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Mladen Yopo analiza el balotaje en Brasil: «Claramente se vieron sectores ricos apoyando a Bolsonaro y sectores más pobres a Lula» MUNDO Créditos: DW

Mladen Yopo analiza el balotaje en Brasil: «Claramente se vieron sectores ricos apoyando a Bolsonaro y sectores más pobres a Lula»

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Si bien Lula ganó la jornada de este domingo con más de 5 millones de votos de diferencia, no le alcanzó para volver al Palacio de Planalto y tendrá que enfrentarse al actual mandatario, Jair Bolsonaro, en una segunda vuelta a realizarse el próximo 30 de octubre. La campaña electoral por el balotaje ya comenzó y los ojos del mundo, en especial de América Latina, observarán con interés el proceso. Para el analista internacional Mladen Yopo, independientemente del resultado, que en segunda vuelta debería inclinarse en favor de Lula, una de las señales que dejan estos comicios es el fortalecimiento de la ultraderecha en el mundo. «Las ultraderechas van a estar muy observantes, porque hay una serie de propuestas, yo diría, que hoy a nivel internacional tienen cierta ligazón. Hay conexiones, encuentros, hasta una relación organizativa incluso».


Con el 99% de las mesas escrutadas, las elecciones presidenciales de Brasil dan por ganador a Luiz Inácio Lula da Silva con un 48,20% de los votos por sobre el actual mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, quien obtuvo el 43,39%. A pesar de la ventaja del candidato del Partido de los Trabajadores (PT), el nuevo jefe de Estado brasileño será determinado mediante una balotaje que se llevará a cabo el próximo 30 de octubre.

La segunda vuelta presidencial tendrá muchos factores que pueden influir a la hora del voto. Una de ellas es que Bolsonaro se transformó en el primer mandatario que va a la reelección y que obtiene menos votos que su contendiente. Otro factor fueron las encuestas, las que daban como ganador a Lula en primera vuelta, resultado que no se dio, y ante lo cual diversos analistas indican que el voto oculto no logró ser medido por las estudios.

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En este escenario, los ojos del mundo y especialmente de América Latina están puestos en la cuarta democracia más grande del mundo. La campaña del balotaje ya comenzó y promete que la segunda vuelta de finales de octubre será una de las más reñidas del último tiempo. Para responder a estas y otras interrogantes sobre el proceso electoral que vivirá Brasil, el investigador del Programa Política Global de la Universidad SEK y doctor en Ciencia Política, Mladen Yopo, conversó con El Mostrador.

-Claramente el resultado fue más estrecho de lo que estimaban las encuestas. Gana Lula con un estrecho margen contra Bolsonaro. ¿Cuáles son los factores que, a su juicio, son claves para entender esta elección?
-Las encuestas de alguna forma mienten con la fotografía del momento y a veces no son capaces de captar, digamos, lo que es el voto oculto. Esa es una primera cosa. Segundo, hay un aumento en las personas que votan y también había sectores en juego que eran importantes, como el caso de los evangélicos. Los evangélicos son 65 millones de personas, hay más de 14 mil templos evangélicos en Brasil, y se suponía que Lula iba a disputar un poco ese voto, cosa que parece que no ha tenido demasiado éxito. Y la otra cosa que yo creo que es muy importante es que, en general, en el mundo hay una incertidumbre en cuanto a que los sectores populistas de derecha tienen una cierta ventaja. No olvidemos las recientes elecciones en Suecia, en Italia, por ejemplo, donde ganaron dos personas de derecha populista. Entonces, yo creo que eso también ayudó. Digamos que las encuestas reflejaron adecuadamente lo que eran los intereses o el factor que iba a influir a la hora de decidir el voto. Yo creo que en el fondo se cayeron un poco con los porcentajes, no que Lula iba a ganar, y que va a ganar en segunda vuelta, por lo menos así lo prevé la mayoría de los analistas. 

-¿Cómo prevé la segunda vuelta, sabiendo que los candidatos que llegaron en tercer y cuarto lugar (Simone Tebet y Ciro Gomes) son de corriente socialista? ¿Se suman esos votos a Lula?
-Entre Simone Tebet y Ciro Gomes juntan casi un 8% de los votos y seguramente se van a ir para Lula. Entonces, en ese sentido, las encuestas, si bien fallaron en los términos porcentuales, no están fallando, por lo menos en el concepto del resultado.

Yo la veo como una vuelta muy reñida. Yo creo que los porcentajes, en la medida que sean menores de lo esperado, de alguna forma van a implicar que los partidarios de Bolsonaro, y el mismo Bolsonaro, empiecen a interpelar las elecciones y empezar a hablar del sentido del fraude. Y ese es un tema no menor, porque si la ventaja hubiese sido mucho mayor, el discurso es bastante menos creíble.

Segundo, yo creo que en el fondo va incentivar a aquellos sectores (Bolsonaro) que le permitan lograr un mayor nivel de voto. Así como Lula también lo hará. Sin embargo, me estoy refiriendo fundamentalmente al sector ligado a las Fuerzas Armadas, por un lado, al sector evangélico, al conservadurismo, a los empresarios agroindustriales –sobre todo del centro– y tratar de alguna forma de penetrar con mayor fuerza en los estados del norte, que son estados de alguna manera más cercanos al sector popular ligado al PT y a Lula. 

