Unos 50 manifestantes protestaron frente al domicilio de Hartmut Hopp, quien es prófugo de la justicia chilena. Con carteles, canciones y discursos exigieron la verdad y el fin de la impunidad.
“Si no hay justicia, hay funa”. Esta la idea detrás de estas manifestaciones conocidas en Chile y otros países latinoamericanos para denunciar públicamente una persona. Con este objetivo, se reunieron este sábado (26.08.2023) 50 manifestantes en la ciudad alemana de Krefeld, en el estado de Renania del Norte-Westfalia, frente a la casa de Hartmut Hopp, exmédico de la secta alemana Colonia Dignidad en Chile.
Con carteles y fotos de detenidos desaparecidos durante la dictadura militar en Chile, quienes fueron prisioneros en la colonia, los participantes estuvieron dos horas frente al edificio de departamentos donde reside Hopp, en un barrio residencial cercano a la Freie Volksmission, una iglesia que ha atraído a numerosos excolonos a radicarse en esta ciudad.
Esta es la tercera funa en contra del médico en Alemania, después de las realizadas en 2013 y 2018. Los manifestantes, chilenos y alemanes que viajaron desde distintas ciudades como Berlín, Stuttgart, Bochum y Münster, exigieron justicia para las víctimas de Colonia Dignidad y que los perpetradores entreguen información para conocer el paradero de los desaparecidos.
Hopp, hoy de 79 años, fue director del hospital de la colonia y mano derecha de Paul Schäfer, fundador y líder de la secta establecida en 1961 en Chile. En 2011, el médico huyó de la justicia chilena, que lo condenó a cinco años de cárcel por complicidad en abuso sexual de menores. A pesar de que existe una orden de captura internacional en su contra, vive libremente en Alemania debido a que este país no extradita a sus ciudadanos.
Los intentos de que enfrente aquí la justicia tampoco han prosperado. En septiembre de 2018, el tribunal superior de Düsseldorf rechazó la solicitud hecha por Chile para que cumpliera su condena en Alemania y en mayo de 2019 la fiscalía de Krefeld cerró una investigación por denuncias de asesinato, lesiones graves y complicidad en el abuso de menores, al argumentar que no encontró pruebas que acrediten sospecha de delito.
“Esperamos que todos los vecinos de Hopp tomen conciencia de quién vive realmente en su barrio. Para nosotros es importante dar espacio a los sobrevivientes de Colonia Dignidad”, señaló a DW Bianca Schmolze, de Medizinische Flüchtlingshilfe Bochum (MFH) (Ayuda Médica a Refugiados), asociación que convocó esta funa y trabaja por los derechos humanos.
Aun cuando el camino judicial se cerró en Alemania, Schmolze estima que el tema debe seguir presente y ser visibilizado, “pues se trata de criminales alemanes en suelo chileno”. Con motivo del 50 aniversario del golpe de Estado en Chile, la MFH formó la alianza Solidaridad y Memoria junto a otras organizaciones de Bochum. En ese marco, el tema Colonia Dignidad es relevante, considerando que fue un actor clave de la dictadura.
La manifestación, que contó con la autorización de la policía, se desarrolló en tranquilidad. Si Hopp se encontraba en su vivienda, no salió en ningún momento, pero sí se acercaron algunos vecinos.
La chilena Isabel Lipthay vive en Alemania desde hace 40 años. La periodista y músico ha estado en cada funa contra Hopp con el dúo Contraviento, junto a Martin Firgau, interpretando sus canciones. “Queremos denunciar la impunidad frente al caso Colonia Dignidad por parte de los gobiernos alemán y chileno, después de todos los crímenes que se han cometido en contra de quienes vivieron allí, niños y adultos, presos políticos y desaparecidos”, dijo Lipthay a DW.
“Hacer discursos y cantar, hacer presencia, es algo simbólico. Que se sepa que Hopp perteneció a una organización criminal y no dio a conocer qué pasó con más de 100 personas que desaparecieron allí y cuyos familiares siguen esperando”, sentencia.
“Esta funa es un paso más en la búsqueda de verdad y justicia en este país. Es una vergüenza que Alemania acepte que un alemán que comete crímenes en Sudamérica se arranque para acá y la justicia no haga nada”, lamentó Juan Rojas, uno de los participantes de la funa, en diálogo con DW.
Rojas nació y creció en un sector rural cercano a Colonia Dignidad. En 1973 su padre y su hermano mayor, entonces de 52 y 28 años respectivamente, fueron detenidos. Les dijeron que habían sido llevados a un cuartel policial y luego liberados, pero nunca más volvieron a verlos. Desde entonces, Rojas no ha cesado en la búsqueda, que también lo llevó a la colonia, como indicaban las pistas que reunió.
Este asentamiento funcionó como centro de detención en colaboración con la DINA, la policía secreta de Augusto Pinochet. “Quienes han dado declaraciones han dicho que Hopp sabe lo que pasó con mis familiares. Tiene que acordarse, porque eran los únicos detenidos padre e hijo, todos los otros eran personas solas”, relató.
Ante el riesgo que enfrentaba en Chile tras ser detenido y también por motivos de salud, Rojas emigró a Alemania en 1978. “No es correcto que un delincuente que fue condenado en Chile ande acá libre y goce de su libertad como si nada. La justicia no quiere hacer algo por este caso, pero tiene que haber algún camino para juzgar a Hopp aquí en Alemania”, subrayó.
Para Rojas, una forma de expresar la lucha de estos años es a través de una danza inspirada en la música y baile folklórico chileno que alude a la búsqueda de todos estos años y que él interpreta con traje típico de su país. Es un baile en solitario, en conmemoración de sus familiares desaparecidos, y que hoy compartió en Krefeld con la esperanza de encontrar verdad y justicia.
Por Victoria Dannemann (DW)