Desde el pasado miércoles se suceden historias de intimidaciones, insultos, amenazas y pintadas con mensajes supremacistas blancos, homófobos y misóginos que celebran explícitamente la victoria del empresario.
Una ola de intolerancia recorre Estados Unidos desde la elección de Donald Trump como presidente, con más de 400 incidentes de odio contra inmigrantes, negros, homosexuales, musulmanes, hispanos y mujeres en solo una semana.
Desde el pasado miércoles se suceden historias de intimidaciones, insultos, amenazas y pintadas con mensajes supremacistas blancos, homófobos y misóginos que celebran explícitamente la victoria de Trump.
La organización Southern Poverty Law Center, que lucha desde 1971 contra la intolerancia, ha recopilado los sucesos recogidos en la prensa local, las redes sociales y una plataforma de su página web en la que los ciudadanos pueden reportar incidentes de odio.
Según su último boletín, publicado hoy, ya son 437 los actos de odio y acoso registrados, en «muchos» de los cuales hubo «referencias directas a la campaña de Trump o a sus eslóganes».
En solo una semana se ha dado un número de casos equivalente al que la organización suele detectar en al menos medio año.
Los inmigrantes (136), los negros (89) y los homosexuales (43) fueron las víctimas de la mayoría de los sucesos, mientras que también hubo decenas de ataques contra los musulmanes y las mujeres.
En al menos 30 actos se usó una esvástica, símbolo adoptado por el partido Nazi en la alemania de los años 1920, mientras que en decenas de lugares del país aparecieron pintadas con mensajes como «Blancos solo. Nación Trump», «Poder blanco» o «Hagamos Estados Unidos blanco de nuevo», que parafrasea el lema de campaña del magnate: «Hagamos Estados Unidos grande de nuevo».
Uno de los datos más alarmantes es que la mayoría de los sucesos ocurrieron en escuelas de educación primaria y secundaria, donde las organizaciones de derechos civiles ya habían detectado en el último año un reflejo de la retórica de odio de la campaña electoral.
Son historias como la de una profesora musulmana de Georgia (sureste), que recibió una nota en la que se le decía que tanto ella como su velo (hiyab) «ya no están permitidos» y agregaba: «¿Por qué no te lo atas alrededor del cuello y te cuelgas con él? Firmado: Estados Unidos».
En otros colegios son madres latinas las que han explicado en las redes sociales cómo se les partía el corazón al dejar a sus hijos con compañeros que les cantan en el comedor o en el patio la frase «Construye el muro», el eslogan insignia de Trump contra la inmigración mexicana.
Algunos expertos comparan este repunte de incidentes de odio con el que ocurrió contra los musulmanes tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra EEUU, mientras que los vídeos de acoso a inmigrantes en transportes públicos recuerdan a los que se sucedieron en Reino Unido tras el triunfo del sí al «Brexit», a la salida de la Unión Europea, en el referendo del pasado junio.
En las oficinas del Council on American-Islamic Relations se ha registrado un «aumento» de denuncias de acoso desde la victoria de Trump, lo que ha llevado a la organización a pedir a los imanes que aborden con sus comunidades el miedo ante la actual ola de intolerancia.
Mobashra Tazamal ha sido víctima de un rechazo triple, por musulmana, mujer e inmigrante.
«Un tipo me dijo en la calle que me vaya del país y este país es la única casa que conozco. Trump ha alentado la violencia contra mí, ha atacado todas mis identidades», cuenta a Efe esta joven, que emigró de Pakistán a Estados Unidos a los cinco años.
Aunque menor, también se ha registrado un «aumento» en los incidentes de antisemitismo, según la entidad judía Anti-Defamation League.
«Estamos viendo una parte de este país que sabíamos que existía pero que no se había revelado así hasta ahora. Es como si el nuevo presidente hubiera abierto la caja de Pandora de la retórica del odio», indica a Efe Kriss A. Kevorkian, trabajadora social y experta en duelo de la Universidad Walden.
Organizaciones y expertos confirman la ola de intolerancia que ha desencadenado la victoria de Trump y temen que la elección de Steve Bannon, un explosivo agitador mediático cercano a la derecha radical, como su estratega jefe en la Casa Blanca, haga que los intolerantes se sientan legitimados.
Desde la noche electoral, Trump ha publicado más de 20 mensajes de Twitter, con ataques a la prensa y a quienes protestan contra él en las calles, pero ninguno condenando los incidentes de odio que decenas de ciudadanos están cometiendo en su nombre.
Preguntado por la ola de sucesos de intolerancia en su entrevista con CBS el pasado viernes, el presidente electo se mostró «sorprendido de oír eso» y pidió, mirando a la cámara, poner fin a estos ataques.
Los incidentes han continuado, pero él no ha vuelto a decir nada al respecto.