Jeroen Dijsselbloem, el ministro de Economía holandés que preside la instancia europea dio una entrevista a un diario alemán en la que empleó generalizaciones para referirse a las políticas económicas de los países del sur de Europa.
El socialdemócrata holandés Jeroen Dijsselbloem, Presidente del Eurogrupo -organismo que reúne a los ministros de economía de los países de la Unión Europea-, está en el centro de la polémica y son varios los países que piden su salida, acusándole de prejuicioso, machista y hasta de xenófobo.
Dijsselbloem dijo en una entrevista a un diario alemán que como socialdemócrata «considera la solidaridad algo extremadamente importante», pero el problema ha estado en el matiz que puso después: «Pero quien la exige también tiene obligaciones. No puedo gastarme todo mi dinero en licor y mujeres y a continuación pedir ayuda. Este principio se aplica a nivel personal, local, nacional e incluso a nivel europeo».
De inmediato muchos partidos políticos de países del sur europeo presentes en el Parlamento de la Unión han pedido su salida, incluyendo a partidos de centro derecha que han impulsado duras medidas de recortes y ajuste fiscal en consonancia con lo solicitado por Alemania y el resto de «países del norte».
La situación no ha ido a mejor, debido a que el holandés se niega a disculparse. Por ejemplo su colega español Luis de Guindos señaló: «Las declaraciones me parecen desafortunadas desde el punto de vista de la forma y del fondo» y ha lamentado que Dijsselbloem no quiera retractarse. «Esperaba que se hubiera arrepentido».
El ministro de los negocios extranjeros de Portugal (equivalente a relaciones exteriores), Augusto Santos Silva, también criticó duramente al Presidente del Eurogrupo y hasta pidió su salida: “No está en condiciones de permanecer al frente”. Santos agregó que “el Gobierno de Portugal comparte la opinión” expresada por varios eurodiputados durante la sesión de este martes de la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara, en la que varios pidieron la dimisión del holandés.
Sin embargo no sería necesario esperar mucho tiempo para que el cuestionado Dijsselbloem deje el cargo. Su partido sufrió una auténtica debacle en las elecciones generales holandesas del miércoles pasado, por lo que difícilmente -en caso de formar parte del nuevo gobierno de coalición dirigido por los liberales de derecha- se le asignará un ministerio tan importante como el de Economía, y la costumbre es que la presidencia del Eurogrupo la ocupe un ministro.
