La famosa fotografía en la que aparece el líder guerrillero argentino-cubano mirando al infinito, con su boina clásica sobre la cabeza, fue tomada por el fotógrafo Alberto Díaz «Korda» en marzo de 1960, durante el entierro de las víctimas de la explosión de un buque en La Habana. El artista jamás cobró los derechos de autor por la imagen pero aseguró que si le hubieran dado un céntimo por cada copia hoy sería millonario.
El Che Guevara que parece mirar al infinito con su boina con la estrella comunista. Una imagen impresa millones de veces tanto como símbolo de la revolución y la contracultura, como para publicitar bienes comerciales como bebidas alcohólicas y pantalones vaqueros.
Ahora uno de los escasos originales de la fotografía más reproducida del mundo, el retrato del guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara tomado por el fotógrafo Alberto Díaz «Korda» (1928-2001) ha sido subastada en Viena por 7.200 euros (9.600 dólares).
La galería fotográfica Westlicht subastó ese original titulado «Guerrillero heroico» (1960) junto a otra conocida imagen del revolucionario, tomada en 1963 por el suizo René Burri, y vendida por 4.800 euros (6.450 dólares).
Korda logró la fama con la instantánea de un Che Guevara de 31 años que inmortalizó el cinco de marzo de 1960, durante el entierro de las víctimas de la explosión de un buque fondeado en La Habana.
La foto «no fue concebida, sino intuida», dijo una vez Korda, quien después la pulió en el laboratorio para resaltar la mirada, recortando del lado izquierdo de la toma horizontal el perfil de un desconocido y del derecho una palmera tropical.
La imagen subastada en Viena es la original de la que se extrajo la icónica imagen, cuyo negativo está en poder del Gobierno cubano.
Pero la imagen estuvo durante años en el estudio del fotógrafo, hasta la muerte del revolucionario cubano en 1967, cuando Korda se la regaló al editor italiano Giangiacomo Feltrinelli para ilustrar un libro sobre los diarios de los últimos meses del Che en Bolivia.
El editor utilizó la imagen, recortada y rotada, para ilustrar la edición del diario, así como los carteles promocionales que, de inmediato, lo convirtieron en un icono revolucionario que se ha paseado por manifestaciones de todo el mundo.
Esa instantánea del revolucionario con pelo largo y alborotado bajo una boina militar, mirada perdida y gesto serio, es la fotografía más reproducida de la historia.
Korda, que nunca cobró derechos por esa imagen, llegó a asegurar que si le hubieran dado un céntimo por cada copia reproducida hubiera sido millonario.
Pero sí demandó a una agencia publicitaria que utilizó su imagen para una conocida marca de vodka, y los 50.000 dólares que obtuvo en el pleito los donó a la Sanidad cubana.
«Apoyo los ideales por los que murió Che Guevara, no me opongo a que reproduzcan su imagen quienes quieren propagar su memoria y la causa de la justicia social en el mundo, pero sí estoy en contra de la explotación de su imagen para la promoción de productos como el alcohol», sostuvo Korda.
La imagen se ha reproducido en todo tipo de superficies, incluida la piel humana en forma de tatuaje, quizá el más famoso de ellos el que porta en el brazo derecho el antiguo astro argentino del balón Diego Armando Maradona.
«Creo que Korda solo hizo veinte o veinticinco copias. Por eso es una pieza tan extraña y estamos contentos de tenerla en nuestra subasta», explicó a Efe el director de Westlicht, Peter Coeln.
En la otra foto subastada, René Burri inmortalizó durante una entrevista a Che Guevara fumando un puro, sin mirar al objetivo y con la cejas algo levantadas, también convertida en todo un símbolo del revolucionario
«Esa fotografía es tan importante no sólo por ser una de las imágenes más bonitas del Che Guevara sino también porque es un revelado original, lo que es muy raro; no sabemos cuantos primeros revelados existen», indicó Coeln sobre esa imagen.
Burri declaró que en esa instantánea se podían apreciar todas las características del revolucionario: «El encanto, la capacidad de persuasión y la ira. Pero no miró a la cámara ni una sola vez».
El director de la galería no quiso revelar datos sobre cómo logró obtener las imágenes para la puja ni quienes habían sido los propietarios originales.
Coeln sí relató una divertida anécdota de ambos fotógrafos, que una vez le confió Burri.
«Korda le envío en los años 80 una carta muy amable a Burri en la que incluía su fotografía del Che como un regalo, explicando que era la foto más famosa del Che que se había hecho jamás», cuenta.
Burri le respondió del siguiente modo: «Querido Alberto, es un gran honor recibir esa fotografía que hiciste del Che, pero ahora te envío la mejor foto del Che Guevara que jamás se ha hecho». Y adjuntó la suya