Le Pen está de visita en el país del Medio Oriente, una ex colonia francesa, marcada por el conflicto entre cristianos -pro occidentales- y musulmanes.
La candidata presidencial ultraderechista francesa Marine Le Pen ha vuelto a encender la polémica. Esta vez por no querer cumplir con el protocolo establecido durante una visita al Gran Muftí de Beirut, la máxima autoridad del Islam suní en ese país.
La líder del Frente Nacional se encuentra de visita en el Líbano, una ex colonia francesa cuya historia está marcada por las tensiones entre las poblaciones cristiana y musulmana, que incluso llevó al país a una guerra civil.
El Líbano ha sido históricamente el país con mayor cantidad de cristianos desde el fin del periodo bizantino. La mayoría de la comunidad la constituyen los maronitas, una iglesia oriental en comunión con el Papado de Roma. A pesar de haber sido arabizados como la mayoría de los cristianos del Medio Oriente, mantienen el arameo como lengua litúrgica y sostuvieron un vínculo estrecho con occidente desde la época de las cruzadas, que luego se transformó en una relación cercana con Francia y su cultura. Su líder, el Patriarca Béchara Boutros Raï recibirá a Le Pen.
Sin embargo, la líder francesa previamente se reuniría hoy con el líder de otra de las grandes comunidades religiosas del país: el Muftí Abdellatif Deriane, cabeza de los suníes libaneses. El problema fue cuando se le ofreció un hiyab -tipo de velo islámico- para cubrirse durante la entrevista. «La más alta autoridad suní del mundo no tiene que cumplir con este requisito, por lo tanto, no tengo ninguna razón de hacerlo (…) Pueden trasmitirle mis respetos al gran mufti, pero no me cubriré», ha dicho Le Pen a los periodistas presentes.
La francesa se refería a un encuentro que sostuvo con el Gran Imán de Al-Azhar de El Cairo, Ahmed al-Tayeb, en la que no se colocó velo. «En aquél momento ya dije que no me cubriría nunca. Cómo no habían cancelado mi cita con el gran mufti pensé que iban a aceptar que yo no uso velo. Yo no me cubro. Han buscado imponermelo, como si fuera un hecho consumado. Y no lo es», ha reiterado.
«Su oficina de prensa informó a los asesores de Le Pen del requisito de cubrir sus cabezas en presencia del líder religioso, de acuerdo con el protocolo» dijo la oficina del muftí. Y ha añadido que «se han visto sorprendidos por su negativa a cumplir con esa regla bien conocida».
Le Pen, que expresó su descontento y pesar, se reunirá ahora con Samir Geagea, el líder de las Fuezas Libanesas, un partido político heredero de una organización paramilitar cristiana que combatió a los musulmanes en la guerra civil.