El día de protestas en la Unión Europea tiene un fantasma de fondo: el desempleo masivo y los planes de ajuste.
En el centro de las protestas sindicales en la Unión Europea (UE) este miércoles se encuentra el fantasma del desempleo.
A dos años del estallido de la crisis financiera, mientras la economía mundial mezcla datos alentadores con otros sombríos, el desempleo se mantiene en un 10 % en la UE y amenaza con pegar un salto con la aplicación de los programas de ajuste en marcha para lidiar con el déficit fiscal.
La Confederación Europea de Sindicatos, que convoca esta manifestación, señaló a BBC Mundo que la estrategia actual de la UE está llevando al fin del modelo social europeo.
«Queremos un cambio del rumbo económico. El actual programa está aumentando el desempleo y no contribuye al crecimiento ni a la cohesión social ni a disminuir el déficit fiscal», dijo a BBC Mundo Juan Mendoza, consejero especial de la Confederación.
El problema se está instalando como una enfermedad incurable en la mayoría de los países desarrollados.
En los 33 países más ricos, agrupados en torno a la OCDE (Organización de la Cooperación y Desarrollo Económico), la desocupación ha subido al 18,7 por ciento entre 2007 y 2009 y en Estados Unidos está en 9,5 por ciento.
El impacto social es obvio.
En Estados Unidos los datos oficiales dados a conocer a mediados de septiembre señalan que uno de cada siete estadounidenses vive bajo la línea de la pobreza: unos 45 millones de la población total de 307 millones.
En el Reino Unido, las casas de empeño han experimentado un boom desde la crisis.
Hace siete años había 800: hoy hay 1300.
Desde el estallido de la crisis financiera el espectro de la pobreza está sobrevolando Europa, tradicionalmente dotada de una fuerte clase media y una clase trabajadora protegida por el manto de la seguridad social.
Según la Confederación Europea de Sindicatos, hoy, unos 85 millones de personas de los 501 millones que habitan la UE viven en el umbral de la pobreza.
«Afortundamente todavía tenemos en Europa una red de cohesión importante en términos de salud, educación y políticas asistenciales. Pero a nivel de ingreso, hay unos 85 millones que están por debajo del salario mínimo», explicó a BBC Mundo Juan Mendoza.
Desde el punto de vista ético pocas cosas miden mejor la calidad de una sociedad que sus niveles de pobreza.
Pero el problema no se limita a una cuestión social o moral.
El mundo se está recuperando de la recesión mundial que siguió a la crisis financiera de 2008.
Las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) indican que el crecimiento global para 2010 será de alrededor del 4,50% (y 4,15% en 2011)
Según le dijo a BBC Mundo Raymond Torres de la Organización Internacional del Trabajo, el desempleo puede frenar y hasta revertir este proceso.
«El desempleo tiene dos impactos. Uno a corto plazo es el impacto negativo que tiene sobre el consumo y la confianza que a su vez afecta la demanda, la inversión y la recaudación impositiva. Y hay un impacto a largo plazo, porque los desempleados actuales corren peligro de transformarse en desempleados crónicos», dijo a BBC mundo.
La OIT estima que se tendrán que crear unos 440 millones de puestos el mundo en los próximos diez años para absorber la incorporación de nuevas camadas al mercado laboral.
En la Unión Europea el mercado laboral tiene visos de empeorar debido al impacto de los planes de ajuste.
En los últimos tres meses del presente año y, sobre todo, en 2011 se harán sentir en toda su dimensión los recortes fiscales anunciados por muchos países para lidiar con el déficit.
Estos planes de ajuste no son una garantía de solución del déficit fiscal y – si el economista John Maynard Keynes tiene razón – pueden resultar contraproducentes.
El 20 de agosto la Comisión Europea aconsejó al gobierno griego – que había puesto en marcha tres paquetes de ajuste – que realizara un corte adicional de 4.000 millones de euros (algo más de US$5.000 millones) para cumplir con su compromiso de lograr un déficit fiscal del 8% a fin de año debido a una recaudación menor de la esperada a pesar del (o debido al) profundo ajuste.
La República de Irlanda es un ejemplo más claro de lo que puede venir porque fue el primer país europeo en aplicar un duro plan de ajuste en octubre del año pasado y recibió el aplauso de los mercados y los medios ortodoxos.
A diferencia del resto de la Unión Europea o de sus socios en la Eurozona, que tuvieron un modesto crecimiento económico en el último trimestre, el Producto Interno Bruto de la República cayó en un 1,2%.
El gobierno ha caído en la trampa típica de las naciones con déficit fiscal y contracción económica: el ajuste permanente.
Este diciembre el gobierno del primer ministro Brian Cowen planea un cuarto ajuste fiscal en su nuevo presupuesto.
En medio del debate en toda la UE sobre qué hacer con el déficit, hay millones de desempleados y una advertencia del primer ministro de Noruega Jens Stoltenberg en un reciente seminario en la OIT:
«Tenemos que evitar que este alto nivel de desempleo se convierta en permanente».