Los malos resultados de las elecciones regionales de Baviera y Hesse han contribuido a la determinación de la Canciller Merkel de asumir los costos de estas derrotas y también del desgaste de la actual Gran Coalición (GroKo). En forma paralela, estos deplorables resultados en las elecciones regionales han golpeado duramente al Partido Social Demócrata (SPD), el cual debería realizar un profundo debate acerca de su perfil político y de sus posibles caminos para intentar frenar el declive ideológico, social y electoral por el cual atraviesa en esta última década y media. Sin embargo, hay vencedores de estas últimas elecciones: en primer lugar, el Partido de Los Verdes, el cual ha logrado maximizar sus resultados electorales, subiendo en ambas regiones de Baviera y Hesse en 10 puntos su caudal electoral. Los Verdes han sabido interpretar mucho más sensatamente la coyuntura social y política de la República.
En los últimos meses y semanas del 2018, la realidad política alemana ha experimentado situaciones poco comunes y usuales para la ciudadanía de este país, debido a la vertiginosidad e imprevisibilidad de los acontecimientos políticos. Las incertezas políticas comienzan a ser un cotidiano en la política alemana. Esto, queda relativamente comprobado con la decisión sorpresiva de la Canciller Merkel de dar un paso al costado -en un futuro no tan lejano- del escenario político alemán y como consecuencia de ello del tablero político global y europeo. Como pocas veces en la historia post segunda guerra mundial, una personalidad política alemana como Merkel, ha impregnado de manera tan profunda la política mundial, europea y alemana. En el escenario nacional, Merkel lleva 18 años como jefa de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y cumpliría 16 años como canciller de Alemania si llega como jefa de Estado, el 2021, fecha de las próximas elecciones generales de este país. En el escenario externo, entre otros muchos momentos de liderazgo mundial, habría que observar el rol impactante de Merkel en el encuentro en París junto al presidente galo, E. Macron con motivo del centenario del Armisticio que puso fin a lo que se denominó, la Gran Guerra.
Los malos resultados de las elecciones regionales de Baviera y Hesse han contribuido a la determinación de la Canciller Merkel de asumir los costos de estas derrotas y también del desgaste de la actual Gran Coalición (GroKo). En forma paralela, estos deplorables resultados en las elecciones regionales han golpeado duramente al Partido Social Demócrata (SPD), el cual debería realizar un profundo debate acerca de su perfil político y de sus posibles caminos para intentar frenar el declive ideológico, social y electoral por el cual atraviesa en esta última década y media. Sin embargo, hay vencedores de estas últimas elecciones: en primer lugar, el Partido de Los Verdes, el cual ha logrado maximizar sus resultados electorales, subiendo en ambas regiones de Baviera y Hesse en 10 puntos su caudal electoral. Los Verdes han sabido interpretar mucho más sensatamente la coyuntura social y política de la República. Un otro vencedor, desde las elecciones generales del pasado septiembre a la fecha, ha sido la Alternativa para Alemania (AfD), partido ultranacionalista, el cual tanto en Baviera como en Hesse ha visto aumentar exponencialmente su potencial electoral (1).
En Hesse, nuevamente y tal como lo preveían los sondeos de opinión, los partidos tradicionales, CDU y SPD recibieron un severo castigo político electoral en estas regionales –Hesse es uno de los Estados federados más ricos, (el quinto) de Alemania-. En este Estado, de más de seis millones de habitantes se ubica la capital financiera de Alemania y Europa, la ciudad de Fráncfort. Los grandes perdedores del domingo 28 de noviembre, como la CDU logran un 27,2% de los votos teniendo una merma de un 11,1%; el SPD pierde también un 11%, logrando en esta ocasión un 19,8%. Los vencedores de estas elecciones son el Partido de Los Verdes, que sube de un 6,7% a un 19,6% y, el partido ultranacionalista AfD, que del 8,7% alcanzado en el 2013, logra en esta oportunidad un 13,7% del electorado. De esta manera, la AfD tendrá representación en los 16 Estados federados de Alemania, toda una hazaña política para un partido de corta duración. Los liberales se sitúan en el 7,5% y el partido de la Izquierda alcanza el 6,3%.
Los resultados de estas elecciones, la de Baviera y la de Hesse han significado un terremoto político, especialmente para la Canciller Merkel, que tal como lo hemos señalado más arriba, ha llevado a Merkel a anunciar su retirada de la política germana -por lo pronto de la presidencia de la CDU-. Las incertidumbres políticas que ha abierto esta decisión de la canciller germana tendrán una primera respuesta en las decisiones del Congreso partidario del 7 y 8 de diciembre próximo, en la ciudad de Hamburgo. La sucesión de Merkel en la presidencia de la CDU ha comenzado con inusitada rapidez. Tres candidat@s, de un total de 12 postulantes, son los que tienen mayores posibilidades de suceder a Merkel. Ellos son: Annegret Kramp-Karrenbauer (56 años, conocida como AKK), hasta ahora secretaria general de la CDU, cercana a la canciller y de posiciones centrista al interior del partido; Jens Spahn, de 38 años representando una cierta renovación del partido, Ministro de Salud del actual gobierno, de posiciones conservadora duras en la CDU y; Friedrich Merz, de 62 años, fue jefe de la bancada CDU-CSU del 2000 al 2002, un rival de Merkel, representando al ala conservadora y empresarial de la CDU. Un otro dañado de estas elecciones regionales, es el actual presidente de la Unión Social Cristiana (CSU) y Ministro del Interior del gobierno de Merkel, Horst Seehofer, el cual en lo inmediato ha anunciado su retiro como presidente de este partido bávaro, permaneciendo en el cargo ministerial. La pregunta que muchos analistas se hacen ¿hasta cuándo será ministro del interior?
El SPD está en caída libre, incluso se señala la necesidad de adelantar el Congreso Ordinario del partido, previsto para finales de 2019 a una fecha más cercana. Andrea Nahles, la presidenta del SPD ha admitido que estas últimas elecciones regionales han sido los peores resultados desde 1946 señalando que “Algo debe cambiar en el SPD. Nuestro partido tiene mucho trabajo que hacer. Hay que volver a dejar claro lo que defienden los socialdemócratas”. Algo obvio, las críticas arrecian al interior de este partido y de seguro que las aguas seguirán muy agitadas en los próximos meses. El derrumbe electoral del SPD y su continuó desperfilamiento político es cada vez más agudo.
Para graficar el estado del arte en la política alemana actual, podríamos toma como foto del momento el declive de los partidos tradicionales y, el alza de Los Verdes y la AfD. Esto, lo muestra la encuesta Forza- Umfrage, del 11 de noviembre 2018 que entrega los siguientes datos de intención de voto: CDU-CSU, 27%; SPD, 14%; AfD, 13%; FDP, 9%; Partido de la Izquierda (Die Linke), 9%; Los Verdes, 23% y otros, 5%. De haber elecciones generales en un futuro cercano, según estos y otros sondeos de opinión, estaríamos en presencia de una profunda derrota electoral de los partidos históricos de espectro alemán, a decir, de la CDU-CSU y el SPD. Las incertezas políticas se apoderan del escenario político alemán.