Este martes, junto al balance de poderes en el Congreso estadounidense, «se juega también el futuro de Donald Trump y la posibilidad de que anuncie su postulación a la reelección», según adelantó el analista internacional residente en Washington D.C., Patricio Zamorano, para quien se trata de una de las elecciones más polarizadas de la historia y donde el exmandatario republicano «ha sido extremadamente activo». A juicio del también director ejecutivo de la consultora InfoAmericas, «estas elecciones tienden a ser un plebiscito y los presidentes en general ya pasaron su luna de miel, exactamente lo que está pasando con Biden». Todo esto, en medio de una posible recesión económica global y de un clima de violencia política que ha tenido hitos como el asalto al Capitolio y la agresión que sufrió el esposo de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Ambos hechos con un denominador común: adherentes de Trump que acusan fraude en las últimas elecciones.
Un complejo panorama se vive en Estados Unidos, de cara a las midterm elections (o elecciones de medio mandato) que se llevan a cabo este martes y en las que está en juego el balance de poderes al interior del Congreso entre demócratas y republicanos. A una aguda crisis de seguridad por el control de armas, se suma un adverso escenario económico con señales de recesión y crecientes cifras de desempleo, la lucha contra los efectos del cambio climático, la discusión por la legalización del aborto y una crisis migrante sin precedentes. Todo, mientras Rusia y Ucrania libran una guerra en la que EE.UU. juega un rol fundamental.
En esta hecatombe política y social que vive el país norteamericano presidido por el demócrata Joe Biden, los estadounidenses concurrirán a las urnas, este martes 8 de noviembre, para elegir nuevos representantes y senadores. En dicha oportunidad, pese a que su nombre no está en la papeleta, la sombra de Donald Trump se posiciona con fuerza sobre las dos Cámaras que componen el Capitolio de los Estados Unidos.
Hasta ahora, el Partido Demócrata tiene la mayoría en la Cámara, con 220 escaños y el Senado está dividido a la mitad, con 50 republicanos y 50 demócratas. En este contexto, se han dado muchas situaciones de empate entre demócratas y republicanos, donde ha sido la vicepresidenta Kamala Harris la encargada de desempatar en reiteradas ocasiones —casi siempre a favor de los demócratas— en un trabado Congreso.
En los comicios de este martes, el actual jefe de Estado podría perder dicho control legislativo. Esta vez, se renuevan los 435 cupos de la Cámara de Representantes y más de un tercio del Senado (35 de los 100 escaños), lo que podría desnivelar los balances al interior del Parlamento de Estados Unidos, en favor de los republicanos; algo que no sería tan inusual cuando el presidente ya lleva dos años en ejercicio.
Este martes, junto al balance de poderes entre congresistas, «se juega también el futuro de Donald Trump y la posibilidad de que anuncie su postulación a la reelección», adelantó Patricio Zamorano, analista internacional residente en Washington D.C. y director ejecutivo de la consultora InfoAmericas, para quien se trata de una de las elecciones más polarizadas de la historia y donde Trump «ha sido extremadamente activo» frente a un Biden que «se ha estado defendiendo con bastante fuerza».
Las cercanas elecciones en el país del Tío Sam serán interpretadas como un adelanto de las próximas presidenciales, en dos años más, donde se verá la continuidad de Biden en la Casa Blanca o si los estadounidenses vuelven a ser encantados por las políticas de Trump.
«Sabemos que la democracia está en riesgo. Es la bielección más importante de nuestras vidas». Con estas palabras, el presidente Joe Biden se refirió a lo que está en juego en las elecciones de medio mandato, donde a su juicio «las fuerzas de MAGA (Make America Great Again —consigna del trumpismo—) quieren llevar este país en reversa».
Y es que el clima de violencia ha ido en aumento y ha tenido hitos como el asalto al Capitolio y el reciente ataque con un martillo –por parte de un fanático del expresidente republicano y adherente del movimiento QAnon– contra el esposo de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Ambos hechos con un denominador común: fanáticos de las ideas de Donald Trump, que sostienen que la presidencia de Biden es ilegítima y que hubo fraude en las últimas elecciones.
«Nadie aquí quiere ver la elección robada por los demócratas ni por los medios. Nunca nos rendiremos, nunca concederemos la derrota, uno no se rinde cuando le roban. Nuestro país ya tuvo suficiente, no aceptaremos más de esto: detendremos el robo», manifestó Trump el pasado 6 de enero de 2021, cuando todavía estaba en el poder y habló ante miles de enardecidos seguidores que se rehusaban, como él, a aceptar que perdieron las elecciones de noviembre.
«Hay que recordar que Donald Trump viene atacando a la institucionalidad del propio Estado incluso desde que era presidente. Sin duda, esta elección marca un antes y un después en si efectivamente el Partido Republicano logra controlar ambas Cámaras», planteó Patricio Zamorano.
El analista, consultado por la probabilidad de que los republicanos triunfen en el Congreso el próximo martes, explicó que existe una gran posibilidad, casi cierta, de que el Partido Demócrata va a perder la Cámara Baja. «Eso es normal», precisó, sosteniendo que «perder una o ambas Cámaras no es nada extraordinario». De hecho, recalca que el único presidente que ha ganado en las elecciones de medio término ha sido George W. Bush, mientras que Trump ganó asientos del Senado pero perdió la Cámara de Representantes.
«Las elecciones de medio tiempo del periodo presidencial tienden a ser un plebiscito y los presidentes en general ya pasaron su luna de miel y tienen una baja popularidad. Y es exactamente lo que está pasando con Biden, que tiene una popularidad de menos del 40%, bastante baja en comparación con la que tenía Trump», puntualizó Zamorano, apuntando que al actual gobernante le ha jugado en contra no tener buenos resultados frente a la alta inflación derivada de la crisis del COVID-19.
