Según los datos oficiales, Brasil registró su récord diario de muertes el martes, con 3.251. Este miércoles se registraron 2.009 muertos, con lo que el país ya superó los 300.000 muertos desde el inicio de pandemias (300.685 víctimas). El país sudamericano es el segundo país del mundo con más muertos por covid, por detrás de EE.UU., con 545.282), según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Una serie de manifestaciones contra el gobierno de Jair Bolsonaro por su accionar en la crisis del covid-19 tomaron las calles de municipios en 24 estados de Brasil y en el Distrito Federal de Brasilia este sábado.
Entre los múltiples motivos que impulsaban las protestas, aunque todos relacionados a la pandemia, estaban los pedidos de juicio político a Bolsonaro, la aceleración de la vacunación contra la covid-19 y el aumento del valor y duración de la ayuda de emergencia.
La movilización fue organizada por partidos de oposición al gobierno, movimientos sociales, sindicatos y organizaciones estudiantiles, con protestas registradas en al menos 180 ciudades del país, según el portal de noticias G1.
Los sondeos indican que la popularidad de Bolsonaro se ha desplomado por su respuesta a la pandemia.
Brasil registra casi 460.000 muertes, la segunda cifra más alta del mundo después de Estados Unidos. También tiene el tercer número más alto de casos de coronavirus con más de 16 millones.
El elevado número de casos llevó al sistema de salud del país al borde del colapso.
Bolsonaro se ha opuesto sistemáticamente a las medidas de confinamiento y otras restricciones, argumentando que el daño a la economía sería peor que los efectos del propio coronavirus.
También ha dicho a los brasileños que «dejen de lloriquear» por la situación.
En la capital federal, Brasilia, los manifestantes se concentraron en la mañana cerca del Museo Nacional de la República y luego caminaron por la Esplanada dos Ministérios, hacia el Congreso Nacional, ocupando los seis carriles de la calle.
Los manifestantes marcharon junto a un muñeco de plástico gigante del presidente.
En las pancartas se podían leer pedidos de juicio político y reclamos de más vacunas y ayuda financiera de emergencia.
También hubo llamados para proteger mejor a los pueblos indígenas y detener la deforestación del Amazonas.
En la ciudad de Recife, la protesta fue reprimida por la policía militar con balas de goma y gases lacrimógenos, dejando a la concejal Liana Cirne del Partido de los Trabajadores (PT) afectada por el gas pimienta. El gobernador de Pernambuco, Paulo Câmara, dijo que el comandante y otros policías involucrados en el ataque serán destituidos de sus funciones e investigados.
En Sao Paulo, los manifestantes se reunieron en la Avenida Paulista y ocuparon diez cuadras de la vía, en una protesta que terminó sin violencia.
En Río de Janeiro, la protesta comenzó por la mañana en la región central. El fin de semana anterior, Río había sido escenario de una «motocicleteada» con la participación de Bolsonaro y el general Eduardo Pazuello, exministro de Salud, quienes participaron en la concentración sin máscaras.
Durante las protestas antigubernamentales de este sábado, el uso de equipos de protección fue generalizado entre la mayoría de los participantes, pero se registraron momentos de hacinamiento.