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El secreto de Noruega para tener a los tres multimillonarios más jóvenes del mundo

El secreto de Noruega para tener a los tres multimillonarios más jóvenes del mundo

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El que este país nórdico tenga a los tres ricos más jóvenes del planeta no solo es un reflejo de su exitosa economía, sino de su fascinante dinámica familiar y social.


Alexandra Andresen recibió su fortuna de su padre. Foto: cortesía Ferd.

21, 22 y 24 son sus edades y los tres son noruegos.

Se trata de dos mujeres y un hombre los que encabezan la lista de los 20 multimillonarios más jóvenes (menores de 40 años) del mundo de la revista Forbes.

La primera, Alexandra Andresen, no es nueva en esta lista. En 2016, con 19 años, también la lideró. Ella y su hermana Katharina, segunda en la clasificación, recibieron su fortuna de su padre, quien es dueño de la compañía Ferd, dedicada a bienes raíces e inversiones.

Johan H. Andresen les transfirió el 42,2% de la empresa familiar a cada una en 2007, cuando Alexandra tenía 10 años.

Forbes ubica la riqueza de cada una de ellas en US$1.200 millones.

En la tercera posición se encuentra Gustav Magnar Witzoe, que acumula US$1.600 millones.

Así se muestra en una de sus fotos de su cuenta de Instagram.

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También recibió su fortuna de su familia, después de que su padre le cediera un importante porcentaje del capital de su empresa (Salmar), considerada una de las líderes en la producción de salmón cultivado en granjas.

Y aunque la respuesta a por qué estos tres jóvenes noruegos son multimillonarios puede parecer tan simple como que heredaron sus fortunas, existen factores que van más allá de pura suerte al nacer.

Factores que giran en torno a la dinámica familiar nórdica, su sistema educativo y su economía.

Ricos entre ricos

¿Por qué Noruega tiene los tres multimillonarios más jóvenes del planeta (la número 16 de la lista, Caroline Hagen Kjos, también es noruega)? le pregunté a Oyvind Bohren, profesor de Finanzas de la Escuela Noruega de Negocios (Norwegian Business School).

«La respuesta parcial es que Noruega es uno de los países más ricos del mundo. Se necesitan padres ricos para convertirse en un heredero rico», responde.

The Ferd owners💪🏻 Photo by: Frédéric Boudin

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Y esta foto que Alexandra publicó en su cuenta de Instagram lo reafirma. Aparece junto a su padre y su hermana y la tituló: «Los dueños de Ferd».

Noruega está entre los diez países más ricos del mundo, según la la revista Fortune.

«El ranking se basó en información del Fondo Monetario Internacional (FMI) de octubre de 2017 sobre el Producto Interno Bruto per cápita en relación a la paridad del poder adquisitivo, eso permite comparar las monedas de los países con respecto al costo de productos y se usa para valorar la economía de un país en relación a otras, de acuerdo con el FMI», explica Fortune.

Detrás de Qatar, Luxemburgo, Singapur, Brunéi e Irlanda, Noruega, con sus poco más de 5 millones de habitantes, se ubica en la sexta posición (US$70.590).

No todo es petróleo

Pese a que la explicación evidente del origen de esa riqueza es el petróleo, Noruega ha apostado por diversificar sus inversiones.

Tras la bonanza petrolera, la economía noruega se transformó y el país no ha dejado de invertir las ganancias obtenidas en un gigantesco fondo soberano, una cuenta de ahorros gigante.

En 1990, fue creado el Fondo Petrolero de Noruega, que en la actualidad es el fondo soberano más grande del mundo, con un portafolio de más de US$1 billón.

Esa fortuna se hizo gracias a las inversiones hechas con las ganancias procedentes de la explotación de hidrocarburos desde inicios de los 90.

«¿Es fácil ser rico y joven en Noruega?», le pregunto a Bohren, quien responde desde Oslo:

«Es más fácil de lo que solía ser antes de que tuviésemos petróleo. Ahora hay muchos más ricos en este país, tanto jóvenes como viejos».

«Reinventar el negocio»

Ese afán de Noruega por diversificar su economía se ha trasladado a las empresas familiares.

En esta imagen sacada del sitio web de Ferd, Johan H. Andresen, propietario y dueño de la compañía, dice: «Poder reclutar internamente en dos oportunidades consecutivas al personal de las posiciones más altas es una enorme fortaleza para un grupo familiar. Es algo de lo que estoy realmente orgulloso».

Un ejemplo de ello es la compañía de la familia de Alexandra y Katharina.

