Los vecinos de la ciudad fueron avisados ayer y el pasado lunes para que no se acercaran a las bases que el EI tiene en la ciudad y para que evacuaran las viviendas próximas a las posiciones de los yihadistas.
La aviación militar intensificó este miércoles sus bombardeos en Irak sobre las posiciones del Estado Islámico (EI) en la ciudad de Mosul, la segunda mayor de Irak, para tratar de arrebatarla a los yihadistas, que la controlan desde el pasado 10 de junio.
Una fuente de seguridad informó a Efe de que los bombardeos de hoy se produjeron con aviones no tripulados («drones»).
Uno de ellos lanzó un misil contra una antigua sede de la Policía iraquí, actualmente ocupada por el EI y que está ubicada en el barrio de Al Wahda, en el sureste de la ciudad.
La fuente no pudo detallar el número exacto de víctimas que provocó ese ataque, aunque sí precisó que se produjeron muertos y heridos en las filas de los radicales suníes.
Un segundo misil impactó contra una vivienda habitada por una familia de civiles, y causó la muerte a tres mujeres y heridas a un niño, además de daños materiales en edificios adyacentes.
Los vecinos de Mosul ya fueron avisados ayer y el pasado lunes para que no se acercaran a las bases que el EI tiene en la ciudad y para que evacuaran las viviendas próximas a las posiciones de los yihadistas.
Aviones estadounidenses sobrevolaron entonces la ciudad y lanzaron panfletos con ese mensaje, firmado por el Ministerio iraquí de Defensa.
La aviación iraquí y la estadounidense muestran con estos movimientos un gran interés por retomar la capital de la provincia de Nínive y una de las primeras ciudades que fueron capturadas por los yihadistas en su ofensiva en el norte de Irak.
Una sala de operaciones creada para su recuperación se encarga de esta tarea con el objetivo, entre otros, de permitir a las miles de personas que huyeron de sus casas en esta ciudad que puedan volver posteriormente a sus hogares.
Según el primer ministro saliente, Nuri al Maliki, la operación está funcionando, ya que miembros del EI «han comenzado a huir de Mosul y de otras zonas de Irak porque han percibido la seriedad, la voluntad y la fuerza (del Ejército iraquí) para limpiar las zonas donde están presentes».
En su discurso semanal emitido por la televisión oficial, Al Maliki propuso hoy a Irak como punto de partida de una «guerra mundial» contra el terrorismo del EI.
«Si deseáis una guerra mundial contra el terrorismo, pues que parta desde Irak», señaló dirigiéndose a la comunidad internacional.
El primer ministro dijo además que «el mundo se ha dado cuenta del peligro que reviste el EI» y añadió que, «aunque ha sido tarde, ya sabe que su amenaza no tiene fronteras».
Esto, según Al Maliki, ha hecho que muchos países hayan unido sus posturas a la voluntad de los pueblos, que es «limpiar el país de la profanación del EI».
El discurso del primer ministro saliente se produce el mismo día en que el titular de Defensa en funciones, Saadún Al Duleimi, anunció en el Parlamento que se ha formado una comisión para recabar informaciones sobre lo sucedido en la base aérea Spiker, en el norte de Tikrit.
El EI ejecutó a decenas de soldados destacados en esta instalación militar tras haber controlado esa ciudad, capital de la provincia septentrional de Saladino, cinco días antes.
Estos y otros asesinatos fueron denunciados hoy por la organización internacional Human Rights Watch (HRW), que acusó al EI de haber acabado con la vida de entre 560 y 770 hombres, en su mayoría soldados del Ejército iraquí, el pasado mes de junio en Tikrit.
Esta cifra triplica la estimada por la ONG inicialmente, tras el primer recuento realizado cuando la ciudad cayó en manos del EI, añadió un comunicado de HRW.
«La barbarie del Estado Islámico constituye una afrenta absoluta a los valores», lamentó el director de Emergencias de HRW, Peter Bouckaert, para quien las nuevas pruebas de masacres son «otra pieza del macabro rompecabezas».
Ayer, el EI difundió un vídeo que muestra cómo uno de sus miembros degüella al periodista estadounidense secuestrado en Siria en 2013 Steven Joel Sotloff, tal y como había prometido en otra cinta difundida el pasado 20 de agosto en la que se ve la decapitación del también reportero de EEUU James Foley.
Horas después de la difusión del segundo vídeo, Washington anunció el envío de 350 militares más a Irak para proteger sus instalaciones y personal en Bagdad, sin que participen en ningún caso en combates.