Quienes pueden gobernar Argentina
El oficialista Daniel Scioli ganó las elecciones primarias y se coloca en primer lugar de la carrera presidencial, con Macri y Massa detrás.
Los resultados de las elecciones primarias en Argentina sugieren que serán dos varones –el oficialista Daniel Scioli y el opositor Mauricio Macri- quienes pelearán por suceder a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, quien no puede postularse a otro mandato.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, el peronista Daniel Scioli, es el más aventajado hasta ahora, sin que haya finalizado el escrutinio de los votos.
Scioli, el único candidato en las primarias del Frente para la Victoria, se postula con Carlos Zannini, mano derecha de la presidenta en la Casa Rosada como su vicepresidente.
Zannini y Scioli celebraron la victoria ante sus simpatizantes.
Por su parte, el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, logró la nominación del frente Cambiemos, que agrupaba en la interna a su partido Propuesta Republicana, PRO, a la Unión Cívica Radical y a la Coalición Cívica ARI.
Su vicepresidenta sería la senadora Gabriela Michetti, una de las políticas más populares del PRO.
Se espera que otros partidos de la oposición, como UCR y Coalición Cívica, acaben apoyando al candidato porteño en la primera vuelta de las elecciones generales, el próximo 25 de octubre.
El tercer puesto está ocupado por Sergio Massa, un exkirchnerista ahora convertido en opositor.
La progresista Margarita Stolbitzer es la única mujer candidata, pero muy alejada de la cabeza según los sondeos.
Durante la jornada se registraron en redes sociales algunas denuncias sobre falta de boletas de partidos de la oposición con el alcalde de Buenos Aires asegurando que se produjo un «robo de boletas».
El alcalde de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, se ve con posibilidades de llegar a la Casa Rosada.
«Algunos entran flacos y salen gordos del cuarto oscuro», dijo.
Daniel Scioli, empresario y exdeportista profesional de 58 años. Se inició en la política en la década de los ’90, con el padrinazgo del expresidente Carlos Menem. Fue vicepresidente del fallecido Néstor Kirchner y ahora se desempeña como gobernador de Buenos Aires, la provincia más poblada del país.
El ingeniero Mauricio Macri, hijo de una familia de empresarios, creció en el sector privado y en 1995 llegó a la presidencia de Boca Juniors, que lo impulsó luego a la jefatura de gobierno de la capital argentina.
Episodios traumáticos: Daniel Scioli perdió el brazo derecho en un grave accidente mientras practicaba la motonáutica. Ahora tiene una prótesis. Macri fue secuestrado en 1991 y permaneció 12 días en un duro cautiverio.
Ambos son apasionados del fútbol. Daniel Scioli practica cada domingo al fútbol sala y participa en la liga nacional de este deporte. Macri fue presidente del club Boca Juniors entre 1995 y 2007, antes de lanzarse a la política.
Las parejas de los dos favoritos tienen sus propios emprendimientos empresariales: una, la de Macri, Juliana Awada, con una cadena de tiendas de ropa; y la de Scioli, Karina Rabolini, con su propia colección de fragancias, cosméticos y lentes de sol.
Un color: para Scioli, el naranja (ahora mezclado con el azul celeste del Frente para la Victoria); para Macri, el amarillo, de su partido, el PRO.
Parece claro que con el fin del mandato de Cristina Fernández, que entregará el poder en diciembre, el kirchnerismo cierra un ciclo.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner votó en Río Gallegos, provincia de Santa Cruz.
El candidato oficialista despertó durante años los recelos de los seguidores más fieles a la presidenta, porque no le consideraban lo suficientemente kirchnerista.
Pero ahora se presenta como garante de la continuidad y muchos afines al gobierno le han declarado su apoyo.
En realidad todos los candidatos hablan de cambio, sobre todo en el ámbito económico (el oficialista promete que será gradual, el opositor habla de transformaciones más rápidas y profundas).
Pero a la vez abogan por mantener algunas de las políticas centrales del gobierno de Cristina Fernández y no se espera un giro radical: mantendrían la nacionalización de YPF, de Aerolíneas Argentinas y del programa de Fúttbol para todos, además de los planes sociales para los más desfavorecidos.
En el caso de Macri, al frente de la oposición, prometió además trabajar en algunos de los asuntos sobre los que más se ha cuestionado a Cristina Fernández, como la independencia de los poderes, la transparencia gubernamental, la estabilidad económica o la confiabilidad del país ante inversores extranjeros.
En realidad, ambos candidatos han preferido moverse en la ambigüedad durante la campaña, sin hacer grandes anuncios ni aportar planes concretos sobre sus políticas de gobierno.
El voto en las elecciones primarias era obligatorio.
Entre el resto de candidatos, con Sergio Massa como el tercero en la carrera, se lanzaron algunas propuestas más específicas, aunque la campaña ha estado mucho más enfocada en personalismos, imagen y liderazgos que en ideas.
Un candidato necesita obtener el 45% de los votos para ganar en la primera vuelta, o bien, un 40% de las boletas, pero con una diferencia de al menos 10% con el segundo. Por ahora, ninguno de los candidatos parece tan aventajado.
La primera vuelta será el 25 de octubre, un eventual ballotage se celebraría el 22 de noviembre.
Ninguno de los dos principales candidatos ha demostrado hasta ahora gran capacidad de movilización ni emociones desenfrenadas entre el electorado.
Scioli no despierta las mismas pasiones que la presidenta entre las familias de bajos ingresos –base tradicional del peronismo- y el opositor Macri tendrá que esforzarse para darse a conocer fuera de la capital, donde ha gobernado desde 2007.
Además, el próximo presidente necesitará el apoyo de sus antiguos rivales para gobernar.
En el caso del oficialista, buscando el respaldo de quienes hace unos meses le criticaban fuertemente; mientras, el líder de la oposición tendrá que hacer extrañas alianzas para enfrentar al oficialismo.
Las primarias se perciben como una ocasión para tomar el pulso de la intención de voto de los ciudadanos.
Gane quien gane, el próximo presidente mirará a los vecinos, sobre todo a sus socios en el Mercosur, aunque será más crítico que Cristina Fernández con líderes como Nicolás Maduro de Venezuela (especialmente en el caso de Macri).
El próximo presidente querrá tener más cerca a EE.UU. y seguirá mirando a China como gran inversor en el país.
Además, los principales candidatos parecen decantados por negociar con los llamados fondos buitre en la disputa que el país mantiene con este grupo de acreedores.
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