Franklin Brito, de 49 años de edad, inició el ayuno en protesta por la expropiación de sus tierras en el estado Bolívar.
Organizaciones de venezolanos en Estados Unidos lamentaron este jueves la muerte de su compatriota Franklin Brito, quien realizó varias huelgas de hambre en protesta por la expropiación de sus tierras en el estado Bolívar, en el sureste de Venezuela.
José Antonio Colina, director general de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex), con sede en Miami, calificó la muerte de Brito, un productor agropecuario, como un «asesinato del régimen socialista de (el presidente) Hugo Chávez».
«Brito, quien heroicamente se encontraba reclamando un derecho legítimo sobre la propiedad de sus tierras, ha demostrado con su lucha que en Venezuela impera un régimen que no sólo irrespeta la propiedad privada, sino que no tiene ningún sentido por el sagrado deber de preservar la vida de todos los ciudadanos», dijo Colina.
Su muerte, apostilló, demuestra que en Venezuela «o eres socialista o te espera la muerte, como lo dice el lema que con tanto orgullo pregona el hoy gobernante» del país.
Colina, un teniente retirado de la Guardia Nacional, repudió el accionar de los médicos militares encargados del caso de Brito en un hospital de las Fuerzas Armadas en Caracas, quienes según él lo mantuvieron secuestrado en ese centro.
«Violaron doblemente su juramento como doctores y como miembros de las Fuerzas Armadas Venezolanas al dejar morir a este venezolano que solo reclamaba un derecho legítimo, para cumplir irresponsable y cobardemente con las ordenes de un estado violador de los derechos humanos de todos los venezolanos», dijo el director general de Veppex.
Patricia Andrade, presidenta de Venezuela Awareness Foundation, un grupo de derechos humanos, lamentó que la lucha de Brito de seis años, según la activista, finalizara con su «lamentable» fallecimiento.
Consideró que el Estado venezolano actuó de forma «abusiva al irrespetar el derecho a la propiedad privada» con la expropiación de las «tierra productivas» del productor agropecuario como parte del «proyecto revolucionario que lidera el presidente Chávez».
Andrade denunció que ninguna institución venezolana y tampoco el poder Judicial respondieron a los llamados para que se le respetaran los derechos de propiedad a Brito, «dejándolo en la más completa indefensión jurídica».
El vicepresidente del Gobierno, Elías Jaua, dijo en junio pasado que las escrituras de propiedad de la hacienda de 299 hectáreas que Brito reclamaba le fueron entregadas en 1999.
Jaua denunció que se estaba utilizando la protesta de Brito para «desatar una campaña» contra el Gobierno, para «desvirtuar la verdad» y para «inducir a la muerte» al huelguista «para presentarlo como un hecho de violación de los derechos humanos por parte del Estado venezolano».
La Federación de Organizaciones de Venezolanos en el Exterior (Fovex) expresó su «indignación ante el hecho que demuestra de manera clara y definitiva la naturaleza criminal del régimen venezolano».
«Brito murió de pie, dando la cara a sus asesinos, como lo hizo (el prisionero político) Orlando Zapata Tamayo en Cuba. Quizás este es el último peldaño de la escala descendente que hará a Cuba y Venezuela una sola y única ‘Patria Socialista’, pero a nosotros tiene que inspirarnos para construir una gran y libre ‘Patria Democrática’ en América Latina», dijo Fovex en un comunicado.
Fovex instó a los venezolanos y a aquellos «que luchan por la libertad y la democracia» guardar un minuto de silencio el próximo 6 de septiembre al mediodía, cuando se cumple la primera semana de la muerte de Brito para expresar el repudio «a un gobierno forajido, que promueve la muerte y sepulta las libertades».
Brito, de 49 años de edad, falleció el lunes en la noche y su esposa Elena declaró a medios venezolanos que al parecer su decesose produjo por un infarto, luego de estar desde el 20 de agosto en «una especie de coma inducido en la terapia intensiva del Hospital Militar».