Las autoridades de ese continente anunciaron que cerca del 100% de los vuelos programados para este jueves podrán despegar, después de seis días de un caos sin precedentes.
Las autoridades europeas anunciaron que cerca del 100% de los vuelos programados para este jueves en el Viejo Continente podrán despegar, después de seis días de un caos sin precedentes.
Eurocontrol, la agencia encargada de controlar el tráfico aéreo en Europa, estimó que el miércoles operaron alrededor de tres cuartas partes del número habitual de vuelos y que todas las conexiones aéreas transatlánticas volvieron a funcionar con normalidad.
Sin embargo, decenas de miles de pasajeros en todo el mundo continúan varados.
Mientras tanto, la erupción del volcán islandés Eyjafjallajökull está remitiendo. Los geólogos informaron de que las cantidades de ceniza generada son ahora mucho menores.
Los expertos han valorado la interrupción del tráfico aéreo en Europa como la mayor desde la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), culpa a los Gobiernos por la mala gestión de la crisis.
Las aerolíneas dicen que han perdido US$1.700 millones y han pedido ser compensadas por parte de los Gobiernos europeos.
Los científicos creen, no obstante, que la opción de cerrar gran parte del espacio aéreo era la más sensata, en tanto que en un principio hacía falta evaluar la naturaleza de la nube de ceniza y el riesgo que presentaba.
Las aerolíneas se enfrentan asimismo a las demandas de compensación por parte de los pasajeros afectados.
En el aeropuerto londinense de Heathrow, el de más tráfico de Europa, despegaron o aterrizaron el miércoles el 90% de los vuelos previstos. Para devolver a los pasajeros a casa, muchos vuelos cancelados por la ceniza operaron en el horario nocturno.
La aerolínea alemana Lufthansa anunció que el jueves operará a plena capacidad con 1.800 vuelos, por encima de los 700 que tomaron despegue el miércoles.
Air France dijo que sus vuelos de larga distancia estaban funcionando con normalidad, a pesar de que partes del norte de Europa siguen cerradas al tráfico. Dinamarca, Noruega y Suecia -tres de los países más afectados por la nube- ya han retirado las prohibiciones impuestas. En Finlandia y algunas islas escocesas aún rigen algunas restricciones.
La cifra de vuelos cancelados a causa de la nube de ceniza es tan alta que las aerolíneas necesitarán varias semanas para llevar de vuelta a casa a todos los pasajeros afectados.
Más de 95.000 vuelos fueron cancelados entre el jueves de la semana pasada y el miércoles.
El motivo que ha hecho que la crisis se prolongue durante días ha sido la dificultad de valorar el riesgo que suponía volar a través de la ceniza.
Las aerolíneas realizaron varias pruebas durante el fin de semana y pidieron que las restricciones fueran retiradas, alegando que no existía peligro para los aviones.
Los 27 ministros de Transporte de la Unión Europea celebraron una videoconferencia el lunes en la que decidieron aliviar las prohibiciones después de que las evaluaciones determinaran que la densidad de la ceniza era lo suficientemente baja como para autorizar los vuelos.
El ministro de Transporte del Reino Unido admitió que los reguladores internacionales del tráfico aéreo fueron demasiado cautos en su manejo de la crisis.
La Organización Internacional de la Aviación Civil de Naciones Unidas (ICAO, por sus siglas en inglés), dijo que promoverá la creación de normas globales que ayuden a clasificar la concentración de ceniza en la atmósfera cuando represente un riesgo para volar.