«El tema de la economía está por encima de todos los temas, según las encuestas, y en ese sentido hay una gran posibilidad de que Biden pierda la Cámara de Representantes», agregó el académico, junto con asegurar que la elección de los senadores es un tema distinto. «No hay ninguna claridad, hay varios estados bastante cercanos, Georgia, Nevada, Pensilvania, entre otros, donde es posible que gane uno u otro partido, y eso es importante, porque hay un empate en este momento 50/50 y cuando eso pasa la vicepresidenta Kamala Harris, en este caso, define los empates, y ella siempre da el voto a favor de los demócratas en los asuntos de mayoría simple».
«Por eso se habla tanto de lo vital que es el Senado, que gane uno u otro partido va a cambiar sin ninguna duda el balance de poder y lo que pueda hacer Biden en los últimos dos años de su periodo presidencial», sentenció Zamorano, junto con recalcar que su pronóstico –respaldado en las encuestas– es que Biden va a perder la Cámara de Representantes.
Sobre si los republicanos podrían negarse a aceptar el resultado en caso de que pierdan, Zamorano señaló que ellos pueden hacerlo «dentro de la dinámica de Donald Trump». Sin embargo, aclaró que cada estado tiene leyes distintas para la apelación en caso de temas electorales: «Cada estado tiene reglas distintas, en cuanto a qué tan cerca tiene que estar un resultado del otro para tener derecho a impugnar esa elección o pedir un recuento o pedir una reelección».
Para el director de InfoAmericas, no hay una sola respuesta, en este caso, «pero en términos generales no cabe duda que los republicanos amparados y potenciados por Donald Trump van a hacer absolutamente todo lo posible por revertir o por lo menos complicar los resultados que queden cercanos con pocos puntos de diferencia». Eso sí, los demócratas también podrían impugnar cualquier elección que sea demasiado cercana.
«Trump está muy estimulado para ser el representante de los republicanos en las próximas presidenciales y, sin duda, va a urgir y presionar a candidatos que pierdan para que impugnen, usen las cortes o las instituciones administrativas electorales, para impugnar cualquier resultado cercano. Y en ese sentido va a haber un daño fuerte a la credibilidad pública», afirmó Zamorano.
En el caso de las relaciones internacionales –de acuerdo al analista–, pase lo que pase este martes, el presidente Biden va a tener bastante libertad todavía, excepto en casos muy específicos –como en temas de guerra–, donde necesite la aprobación eventualmente de un Congreso republicano.
El círculo íntimo del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, está debatiendo anunciar el lanzamiento el 14 de noviembre de una campaña presidencial para 2024, según informó la agencia Axios, que basa su información en tres fuentes familiarizadas con las discusiones. Axios añadió que la fecha no es segura.
El expresidente insinuó el pasado jueves la posibilidad de regreso durante un mitin en Iowa. «Y ahora, para hacer que nuestro país sea exitoso y seguro y glorioso, muy, muy probablemente lo haré de nuevo», dijo Trump.
El expresidente Barack Obama advirtió sobre las divisiones que alimentan este «clima peligroso» en la política de Estados Unidos, al hacer campaña por los candidatos demócratas, a días de las elecciones.
Según consignó la agencia Reuters, los nombres más importantes de la política demócrata y republicana (Obama, el presidente Joe Biden y su predecesor Donald Trump) estuvieron en Pensilvania el sábado con la esperanza de inclinar la balanza en una carrera crucial de mitad de período para el Senado de Estados Unidos, esto es, entre el demócrata John Fetterman y el famoso médico republicano Mehmet Öz.
En un discurso ante sus partidarios en el centro de Pittsburgh, Obama dijo que el ataque políticamente motivado contra el marido de la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, era producto de una retórica de odio.
«Este hábito que tenemos de demonizar a los oponentes políticos, de decir cosas locas, crea un clima peligroso», señaló Obama, sin referirse directamente a los republicanos. «Hay políticos que no trabajan para unir a la gente, sino para avivar la división y hacer que nos enfademos y tengamos miedo unos de otros solo para su propio beneficio», añadió.
Los republicanos sostienen que los demócratas también se han dedicado a la violencia política y, al respecto, citan las protestas generalizadas contra el racismo que sacudieron el país en 2020. Han criticado a los demócratas por no mantener su enfoque en la inflación y el crimen, dos de las principales preocupaciones de los votantes, según la mayoría de las encuestas de opinión.
En un par de publicaciones en Twitter el sábado por la mañana, Öz criticó a Fetterman y a Biden por no apoyar suficientemente la industria energética nacional y se comprometió a luchar contra la inflación si es elegido.
«Como su próximo senador, me centraré en los temas que importan a los votantes de todas las comunidades, incluyendo la reducción de los precios de todo, desde la gasolina hasta los comestibles», escribió.
Obama está culminando una gira por cinco estados con el objetivo de frenar las pérdidas de su partido. Tras su aparición en Pittsburgh junto a Fetterman, se dirigirá a Filadelfia, donde subirá al escenario de la Universidad de Temple con Biden.
Joe Biden comenzó su día haciendo campaña por la representante Lauren Underwood, de Illinois –que corre el riesgo de perder su escaño–, insistiendo en el tema de que los republicanos podrían poner en riesgo Medicare y la Seguridad Social, además de acabar con los programas federales que reducen los precios de las recetas médicas, si toman el control del Congreso.