La empresa de los Andresen nació después de que sus antepasados compraran una fábrica de tabaco en 1849. La convirtieron en la líder de la industria tabacalera noruega por más de 150 años.

La compañía fue transformada por las generaciones posteriores y ahora es un grupo dedicado a los bienes raíces y las inversiones en activos financieros.

«En adición a las actividades puramente comerciales del grupo, Ferd tiene una extensiva participación en el emprendimiento social», indica su sitio web.

Ferd es un excelente ejemplo de la importancia de «reinventar» para los negocios familiares noruegos, me dice desde España Marina Mattera, profesora de Economía e International Business de la Universidad Europea.

«Un factor fundamental que tiene Noruega es que existe un valor añadido muy grande en la reinvención del negocio: no porque empezamos siendo una empresa de tabaco vamos a seguir siendo una empresa sólo de tabaco», señala.

«Y no solo ocurre en Noruega, también se observa en Suecia y Finlandia, incluso en Alemania y Dinamarca».

La oportunidad de atreverse a reinventar, innovar, transformar viene de la mano de un elemento clave de la sociedad noruega: la educación.

Fomentar la creatividad

Noruega está entre los 20 países cuyos estudiantes resuelven mejor problemas en grupo, de acuerdo con una nueva prueba del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA, por su sigla en inglés).

La educación en los países nórdicos ha sido admirada en muchas partes del mundo.

Y si hay algo clave en el éxito de una empresa es eso: trabajar en equipo y hacerlo de forma creativa.

«Las economías de los países nórdicos y la de Noruega, en particular, están fuertemente influenciadas por un sector educativo que está muy centrado en el aprendizaje y en el desarrollo de la creatividad», indica Mattera.

Es algo —reflexiona la profesora— de lo que muchos sistemas educativos del mundo carecen, pues se suelen enfocar en las calificaciones como una medida del éxito académico.

«Lo más importante es que el muchacho pase la materia y no nos detenemos a pensar qué aprendió. Pudo haber sacado una gran nota, pero eso no refleja necesariamente si aprendió».

«En los países nórdicos, y siempre se hace referencia a Finlandia, pero Noruega sigue el mismo modelo, hay tres maestros en un mismo salón de clase. Hay tres personas atendiendo a un grupo de 30 personas. Eso es un nivel de atención al alumno impresionante».

Entre montañas, glaciares y fiordos viven los poco más de 5 millones de noruegos.

Y eso permite que el alumno se enfoque realmente en aprender, en desarrollar un pensamiento divergente y creativo.

Aunque muchos de los jóvenes multimillonarios (incluidos en la lista Forbes) recibieron su patrimonio de su familia, está claro que tanto padres como hijos son conscientes de que deben asegurar la continuidad de la empresa de la familia.

«El hecho de que estos países tengan tasas muy altas de empresas familiares exitosas, que se suceden de padres a hijos, refleja la visión que tienen sus ciudadanos, por un lado, de la importancia de la familia para que continúe con el negocio y, por el otro, de tener una educación creativa para reinventarse constantemente», explica la académica.

El modelo escandinavo

De acuerdo con Mattera, a veces se suele pensar que en general «los latinos, los españoles, los franceses, los italianos somos los que más valoramos la familia».

Algunas familias nórdicas prefieren transferir la herencia a sus hijos mientras los padres están en vida.

«Lo que pasa es que en los países escandinavos también se valora muchísimo a la familia, pero se hace de una manera distinta. Nosotros tenemos una cultura muy multiactiva (basada en las relaciones) y ellos una cultura muy lineal activa (basada en la planificación y el trabajo), donde se destacan los resultados», dice la profesora.

Además, existe el modelo escandinavo.

«Noruega (como sociedad) tiene pocas jerarquías y eso también sucede dentro de las familias. Es una tendencia que va en aumento. Por eso, una posible explicación del traspaso temprano de la riqueza es que los padres consideran a sus hijos parte de la empresa familiar (definida en su sentido más amplio) incluso cuando son muy jóvenes», señala Bohren.

«Por lo tanto, la antigüedad y la posición dentro de la familia tienen menos importancia y eso se observa también a la hora de decidir quién debe hacer qué en la empresa familiar. Sin embargo, esto es solo una especulación, pues no conozco una investigación confiable sobre este tema», aclara el profesor.

Reflejo de la sociedad

Otro factor interesante de analizar es que la transferencia de la fortuna se hace en vida, lo cual para algunos expertos puede reflejar el deseo de evitar problemas tras la muerte del dueño, que muchas veces lleva a conflictos familiares, a la disolución de la empresa o a su venta.

En el Índice Global de Brecha de Género de 2017, del Foro Económico Mundial, Noruega ocupa la segunda posición como el país con mayor igualdad de género.

