El manual daba instrucciones sobre cómo practicar sexo —en grupo— en núcleos familiares polígamos. El Ministerio de Interior malasio prohibió la publicación, pero no las actividades del grupo, que continúa recolectando “nuevas esposas” para adherirse a su causa.
“Si damos a nuestros maridos más de lo que podría darles una prostituta, entonces nuestros maridos no se irán fuera a buscar lo que necesitan”. Este es básicamente el mensaje de un club que enseña —desde Malasia— a las “buenas musulmanas” a ser “mejores que prostitutas de lujo en la cama”.
“Un hombre casado con una mujer que sea mejor que una prostituta de lujo en la cama no tendrá razón alguna para separarse”.
Este es su mandamiento supremo. La “regla de oro” que aparece en la información del facebook oficial del Club de Esposas Obedientes.
La institución con sede en Malasia saltó a la fama cuando hizo público el lanzamiento de una guía secreta sólo para miembros. Con el título de “Sexo islámico. Combatiendo a los judíos para devolver el sexo islámico al mundo” el manual daba instrucciones sobre cómo practicar sexo —en grupo— en núcleos familiares polígamos. El Ministerio de Interior malasio prohibió la publicación, pero no las actividades del grupo, que continúa recolectando “nuevas esposas” para adherirse a su causa.
Bajo la premisa de “educar a las musulmanas modernas para convertirse en mejores amantes”, el club promueve la imagen de una mujer cuyo rol en el matrimonio es básicamente la servidumbre sexual.
Tras la publicación de la guía sexual, algunas asociaciones musulmanas feministas como Hermanas en el Islam denunciaron a las Esposas Obedientes.
La doctora Soha Abboud, profesora experta del departamento de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Complutense de Madrid, señala que la controversia en torno al grupo puede deberse más a las formas que al propio contenido: “El mandato de obediencia a tu marido en todo y sobre todo en la cama, está en la raíz de la religión islámica. No justifico, pero no se puede decir que estas mujeres sean incoherentes. Están siendo coherentes, al pie de la letra, con una religión que les manda precisamente obedecer para evitar el repudio”.
Abboud señala que, probablemente, lo que más ha escandalizado a las autoridades malasias y algunos grupos musulmanes es la crudeza visual de los contenidos sexualmente explícitos de la web.
“Las fotos y contenidos seguramente son demasiado fuertes para hacerlos públicos. Además, quizá algunos musulmanes que son críticos con el grupo se basen en el miedo de muchos hombres a los que les impone que la esposa sepa demasiado y no saber dar la talla, o quienes no ven con buenos ojos dentro del Islam a unas mujeres que se autoproclaman tan abiertas y modernas”.
Otras voces especializadas como la de la experta en mundo Árabe y Mujer del CEU de Valencia María Dolores Algora señalan que, con todo, “el pensamiento del grupo es poco representativo dentro del mundo de las mujeres musulmanas”.
Una de las principales cabezas visibles del Club, que presume de tener ya más de 1.000 miembros alrededor de Indonesia, Malasia, Jordania y Singapur, es la doctora Rohaya Mohamad.
Convertida en modelo para algunas mujeres, la figura de esta musulmana se ha rodeado de polémica por declaraciones públicas como ésta: “Ser una buena esposa es también ser una buena trabajadora sexual. ¿Qué hay de malo en convertirse en una puta para tu marido?”
Detrás de sus fundadoras, el sello de la institución lo pone Global Ikhwan, un conglomerado de negocios asociado a la secta musulmana al Arqam que promueve la poligamia bajo las órdenes de su líder Abuya Ashaari Muhammad, según denunciaron las autoridades malasias.
En el blog oficial de la institución, la doctora Mohamad y otras líderes del club “guían” a las “inexpertas” esposas en la “espiritual tarea de obedecer satisfactoriamente cada deseo de sus maridos”.
Con post titulados “¿Debemos no darle todo lo que él pida? o “Las medias muestran siempre modestia” aconsejan sobre cómo actuar adecuadamente para “tener contentos” y “entretener” a los esposos, sobre todo en la cama:
“Las mujeres musulmanas en el mundo entero no serán vistas sin medias. Las piernas desnudas denotan clase baja, una muchacha de campo. Cubre siempre tus piernas, especialmente en el dormitorio”.