Esta elección fue una elección donde uno ve claramente a los sectores más ricos apoyando a Bolsonaro y a los sectores más pobres apoyando a Lula, es decir, hay elementos socioeconómicos de por medio muy importantes, pero yo creo que, en el fondo, al final igual Lula debería ganar en segunda vuelta. Ahora, para ganar en segunda vuelta tampoco es tan sencillo, porque no gana automáticamente con un voto más, sino que tiene que tener al menos el 45% de los votos, cosa que ya tiene. En ese caso, si Lula logra mantener su votación sin que Bolsonaro aumente la de él, debería pasar por encima del 45% o 40%, con una ventaja de 10% con su contendiente. Entonces, estaría ganando con la única forma de vencer en segunda vuelta: siempre y cuando se mantengan los resultados de hoy y los votos de los otros contendientes no se fijan o se traspasan de un lado para otro. 

– Aun cuando gane la izquierda, representada por el Partido de los Trabajadores, ¿cuáles son las señales que se entregan para América Latina?
-Creo que la izquierda debe adecuarse a los nuevos tiempos y en el fondo saber trabajar con las redes. En el caso de Bolsonaro, él trabaja muy bien con las redes, tiene varios equipos y escuadrones que trabajan las redes sociales, y eso es un tema no menor. Segundo, trabaja con las noticias falsas, con muchas, y de alguna forma las amplifica con el control de los medios y ese también no es un tema no menor. Tercero, él tiene una cierta inserción de política que en el fondo es de prebendas sociales que va entregando, generando un nivel de impacto en la ciudadanía, que yo creo que hay que aprender y que la izquierda no lo ve.

Creo que, a final de cuentas, teniendo una agenda que de alguna forma coincide con los intereses de las personas no alcanza. Pensemos que en Brasil el 52% del voto es femenino y Bolsonaro es bastante misógino, pero igual hay un elemento, que es el trabajo en redes y cómo van condicionando la prebenda en alguna forma que hace que las expectativas y los intereses no necesariamente sean elementos que decidan el voto. Tenemos los casos de la población afro, o como ha sido el empobrecimiento, o las muertes por el COVID-19, o los montajes que hubo, fundamentalmente el del juez Moro, para encarcelar y quitar de carrera a Lula en 2018. Entonces, yo creo que la izquierda debe aprender que el trabajo no solo implica que ganar una elección es interpretar los intereses, sino también en las formas en como se comunican, porque hoy en día las comunicaciones son muy importantes en lo que son la decisión de voto. Lo vimos en parte en la última elección en Chile, en el último plebiscito; lo vimos en Estados Unidos cuando ganó Trump; lo vemos en Italia; lo vemos en distintas partes en donde las comunicaciones adquieren un nivel central y fundamental, sobre todo en momentos de incertidumbre.

Ahora, esto es muy importante también para América Latina, porque en el fondo no solo pensemos que Brasil es la decimotercera economía en el mundo y la cuarta democracia más grande, sino también porque Lula tiene una concepción de política exterior que no la tiene Bolsonaro. Tiene una concepción de afianzar el multilateralismo, tiene una concepción, en alguna perspectiva, de tener un cierto liderazgo regional y, por lo tanto, apoyar instancias como la Celac o lo que es Unasur. Tiene de alguna forma un concepto internacional y de solución de los conflictos distinta a lo que tiene Bolsonaro. Bolsonaro, más bien, lo que ha hecho es que Brasil abandone el papel que jugó durante el período de Lula, lo mismo que hizo Donald Trump, no es muy distinto en ese sentido, por lo mismo Trump cuando le da el apoyo a Bolsonaro le dice: el Trump tropical.

-Con estos resultados, ¿qué tan fortalecida queda la ultraderecha, tomando en consideración la fuerza que está tomando este sector en el resto del mundo?
-Creo que es muy importante, yo creo que candidatos como Kast, en el fondo, están muy a la expectativa de ver qué es lo que pasa en Brasil y cuál ha sido la performance de Bolsonaro. El mismo Donald Trump en un momento determinado se encontró a la expectativa de mirar lo que esta pasando con Bolsonaro, porque él seguramente se va a presentar; a menos que tenga un juicio y que los juicios avancen inhabilitándolo a presentarse a su candidatura presidencial, se va a presentar de candidato a presidente.

Los países donde hay una fractura muy fuerte –como en general y lo que está sucediendo hoy en día, como el caso de Estados Unidos, Brasil, Chile no es muy distinto–, digamos de fractura ideológica, política, social, es decir, de grandes clivajes, estos candidatos tienen un campo fértil donde arar. Esto se debe a que las promesas que hacen, muchas de ellas irracionales si uno las analiza a partir de los datos, son tomadas por la población desde un término más sensitivo. Tal es el caso de prometer seguridad, no más puertas giratorias, por ejemplo. 

Si analizamos Brasil, es cierto que Bolsonaro ha bajado la criminalidad y los muertos, pero han aumentado los muertos en manos de la policía, entonces, es una por otra. Al final de cuentas, no es la solución a los problemas más de fondo. Ahora, volviendo a la visión de la ultraderecha hacia esta elección, claramente van a estar muy observantes, porque hay una serie de propuestas, yo diría, que hoy a nivel internacional tiene cierta ligazón entre las derechas en el mundo. Hay conexiones, encuentros, hasta una relación organizativa incluso. 

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