Para Mattera esa es una manera de asegurar que la compañía no se acabará.

«Si yo soy el fundador de esta empresa y divido entre mis hijos un patrimonio tan importante como del que estamos hablando en estos casos (de los ricos más jóvenes del mundo), puedo hablar con ellos, asegurarme de que las relaciones sean buenas y de que cada uno tenga claro su rol, aunque no lo vayan a asumir de manera inmediata», indica la profesora.

Ninguna de las hermanas Andresen está aún involucrada activamente en la empresa.

La mayor está estudiando en una universidad holandesa y la menor está concentrada en su exitosa carrera deportiva como jinete, como se puede ver en su cuenta de Instagram.

Much better today! 1st place with 75,3%😱🇳🇴🎉 Freestyle final tomorrow at 08:30💪🏼 #samshield #kingsland #norwegianchampionship

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Las dos tienen el mismo porcentaje accionario de la empresa.

«De esa forma, ninguna de las dos podrá asumir un rol más protagónico que la otra. Se promueve que las decisiones sean más consensuadas, que ambas hijas tengan las mismas probabilidad de éxito en el futuro y este balance entre los miembros de la familia hace que muchas empresas noruegas, y nórdicas en general, no solo sean exitosas sino que continúen siendo compañías familiares», dice la docente de la Universidad Europea.

Además, las sociedades nórdicas han diseñado políticas para evitar la discriminación entre hijas e hijos y para promover la equidad de género.

De hecho, de acuerdo con el Índice Global de Brecha de Género de 2017, que realiza el Foro Económico Mundial, los tres países con mayor igualdad de género en el mundo son: Islandia, Noruega y Finlandia.

«En el caso de Noruega, ha sido una sociedad inteligente y la gran riqueza que representa el petróleo la están utilizando para fomentar políticas de igualdad de oportunidades y, en general, políticas muy avanzadas en todos los sentidos», le indica a BBC Mundo, el profesor de Economía de la Universidad de Navarra, José Luis Álvarez.

Y es que en el Índice de Desarrollo Humano de 2016 de las Naciones Unidas, Noruega quedó en el primer lugar entre 188 naciones como el mejor país del planeta para vivir.

Quizás esa sea una de las razones que explican por qué los noruegos son las personas más felices del mundo, según el Informe Mundial de la Felicidad 2017 de la ONU, que analizó la situación en 155 países.

Razones fiscales

Para Álvarez, no es coincidencia que los tres multimillonarios más jóvenes del planeta sean de Noruega y encuentra parte de la explicación en el ámbito fiscal.

En Noruega cualquiera puede conocer los ingresos de otro ciudadano, pues la información se hace pública en internet.

«Para pagar menos impuestos, a las familias les sale mejor ceder esa riqueza a sus hijos, especialmente cuando son muy jóvenes, incluso cuando son menores de edad», le explica a BBC Mundo.

«De esa manera, evitan una parte de los impuestos que tendrían que pagar si esa riqueza estuviera solo en manos del padre o de la madre».

Y es que Noruega está entre los pocos países en el mundo que tienen un impuesto al patrimonio de la riqueza, «el cual requiere que los individuos ricos paguen casi 1% de su patrimonio neto anualmente», explica la revista Forbes.

«En Noruega solo se paga este impuesto a partir de los 17 años», señala el investigador de la Universidad de Navarra. «El impuesto grava la riqueza neta, esto es, el patrimonio menos las deudas».

Impuesto a la herencia

En 2014, Noruega eliminó el impuesto sobre sucesiones.

Noruega es el mayor productor mundial de salmón.

«Se estableció en cero cuando el gobierno conservador asumió el poder hace unos cuatro años. Esto fue bastante sorprendente en un país que tradicionalmente ha utilizado con determinación la riqueza y los impuestos a los ingresos para hacer que la distribución de la riqueza sea más uniforme y equitativa en toda la población», indica el profesor Bohren.

Por eso, de permanecer ese impuesto en cero, es probable que los padres tiendan a transferir la riqueza a sus hijos antes de lo que hubiesen previsto, reflexiona el investigador.

Álvarez lo resume en una frase: «Al ceder parte de mi riqueza a mis hijos evito problemas con mi herencia al morir y evito impuestos».

Pero más allá del escenario fiscal, lo que es claro es que Noruega no solo ha sacado provecho de su petróleo y de ser un país pequeño sino que ha construido instituciones fuertes y, como dice el profesor Bohren, «es el país con el nivel de confianza mutua (entre su población) más alto del mundo».

Quizás ese es realmente su secreto.

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