusas por lo que no ha pasado en Cuba en los últimos 50 años».

Clinton señaló que la actual administración del presidente Barack Obama ha hecho algunas aproximaciones al régimen cubano al permitir más viajes familiares y más oportunidades de negocio para los productos agrícolas.

También ha dialogado con Cuba en algunos asuntos de interés común como la migración y el tráfico de drogas, pero no han obtenido la respuesta esperada por parte del régimen cubano, según la funcionaria.

«Hay maneras en las que tratamos de mejorar nuestra cooperación, pero en mi opinión personal los Castro no quieren ver el final del embargo y no quieren ver la normalización (de las relaciones) con EE.UU., porque perderían todas sus excusas por lo que no ha pasado en Cuba en los últimos 50 años», señaló.

En Cuba «podría haber una oportunidad de transición hacia una democracia y es algo que va a pasar en algún momento, pero es posible que no ocurra a corto plazo», dijo.

Hillary Clinton hizo estas declaraciones en la Universidad de Louisville (Kentucky), donde impartió una conferencia sobre la no proliferación nuclear.

La secretaria de Estado señaló que siempre que se ha intentado hacer un acercamiento a Cuba «el régimen de (los) Castro tiene algo para intentar obstaculizarlo».

Clinton recordó que cuando su marido, Bill Clinton, estaba en la presidencia e intentó hacer algunas aperturas hacia Cuba «(Fidel) Castro ordenó que sus militares derribaran dos pequeños aviones sin armas procedentes de Miami que arrojaban panfletos».

Lo mismo ha ocurrido ahora con la detención del contratista Alan Gross, que fue detenido cuando distribuía en La Habana computadores portátiles, móviles y otros equipos tecnológicos, al que Cuba acusa de ser espía.

También acusó al régimen de dejar morir al disidente Orlando Tamayo, tras 85 días en huelga de hambre.

Dijo que por primera vez países que han criticado que el Gobierno estadounidense no se abriera a la isla «han empezado a criticar a Cuba porque están dejando morir a la gente. Están dejando morir a los huelguistas y tienen a 200 prisioneros políticos en las cárceles por razones triviales».

«Creo que muchos en el mundo están empezando a ver lo que hemos visto nosotros durante mucho tiempo, un régimen intransigente y arraigado que ha reprimido las oportunidades de los cubanos y que espero que empiece a cambiar», afirmó.

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