La expresidenta abordó las consecuencias sociales de la situación sanitaria y su impacto en las políticas globales. Recalcó que existen diferencias entre gobiernos autoritarios y gobiernos que han actuado con transparencia y mecanismos de control democrático, como en Nueva Zelanda o Alemania. Y entre las diferentes caras que ha tenido la crisis de la pandemia, Bachelet se detuvo en el caso de las personas migrantes. «Creo que nos dice mucho sobre lo que aceptamos ver y sobre lo que estamos en condiciones de hacer», comentó.
La expresidenta de Chile y ahora alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, manifestó su preocupación por el modo en que los gobiernos enfrentan la pandemia del coronavirus.
En un conversatorio organizado por su fundación Horizonte Ciudadano, la exmandataria puso el foco en los grupos expuestos a prejuicios y discursos de odio, que han sido estigmatizados o, derechamente, agredidos debido a estereotipos.
«Pensamos en quienes están más expuestos a las labores de emergencia y su desprotección frente a un riesgo inminente: estamos hablando de los trabajadores de la salud, conductores o recolectores de basura», planteó la expresidenta.
«He leído y me han mandado información de protestas que han estado surgiendo en barrios de Santiago con letreros que dicen: ‘Tenemos hambre'», contó Bachelet, frente a lo cual advirtió que «es clave generar mecanismos de protección social importantes».
«Todas estas pandemias implican dramas y tristezas, pero también oportunidades», advirtió. En otras palabras, agregó Bachelet, la pandemia hace dolorosas diferencias en la medida que exista o no un Estado que proteja a sus habitantes, que les garantice salud universal o que genere las condiciones para volver a contar con un sustento diario.
En ese sentido, recalcó que existen diferencias entre gobiernos autoritarios y gobiernos que han actuado con transparencia y mecanismos de control democrático, como en Nueva Zelanda o Alemania.
«Como oficina hemos podido documentar serios atropellos a derechos fundamentales en Estados que creen que la pandemia les da carta blanca para hacer control político de los opositores. Tenemos que ser tajantes porque no hay ninguna crisis que pueda suspender el valor de la vida y dignidad a la cual todos tenemos igual derecho; los derechos humanos siempre están vigentes y depende de todos que así sea», dijo.
A modo de ejemplo, entre las diferentes caras que ha tenido la crisis de la pandemia, Bachelet se detuvo en el caso de las personas migrantes. «Creo que nos dice mucho sobre lo que aceptamos ver y sobre lo que estamos en condiciones de hacer», comentó.
Bachelet dijo que actualmente hay unos 272 millones de migrantes en todo el mundo. Y si bien las migraciones han existido siempre, hoy vivimos una «inaceptable contradicción», y esta es que nunca antes la humanidad había concentrado tanta riqueza y tanto bienestar material. No obstante, dijo, no solo se ha avanzado muy poco en dar un trato digno a los migrantes, sino que además se construyen muros o se les persigue en los mares para mantenerlos fuera. «Se les acusa de todos los males, se les trata como a criminales y se les detiene arbitrariamente en condiciones infrahumanas», sentenció.