Lionel Messi, Gonzalo Higuaín y Carlos Tevez marcaron los goles en la primera parte y Sergio Agüero en la segunda frente a un combinado español que jugó un primer tiempo para el olvido pese a dos posibilidades concretas de anotar que tuvo Villa, y mejoró en el segundo sin que le alcanzara para oponerse a un rival encendido.
Argentina, que no está para cortesías tras su estrepitosa eliminación ante Alemania en los cuartos de final del Mundial, goleó este martes por 4-1 a una apagada España campeona del mundo en un encuentro amistoso que los locales asumieron como si se tratara de una final.
Lionel Messi, Gonzalo Higuaín y Carlos Tevez marcaron los goles en la primera parte y Sergio Agüero en la segunda frente a un combinado español que jugó un primer tiempo para el olvido pese a dos posibilidades concretas de anotar que tuvo Villa, y mejoró en el segundo sin que le alcanzara para oponerse a un rival encendido.
Llorente, a falta de seis minutos para que terminara el encuentro, anotó el tanto español cuando Argentina se había replegado en procura de cerrar un triunfo resonante y con un marcador de alto impacto.
Diego Maradona impuso la frase «para Argentina no hay partidos amistosos», y a dos meses de su salida como seleccionador los jugadores mantienen esa postura que afianza a Sergio Batista en un cargo que hasta hoy parecía no tener asegurado.
Al derrotar al campeón del mundo después de una victoria ante Irlanda en Dublin el mes pasado, los futbolistas albicelestes ratificaron con fútbol su apoyo a Batista.
El técnico argentino ponderaba antes del encuentro el «respeto» que los españoles tienen por el balón y, como si hiciera falta darle la razón, el equipo de Vicente del Bosque estuvo desde el pitido inicial un minuto y 47 segundos sin dejar que los futbolistas locales lo tocaran.
Era una carta de presentación de «la Roja» ante una afición que amagó con aplausos y que cambió rápidamente por silbidos cuando España no pasaba al campo rival.
Pero los argentinos, como si jugaran por los puntos, pusieron límites a los espacios de maniobras del conjunto campeón del mundo, redujeron el campo al tamaño de un pañuelo y antes de que se cumpliera el cuarto de hora ganaban con una ventaja de dos goles.
A los ocho minutos Tevez estuvo a punto de ser sustituido tras un encontronazo con Piqué que le dejó maltrecho, hizo gestos a Batista rogándole que le dejara en el campo y a los diez y a los 13 asistió a Messi y a Higuaín para que marcaran ante una defensa estática.
El primer tanto lo anotó el delantero del Barcelona con una vaselina que tuvo como premio una cerrada ovación del público, y el segundo fue obra de Higuaín, intratable en el área aunque el ángulo de remate no le quedó cómodo tras eludir a Reina.
Aumentó la intensidad del juego, algunas asperezas -especialmente una de Cambiasso a Cesc- calentaron los ánimos y el encuentro se tornó menos amistoso. En ese contexto, los españoles comenzaron a elaborar juego más metidos en territorio argentino y Villa, a los 28 minutos, estrelló un remate en la escuadra izquierda de la meta local.
El campo estaba mojado. Le echaron agua en abundancia diez minutos antes del partido y el que pagó las consecuencias fue el portero Reina, que se resbaló al intentar un rechace, perdió el control de la pelota y permitió que Tevez marcara el tercer tanto local a los 34.
El temible Villa estuvo otra vez cerca del gol a los 43 con un tiro libre que se desvió en Mascherano y dio en el poste izquierdo de la portería de Romero. No era la tarde de España, a la que no le salía nada de que lo intentaba.
Mejoró España en la segunda parte, insistió con altibajos en su disposición irrenunciable de controlar el balón y con Xavi ordenó las cosas en la última media hora.
La levantada del conjunto campeón del mundo hizo retroceder a los argentinos, interesados en sellar una victoria amplia que les reconciliara con una afición que celebró el resultado, por la producción de varias de sus figuras y por la talla del adversario.
Llorente anotó a los 84 y Navas se perdió el segundo gol español a los 87. Cerró la goleada el «Kun» Agüero alos 90 y Argentina celebró con ganas, como si esta victoria fuera el punto de partida de una nueva etapa, llena de esperanzas.