El sindicato que agrupa a los maquinistas de trenes declaró una huelga sorpresiva en cinco de las seis líneas ferroviarias que parten la ciudad para protestar contra la instalación de cámaras dentro de las cabinas de conducción.
Violentos incidentes de registraron este miércoles a las puertas de una de las principales terminales ferroviarias de Buenos Aires cuando un grupo de personas atacó el lugar furioso por la huelga de trenes que mantiene paralizado el servicio.
Los hechos se desataron cuando cerca de una treintena de personas comenzó a arrojar cascotes a la policía y prendió fuego a maderas, cestos de basura y otros elementos en uno de los accesos a la estación de trenes de Constitución, en la zona sur de la capital argentina.
La policía respondió lanzando chorros de agua desde el interior de la terminal. Los incidentes se iniciaron cuando centenares de personas estaban en la plaza frente a la estación, formando largas filas para tratar de tomar un ómnibus ante la paralización del servicio ferroviario.
Los protagonistas de los incidentes se taparon los rostros con pañuelos y capuchas y también atacaron algunos comercios de la zona, según mostraron los canales de televisión locales.
El sindicato que agrupa a los maquinistas de trenes declaró este mediodía una huelga sorpresiva en cinco de las seis líneas ferroviarias que parten de Buenos Aires para protestar contra la instalación de cámaras dentro de las cabinas de conducción de los trenes.
La medida de fuerza, que fue condenada por el Gobierno argentino, dejó sin acceso al servicio férreo a cerca de 800.000 personas que a diario se movilizan en este tipo de transporte. «Se oponen porque no quieren que haya medidas de control que apunten a mejorar la seguridad del servicio», afirmó el ministro del Interior y Transporte de Argentina, Florencio Randazzo, en declaraciones a medios locales.
Las líneas paralizadas son las de los ferrocarriles Mitre, Sarmiento, Roca, San Martín y Belgrano Sur, que comunican a la capital argentina con distintas ciudades del país.
En tanto, las empresas a cargo de la operación de las líneas en huelga informaron a través de comunicados que el servicio se interrumpió desde el mediodía de hoy como parte de «un conflicto de tipo gremial» del sindicato que agrupa a conductores de trenes, «La Fraternidad».
Randazzo señaló por su parte que los dirigentes sindicales tienen una actitud «irresponsable e incomprensible» y que están «alejados de la realidad de millones de argentinos que usan a diario el servicio». El ministro aseguró que «si cada uno cumple con sus funciones, no debería ser un inconveniente instalar cámaras, porque su objetivo es proteger tanto a pasajeros como a trabajadores».
La medida surge a menos de un mes del choque de dos trenes que causó tres muertos y 315 heridos en la localidad de Castelar, a unos 30 kilómetros de la capital argentina, cuando una formación que circulaba con destino a Moreno, en la línea Sarmiento, embistió por detrás a otra que estaba parada en las vías.