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Obama y Romney eluden debate sobre posesión de armas tras matanza en Denver

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Ambos suspendieron sus actividades de campaña previstas para este viernes, condenaron el tiroteo y expresaron su apoyo a las víctimas, pero ninguno de los dos dijo ni una palabra en sus discursos del derecho de los ciudadanos a adquirir y portar armas de fuego.


Tanto el presidente de EE.UU. y candidato a la reelección, Barack Obama, como el que será su rival republicano, Mitt Romney, eludieron  abrir el debate sobre la posesión de armas de fuego por parte de los ciudadanos tras el tiroteo en un cine de Denver que causó 12 muertos y 59 heridos.

Ambos suspendieron sus actividades de campaña previstas para este viernes, condenaron el tiroteo y expresaron su apoyo a las víctimas, pero ninguno de los dos dijo ni una palabra en sus discursos del derecho de los ciudadanos a portar armas.

La Segunda Enmienda de la Constitución consagra el derecho de los estadounidenses a la tenencia de armas y el Tribunal Supremo siempre ha sentenciado a favor de él contra los intentos de algunos estados y ciudades por limitarlo.

En Estados Unidos hay más de 300 millones de armas de fuego en posesión de los ciudadanos y las masacres como la ocurrida en un cine de la localidad de Aurora, a las afueras de Denver (Colorado), reavivan el debate sobre el derecho consagrado en la Segunda Enmienda.

El tiroteo de Aurora, que se produjo durante el estreno de la película «El caballero oscuro» («The Dark Knight Rises»), de la saga de Batman, es el más trágico desde la matanza en 2007 de 33 estudiantes en la universidad Virginia Tech.

Además, se produjo a tan solo 20 kilómetros de la masacre del instituto de Columbine, donde en 1999 dos alumnos mataron a 13 personas antes de suicidarse.

Obama ha mantenido un notable silencio sobre la posesión de armas durante su mandato y en septiembre de 2008, antes de ganar las elecciones, prometió a los ciudadanos: «Yo no voy a quitarles las armas».

«El presidente cree que necesitamos tomar medidas de sentido común que protejan los derechos de la Segunda Enmienda, al tiempo que se garantiza que aquellos que no deberían tener armas de fuego bajo las leyes actuales no tengan acceso a ellas», explicó hoy el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.

Durante el mandato de Obama, que llegó a la Casa Blanca en enero de 2009, no se ha aprobado ninguna medida ni ley para limitar la posesión y tampoco se ha reinstalado la prohibición de tener armas de asalto.

Por contra, desde 2009 se han ampliado los derechos para poseer armas en algunas áreas como los parques nacionales y los trenes de la empresa nacional de ferrocarriles Amtrak.

La Campaña Brady contra la Violencia de las Armas expresó en un comunicado su indignación por el tiroteo en Aurora e invitó a los estadounidenses a unirse a ellos «para responsabilizar a los políticos a actuar» y controlar la posesión de armas.

Paradójicamente, Romney fue mucho más activo que Obama en lo que respecta a políticas de control de armas cuando era gobernador de Massachusetts.

Cuando competía por ser senador en 1994, Romney apoyó la verificación de antecedentes y la prohibición de algunas armas de asalto.

Además, como gobernador en 2004 firmó una ley para prohibir las armas de asalto en el estado que, no obstante, también hacía más fácil obtener y renovar una licencia para portarlas.

Sin embargo, en 2006, Romney se unió a la influyente Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés), pocos meses antes de anunciar sus aspiraciones presidenciales, y en 2007 afirmó: «Creo firmemente en el derecho a portar armas».

En cada ciclo electoral la NRA vuelca su respaldo hacia candidatos republicanos, que responden lealmente obstruyendo las iniciativas para restringir la venta de armas de fuego, especialmente las de tipo militar.

Este año, en una entrevista con blogueros conservadores, Romney se declaró no partidario de una legislación sobre el control de la posesión de armas y dijo que se opondría a una prohibición de la tenencia de las de asalto o semiautomáticas.

Un 73 % de los estadounidenses se mostraba a finales de 2011 en contra de que se prohibiera la posesión de armas de fuego en el país a los ciudadanos que no sean miembros de la policía o tengan una autorización especial, según una encuesta de Gallup.

El estudio destacó que el 26 % favorable a prohibir la posesión de armas marcó un récord mínimo en 2011, puesto que veinte años era del 41%.

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