El nuevo incidente ocurrió en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para Varones Etapa II (Cejupliv), que alberga a 17 menores y 39 mayo de edad en conflicto con la ley. De acuerdo a datos oficiales 47 son miembros de la pandilla Barrio 18.
A 11 días de que 40 adolescentes murieran calcinadas en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción de Guatemala, un motín en otro centro para menores dejó este domingo dos funcionarios muertos y al menos cinco heridos.
El nuevo incidente ocurrió en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para Varones Etapa II (Cejupliv), ubicado como el Hogar Seguro en San José Pinula, a 22 kilómetros de la capital guatemalteca.
Se trata de un centro para jóvenes en conflicto con la ley a cargo de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia (SBS) que alberga a 17 menores, pero también a 39 mayo de edad.
Además, de acuerdo con datos oficiales 47 son miembros de la pandilla Barrio 18.
Según informaron las autoridades, todo comenzó hacia las 11:30 del domingo, al término de la hora de visita.
Los jóvenes tomaron como rehenes a siete monitores, a quienes golpearon y quitaron las radios con las que se comunicaban.
A media tarde prendieron fuego a uno de los sectores del centro y algunos de los internos subieron al techo, a lo que la policía respondió con gases lacrimógenos para evitar que se fugaran.
Así informó a los medios el director general de la policía, Nery Barrios.
Y añadió que habían retomado el control después de que un grupo de policías antimotines logró acceder al centro hacia las 18:30 hora local, mientras los bomberos sofocaban el incendio.
Fue por la tarde cuando los socorristas lograron que les entregaran el cuerpo de uno de los dos monitores fallecidos, mientras no hay información sobre el segundo.
Y William González, miembro de los Bomberos Voluntarios, informó a los medios que dos heridos les realizaron suturas en el cráneo, mientras otros sólo presentaban golpes superficiales.
Además, varios menores del centro fueron atendidos en las inmediaciones por golpes, intoxicación por gases lacrimógenos y crisis nerviosas.
Por su parte, los internos hicieron público un listado de demandas, que incluyen más días de visitas, poder utilizar ropa de su gusto, menos control por parte de los monitores y que regresen al centro 15 jóvenes trasladados al correccional Gaviotas.
Asimismo, pidieron que llegaran al lugar a representantes de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), de la Procuraduría General de la Nación (PGN) y jueces para resolver la situación.
Según los medios guatemaltecos y agencias como EFE, las negociaciones siguen en marcha.
«Evaluamos cumplir con las demandas, aunque hay algunas que se salen de nuestras manos», le dijo el subsecretario de Reinserción y Resocialización de Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal, Eder Vladimir López, presente en el lugar, al diario guatemalteco El Periódico.
Hilda Morales, fiscal adjunta de la PDH, criticó por su parte que en el Cejupliv están recluidos pandilleros condenados por homicidio con sentencias de hasta seis años y, así, terminan conviviendo mayores de edad con menores.
Ya en octubre, y en base a una investigación realizada por la PDH, la jueza de la niñez y adolescencia Verónica Galicia ordenó el cierre del centro por sus condiciones «inhumanas».
Entre otras anomalías, el informe recogía que los internos dormían en el suelo, cerca de los sanitarios con los drenajes colapsados.