La información sale publicada antes de que Trump decida el día 12 si mantiene o abandona el pacto firmado en 2015 por EE.UU, Reino Unido, Alemania, Francia, China y Rusia por el que se alivian las sanciones contra Teherán a cambio de un compromiso del país de abandonar el desarrollo de armas nucleares.
El equipo del presidente de EE.UU, Donald Trump, contrató a una agencia privada de inteligencia israelí para orquestar una campaña destinada a desacreditar a personas de la Administración de Barack Obama que negociaron el acuerdo nuclear iraní, revela hoy el dominical británico «The Observer».
La información sale publicada antes de que Trump decida el día 12 si mantiene o abandona el pacto firmado en 2015 por EE.UU, Reino Unido, Alemania, Francia, China y Rusia por el que se alivian las sanciones contra Teherán a cambio de un compromiso del país de abandonar el desarrollo de armas nucleares.
Según el «Observer», personas cercanas a Trump contrataron investigadores privados en mayo del año pasado para conseguir información «sucia» sobre Ben Rhodes, uno de los asesores de seguridad nacional del expresidente demócrata Barack Obama, y también sobre Colin Kahl, otro asistente del antiguo mandatario.
El dominical indica que un eximportante diplomático británico que prefirió mantener el anonimato admitió que es «indignante» hacer este tipo de trabajo porque el objetivo de unas negociaciones es no recurrir a «juegos sucios como este».
Según la información publicada hoy, funcionarios vinculados al equipo de Trump se pusieron en contacto con investigadores días después de que el presidente visitara Tel Aviv hace un año.
Trump prometió al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que Irán nunca tendría armas nucleares.
«La idea era que la gente que actuaba por Trump desacreditaría a aquellos que fueron esenciales en vender el acuerdo, haciendo más fácil salir de él», declaró una fuente al tanto de esta campaña.
De acuerdo con unos documentos a los que el «Observer» dice haber tenido acceso, los investigadores contratados por la agencia privada de inteligencia habían recibido la petición de indagar en la vida privada y política de Rhodes y de Kahl.
Tenían como misión, sobre todo, indagar en las relaciones personales de estas dos personas y cualquier implicación en grupos de presión cercanos a Irán, así como establecer si de alguna manera se beneficiaron personal o políticamente del pacto.
La petición incluía, además, contactar con destacados iraníes-norteamericanos así como periodistas favorables al acuerdo, de medios como el New York Times o el periódico israelí Haaretz.
El «Observer» añade que las fuentes al tanto de esta campaña confirmaron que el plan fue presentado a los investigadores privados por representantes de Trump, pero no está claro si se trabajó mucho en ello, si duró mucho tiempo o qué ocurrió con la información eventualmente reunida.
Tampoco se sabe si esta operación supuso una parte de una amplia colaboración Trump-Netanyahu para perjudicar el acuerdo o si los investigadores tenían a otras personas como blanco, entre ellos John Kerry, el exsecretario de Estado que firmó el acuerdo.
El presidente de EE.UU ha reiterado en varias ocasiones su intención de abandonar el acuerdo, que calificó de «el peor».
El pasado lunes, Netanyahu acusó a Irán de continuar y ampliar su acuerdo de armas tras el acuerdo de 2015.